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abril 20, 2013

¿Tengo derecho?

Estos días en mi país hay debates de un lado y del otro respecto al matrimonio homosexual. La comunidad LGBTI ha estado pasando el proyecto para exigir el derecho al matrimonio pero hasta el momento no lo han conseguido. Marchas van y marchas vienen, de gays y de las iglesias que defienden a la familia.

De mi parte hay silencio en las redes sociales al respecto. Creo sinceramente que la familia está compuesta por un hombre y una mujer, y es el diseño original. Sin embargo, no creo que las imágenes que como iglesia compartimos, ayuden a generar ese puente para que la comunidad LGBTI se acerque a escuchar nuestro punto de vista. Esta imagen, resume lo que creo que es el mensaje que siente el homosexual al ver tantas marchas cargadas de odio y de rechazo:

Lo sé porque yo misma he luchado con ese tipo de pensamientos, no por quien Dios es, sino por lo que sus portavoces muestran de Él. Por supuesto, tenemos que ir contracorriente y orar y hacer lo necesario para hablar a favor de la verdad, pero no podemos olvidar que en verdad Dios nos ama, tal cual somos, por encima de esas cosas que queremos y aún por encima de esos derechos que exigimos.

Y ahí es donde debería estar el meollo del asunto. Los derechos. Creo que cuando Eva y Adán probaron el fruto del bien y del mal en el huerto del Edén y abrieron sus ojos con capacidad de juzgar todo, se expusieron a lo que Dios sabía no podrían manejar: establecer sus derechos. Cuántas cosas exigimos como derecho que no nos hacen bien, cuantas veces nuestro deseo nos hace infringir normas por exigir nuestro derecho a elegir? ¿Nos ha beneficiado ese tipo de decisiones?.

En Estados Unidos los homosexuales (que ya tienen el derecho al matrimonio), están exigiendo ahora el derecho al divorcio. Cuando obtuvieron lo que quisieron, para igualar a las parejas heterosexuales, se dieron cuenta que su derecho no era su beneficio y que lo que tanto anhelaron se terminó volviendo contra ellos.

¿Acaso no pasa esto entre los heterosexuales también? me imagino que se preguntará quien lea esto. Sí, por supuesto, pasa y más a menudo de lo que debería ser. De nuevo son los derechos que exigimos y nuestras necesidades insatisfechas lo que nos hace reclamar una y otra vez que se haga de acuerdo a nuestro punto de vista.

En definitiva, no sabemos lo que queremos y lo que creemos que queremos, no es lo que nos hará bien, pero aún así lo exigimos. Queremos formar una familia de acuerdo a un diseño lejano al original y que por esto, está lejos de funcionar bien en el tiempo. Y esto no es por maldad de Dios ni por rechazo, es porque Él ya lo había dispuesto así.

Pienso en las veces que he hecho lo que he querido pero sigo sintiendo que aunque me salí con la mía, no soy feliz. Recuerdo cuando estaba enamorada de una chica y pensaba que el amor duraría por siempre... hasta cuando me dí cuenta que su necesidad de afecto jamás la podría llenar yo, ya que yo misma estaba necesitada... y el tiempo pronto diría que había llegado el fín. Pienso muy seguido en los rostros y las personas por las cuales me he sentido atraída, y como el flash de los acontecimientos mostró la temporalidad de los sentimientos... pienso ahora en el final de la película actual y lo triste que sería exigir un derecho por algo que no trascenderá. No lo hará.

Cuando me volví a Dios y me dí cuenta de lo grande e incondicional de Su amor por mí, del conocimiento de mis afectos y mis luchas... me dí cuenta también de que quería traerme de vuelta del lugar de mis exigencias, a la satisfacción duradera que Él promete. Parece aburrido cuando dice que obedezcamos sus mandamientos y estatutos para que nos vaya bien y prosperemos. Parece tonto creer que lo que Dios piensa me hará feliz, pero he podido ver que es así. Y verlo no fue fruto de la ley que llamaba al acto abominable, sino fue el fruto de la convicción que trajo a mi vida el Espíritu Santo, fue el fruto de haber sido recibida en el hogar. Entonces quise probar la manera de Dios, y resultó ser el comienzo de quitar capas y capas de independencia para experimentar la verdadera llenura y la esperanza de una felicidad duradera, la cual no puede ser robada.

No sé como sea el desenlace de esto que se lucha en mi país actualmente, aunque quizá lo más probable es que lo obtengan, que se casen, que quieran divorciarse, que deseen adoptar y luego deseen acabar con la familia, que los niños pierdan un modelo... pero más que eso, que su amor se enfríe y cuando hayan obtenido todo lo que quisieron, vean ya muy tarde que realmente nada de lo que desearon , obtuvieron.

Mi voz para estos tiempos en mi país diría algo así: Entrega tus derechos y recuperarás la vida que perdiste exigiéndolos. El que te creó sabe lo que te conviene, pues ve mejor que tú, y sabe lo que necesitas en realidad: A Él mismo. A nadie más.

Como dijo Jesús:

Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás; pero si entregas tu vida por mi causa y por causa de la Buena Noticia, la salvarás. ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero te pierdes a ti mismo?  ¿Hay algo que valga más que tú mismo? - Marcos 8:35-37 (NTV)

abril 21, 2012

El dilema de la hoja en blanco

Paso por este lugar e intento intentar, querer, desear escribir algo, pero no, no puedo.

Es el dilema de la hoja en blanco.

Creo, sin embargo, que no es el típico dilema de qué escribir o por qué o cómo hacerlo, creo que más allá del dilema del escritor frente a una hoja que lo reta a plasmar sus emociones, deseos, pensamientos, reflexiones, es el dilema del escritor al que sus emociones, deseos, pensamientos y reflexiones no le permiten producir, saber e indicar nada, porque justamente ese es su estado interior, en blanco, sin norte, sin asiento.

Quizás mi vida sea como una hoja en blanco en estos momentos, o al menos, he dejado atrás las hojas escritas, y al ver la hoja que se me presenta, no tengo la menor idea que escribirle. Esta hoja es peligrosa, es la hoja que sigue a las etapas de la vida que comúnmente ejecutas para los demás: colegio, universidad, trabajo, etc., es la hoja donde tienes el suficiente poder de lanzarte a hacer lo que quieres, pero no sabes qué es eso que quieres, nada parece quedarse en el alma lo suficiente para ser algo deseable y duradero.

No puede ser una hoja de ruta en tanto la brújula no indica un norte claro, ni un llamado. Y quién navega está realmente harto de subirse en buques que aprueban los demás, los conocidos, los cuantificados.

Es una hoja en blanco.

Supongo que es válido que sea así, que sea el intervalo de silencio en una sinfonía de altas y bajas de una vida. Es tal vez esa hoja que nadie escribe, o que nadie encuentra en las biografías de personas que eran una cosa, y luego terminaron siendo otra. Ahora  poco creo en ese continuo ejecutable sin sombras de duda.

Mi vida es quizás en estos momentos una melodía que no encuentra su letra, y que debe estar en reposo para escuchar en un murmullo a que esa letra la traiga el viento, porque de lo contrario, ansiosa, se quedará guardada, o se cansará y tomará el más conforme desenlace posible.

abril 10, 2012

Conciencia de lucha

Han pasado varios días sin escribir. Y creo que es una tendencia también a mi alrededor, no sé por qué.  Sin embargo he extrañado volver aquí a escribir y compartir los pensamientos que llevo dentro.

Paso por una época muy particular de mi vida. Experimento necesidad, frustración y confusión, y luchas en diversas áreas fuera de la emocional y sexual. Lo nuevo es, que de alguna manera me hago más consciente de mis luchas y del Dios que tengo.  Me hago consciente de los dardos que continuamente atacan mi identidad como mujer y como hija de Dios.

He descubierto que al compartir mis luchas por lo general siento que la gente se predispone a mis acciones y a mis palabras. No porque así sea, sino porque tengo esa clase de paranoia egocéntrica que me hace pensar que otros me etiquetan por lo que fui, en vez de por lo que soy. Es entonces cuando debo más que nunca volverme a la raíz de mi identidad en Cristo y en Su opinión acerca de mí.

He descubierto también, que aunque el conocimiento ayuda en el proceso de sanidad, el conocimento relativo a las heridas, al porqué de los traumas, etc., es un conocimiento que pocas veces brinda alguna respuesta esperanzadora, más bien parece otro nódulo del cual se siguen desprendiendo ramas de causalidades que parecen no tener fin.

En cambio, en mi relación con Dios, descubro que lo que más desea afianzar no es la búsqueda de lo que me desorienta, sino las verdades que me unen a Él. Quién Él es. Su lenguaje para conmigo. Sus propósitos de usarme y proyectar mi vida con sueños y visión.

Soy consciente también de una vergüenza enraizada tan profundo en mí que no me deja acercarme con libertad y confianza al Trono de la Gracia, ni a la vulnerabilidad con otros, sino que hace que me aleje de toda fuente real de sanación. Esta vergüenza recientemente descubierta me hace pensar cuan poco soy consciente de la obra de Jesús en la Cruz. Cuanto necesito serlo.

En medio de tantos descubrimientos, el que me brinda esperanza es que Dios sigue estando a mi lado en este punto del camino. Que sigue insistiendo en mi valor. Que me libra de los demonios del orgullo y la autocompasión cada vez que vuelvo a Él reconociendome completa y suficiente por mi unión con Él.

Pienso que algún día me gustaría escribir algo así como un "Manifiesto de lucha", que me recuerde que no soy la única que pasa por esto, y que a diario, Dios se encarga de fortalecerme y de iluminar mi entendimiento y mi corazón a fin de no desfallecer en el trayecto.  Son varios los puntos que he unido mirando hacia atrás y veo la fidelidad y el aguante de Dios en medio de mis momentos más dolorosos, vergonzosos y tristes. Veo que no soy un caso perdido y que sigue probando mi valor en medio de las mismas tentaciones y el mismo sufrimiento interior.

Para despedirme comparto un versículo que el Señor me regaló hablándome de la restitución por la verguenza de los momentos oscuros y tristes de mi vida:

"Salvaré al débil y al indefenso;
   reuniré a los que fueron expulsados.
Daré gloria y renombre a los que fueron desterrados
   dondequiera que hayan sido ridiculizados y avergonzados.
En ese día los reuniré
   y los traeré de regreso a casa.
Les daré un buen nombre, un nombre distinguido
   entre todas las naciones de la tierra,
cuando, ante sus propios ojos, restauraré tu bienestar.
   ¡Yo, el SEñOR, he hablado!»"

Sofonías 3:19-20

enero 28, 2012

Magma

Ese es un estado común en mi corazón, como si fuera magma. En ocasiones, esa magma fluída, roja, que se abre, expresa lo que siente, y no teme a la sinceridad. En otras, esa magma que se cierra, se petrifica y se guarda para sí.


Sé y entiendo que hay momentos de la vida cuando uno no quiere espectadores, ni siquiera manos amigas dispuestas a venir con las mejores intenciones a salvar. He tenido mis momentos así, he tenido amigos en momentos así. Quizás me debato entre la esperanza de que puedan ayudarme, al conflicto interno de atracción, confusión, admiración, rechazo, dudas.

Esta magma es extraña, en ocasiones quien se acerca no representa amenaza, entonces todos los temores son expuestos, cada herida crónica revelada, sin miedo a parecer paranoica o un poco loca. Las lágrimas fluyen como si no hubiese posibilidad de parar. La desnudez del alma no es problema.

En ocasiones, al contrario, esa persona llega a ser un prototipo de lo que siempre esperaste: las palabras adecuadas, el interés desmedido, la afinidad de pensamiento, etc., cosa que se transforma en admiración, atracción...y amenaza...¿Esto otra vez? entonces la magma automáticamente ennegrece, y se cierra a posibilidades de cambio y sanidad, se cierra a ser vulnerable, vuelve el orgullo protector y trata de acomodar todo en su lugar: las cosas están bien, yo puedo con esto, la estructura no me sanará, Dios lo hará, etc, etc.

¿Que por qué publico esto? no sé. Trato de ser sincera conmigo misma. Registrar los estadios de mi corazón a fin de entenderlos mejor y arrojar alguna luz sobre la oscura madeja de mis pensamientos. Dios me ha convencido de que separada de Él ya no puedo yo hacer nada, pero que siempre necesitaré que alguien me ayude en la jornada. Que los instrumentos que desprecio en medio de recaídas de decepción, aún pueden ser útiles si les quito el poder exclusivo y eficaz y le doy a Dios la oportunidad de moverse como quiere.

Sé que Él fluye entre los estados de la materia, entre el rojo y el negro, que en medio de tanta bondad suya podré descansar y construir puentes de sanación, de relacionamiento restaurado. Lo anhelo de verdad.

diciembre 27, 2011

Incertidumbres

Qué bueno es conversar sin querer trasgredir al otro, sin querer siempre saberlo todo o tener la razón. En el plano de la realidad que golpea y del dolor inquietante, aparece la incertidumbre. Hoy tuve la oportunidad de compartir con una amiga sobre temas relacionados con la homosexualidad y cómo a veces encontramos cosas que no podemos explicar, o darle un 1,2,3 y fácil solución. La verdad es que no la hay.

No sabemos si seguiremos luchando igual, si las luchas se intensificarán, si llegaremos a aceptarnos lo suficiente, si llegará la sanidad que tanto anhelamos... si encontraremos la verdad acerca de quienes somos. No sabemos mucho, realmente. Pero pienso que en el plano de la incertidumbre y de la duda es que llegamos verdaderamente a conocernos y a madurar nuestras respuestas, a tener una fe propia.  Por supuesto, no todo estará resuelto...pero cuando compartimos esos callejones sin salida y esas preguntas sin respuesta, de alguna manera encontramos algo de seguridad, de que hay alguien que entiende. Y eso hace la carga más llevadera.

También pasa que cuando compartes con alguien que pasa lo mismo, te quitas las máscaras y reconoces que no todo es tan fácil, y que hay puntos del camino en los que no ves absolutamente nada, por tanto, de una extraña manera descansas...reposas en la búsqueda y en la apariencia y eres como eres.

A mí la incertidumbre me sigue guiando hacia Dios, al misterio que lo encierra, a la verdad que se halla tras sus puertas. No tengo todo claro, pero siento que no me importa todavía, mientras pueda acercarme a Él y conocerle como Él me conoce a mí. Por encima de mis dudas El sigue siendo una certeza constante.

diciembre 03, 2011

Recuerdos, mariposas, y otros dolores crónicos


Hoy vi una película que hacía mucho tiempo no veía, “El efecto mariposa” la cual trata de un joven que tiene una enfermedad en el cerebro que no le permite recordar algunos eventos de su vida. A este joven, el psiquiatra le recomienda llevar un diario de lo que va pasando cada día para que ejercite su memoria. Durante su infancia ocurrieron una serie de sucesos traumáticos para él, y para sus amigos.  El padre de dos de sus amigos los grabó en una película pornográfica, ellos estallaron un buzón de correo matando a una bebé, uno de los niños (traumatizado por la depravación de su padre) siente celos del protagonista que se besa con la hermana de él y lo amenaza con quemar a su perro, lo cual termina haciendo.  Cuando este joven crece y está en la universidad, leyendo por accidente sus diarios, se devuelve en el tiempo a los hechos que sucedieron en su infancia y logra recordar lo que en su momento no pudo.  Va de nuevo a su barrio de la infancia y busca a sus amigos para constatar que lo que vio en su mente fue cierto y los encuentra totalmente transformados. Uno en un antisocial, obsesivo muchacho construyendo aviones miniatura y la muchacha como mesera olvidando su realidad.  Él intenta que ella le diga lo que sucedió, haciendo que ella luego de su visita desentierre esas memorias trágicas de su infancia con lo que se suicida. El dolor que le provoca la noticia al protagonista hace que quiera acceder a esos recuerdos para modificarlos. 

Desde ese punto para mí, la película empieza a hacerse interesante. El joven intenta cada vez que lee esos diarios de modificar los sucesos de su infancia: Corrigiendo al depravado padre de sus amigos, entregándole un pedazo de lata al otro amigo para que libere al perro, advirtiendo a la mamá de la bebé que se alejara del buzón donde estaba el cohete, etc.  Pero cada vez que lo hace resulta peor. Ayuda a un amigo y otro pierde el control, se sana una vida pero otra en su amargura regresa para destrozarles la vida, todos quedan bien, pero el queda inválido, etc. 

Para no terminar de relatar la película (que aunque no lo creas no es la motivación), me limito a decir que me deja una gran reflexión personal.  En mi trayecto de sanidad, he encontrado tantas trabas, que siento que de alguna manera para evitar más dolor, he reprimido algunos recuerdos traumáticos y he puesto una barrera inconsciente para acceder a ellos.  No pienso que lo que voy a escribir sea una teoría o algo, no soy psicóloga ni nada por el estilo, pero me atrevo a pensar que debe haber ciertas cosas de nuestro pasado que bloquean nuestro crecimiento y a las cuales aún no podemos acceder, que es preciso que encontremos la manera de sanar, aunque sin convertirlas en una obsesión.  Como cristiana, ya con cierta experiencia en procesos de sanidad interior, consejerías, ministraciones, y sesiones de psicología, casi que puedo diagnosticar a los personajes de la película y porqué llegaron a ser así: dementes, prostitutas, antisociales, etc.  Y es inevitable para mí pensar que si yo tuviera la posibilidad de acceder a esos recuerdos  que me producen esos traumas que ahora tengo en mi personalidad, mi relacionamiento con hombres y mujeres, mi identidad, entre otros, tal vez las cosas serían más fáciles.
Pero también la experiencia, el tiempo, y la frustración de no lograrlo aún, me han enseñado cosas.  La primera, la más obvia, que mi sanidad no debe ser la prioridad en mi vida por encima de mi meta de seguir a Jesús y vivir por Su reino.  La segunda, que por más que yo quisiese cambiar mis recuerdos, o que tal o cual persona me pidiera perdón por lo que me hizo, nada cambiaría. Los recuerdos siguen estando allí, y el pasado (aunque muchas películas nos quieran hacer soñar con eso) no se puede modificar.  La tercera,  que debemos tener presente, que la única manera de romper con la atadura que deja un trauma en nuestra vida, es por medio del perdón,  debemos ir allí, con Jesús, y perdonar ese cuadro, escena, situación que nos violentó.  No hay otra manera, por nosotros mismos no lograremos nada,  y como le pasó al personaje, no haremos sino que las cosas se pongan peores, con venganza, amargura, rencor, etc. 

Mi asunto aquí es la carga emocional, espiritual y mental que produce el acceder a esos lugares de mi memoria.  Ya sé que no debo hacer de eso una obsesión, y que la frustración que me genera no ver resultados en ministraciones en la iglesia me hace pensar que es algo que primero debo resolver a solas con Dios. Algo en específico.  Esa evasión al dolor y a la frustración es lo que me ha producido de alguna manera cierto escepticismo y bloqueos en la fe. Me ha producido estancamiento.  Siento que si quiero respuestas, si quiero salir de esta cárcel, debo empezar por entregarle esos lugares, recuerdos, y situaciones a Dios. Entregárselos de verdad. Debo pedirle que me ayude a tener la seguridad en sus promesas de protección, cuidado y libertad. Debo ir aunque todo al principio sean tinieblas, provocaciones, distorsiones, etc.  Debo recordar la provisión de luz y voz.  Debo recordar quién murió para darle paz a mi mente y a mi corazón (Filipenses 4:7).  Que Él anhela verme libre.

octubre 29, 2011

Ilusiones y expectativas - interludio

Cuando estamos impacientes, cuando queremos quitarnos de encima nuestra soledad e intentamos superar la separación y la sensación de que nos falta algo, que a veces experimentamos, fácilmente nos relacionamos con el mundo poniendo en él expectativas devastadoras. Ignoramos que también nosotros sabemos, desde un conocimiento profundamente asentado en nosotros, intuitivo, que ningún amor o amistad, ningún abrazo íntimo o beso tierno, ninguna comunidad, comuna o colectividad, ningún hombre o mujer serán capaces jamás de satisfacer nuestro deseo de vernos aliviados de nuestra condición de solitarios. Esta verdad es tan desconcertante y dolorosa que nos hacemos más propensos a los juegos de nuestra fantasía que a hacer frente a la verdad de nuestra existencia. Así seguimos esperando que algún día encontraremos al hombre o a la mujer que realmente entienda nuestras experiencias, la mujer que traerá paz a nuestra vida inquieta, el trabajo donde podamos agotar nuestras posibilidades, el libro que nos explicará todo y el lugar donde podamos sentirnos en el hogar. Tal esperanza falsa nos lleva a hacer peticiones que llegan a agotarnos, y nos preparan para una hostilidad amarga y peligrosa, cuando empezamos a descubrir que nadie ni nada puede llenar nuestras expectativas de absoluto.
                                                          El Sanador herido, Henri Nouwen

Qué cierto... ¡Gracias, Henri!

octubre 08, 2011

Ilusiones y expectativas 1

"I've spent so long firmly looking outside me
I've spent so much time living in survival mode"
- Precious illusions, Alanis Morissette 



Soy mujer, y creo que esto que mencionaré a continuación es una lucha con la que lidiamos especialmente nosotras, y quizás más algunas con cierta tendencia temperamental. El idealismo. Queremos llenar nuestro vacío de admiración, afecto y amor,  buscando alguien que pueda ver algo grandioso en nosotras, que pueda mostrar interés en lo que somos. También, creo que nos pasa, tratamos de encontrar una persona que cumpla nuestras expectativas, ya sean físicas, de conocimiento, de gustos, etc. 

Siempre he sido así. Recuerdo de adolescente le hacía una oración a Dios que era algo así: "Dios, por favor, concédeme un hombre que sea muy inteligente", en ese entonces nada de eso abundaba por donde yo mirara y cuando apareció, al principio parecía llenar todas mis expectativas, pero luego, su inmadurez salió a flote, y eso que era bastante mayor que yo. Mucho cerebro, poco corazón, poca vida más allá de sus gustos extraños y palabras elocuentes. Quedé curada y no volví a hacer ese tipo de peticiones (en realidad no quedé curada, sólo decepcionada y decidí por esa y otras situaciones de mi vida cerrarme y fantasear con prototipos en mi mente). Las mujeres seguían siendo más sencillas para mí, pero afortunadamente tenía una especie de conciencia interna que no me permitía lanzarme.

Con el paso del tiempo, de muchos golpes, de muchas confusiones y malas decisiones, de procesos y purificaciones- ya en Cristo-, empecé a mentalizarme en querer intentar de nuevo algo con un hombre. Internamente mi check list (lista de requerimientos) si contenía un prototipo de hombre que según mi modo de pensar "jamás me haría daño" modo de pensar al que llegué luego de haber pasado por abusos y malas relaciones con el género masculino.  Para ser más sincera todavía, el prototipo si era bastante específico y al imaginarlo -decía- nada iba a salir mal.

Pues bueno... ese hombre apareció. Cada detalle que me hablaba de él, era un chulito que le ponía a mi lista (todo esto, inconscientemente, claro), cada cosa que conocía de él me entusiasmaba. Llegó a tal punto a sorprenderme que no me creí digna de él. Eventualmente nos hicimos más y más amigos, y yo lentamente empezaba a planear cómo serían las cosas cuando se dieran, y empecé silenciosamente a tomar algunas de mis decisiones alrededor de lo que él hiciera ¡aunque no había nada entre nosotros! esperaba cada día el momento en que se hiciera el click, él no decía nada, y yo tampoco, me cansaba un poco el tema de que nada pasara, de su timidez, de muchas cosas...

Para no hacer más largo el cuento, llegó el tiempo de tormentas por el cual estoy ahora, tuve que viajar para atender la hospitalización de mi papá y esperaba que él me llamara, me escribiera, se diera por enterado, se preocupara por mí y nada... nada... nada. Cuando llegué, como si no existiera, en fin... tuve que enterarme luego de que estaba saliendo con otra chica de la iglesia, aunque para esas épocas yo ya me lo presentía...

Puaj!! se me cayó el ídolo! me he sentido mal por muchas cosas en este tiempo, pero especialmente porque lo creía tan infalible que cuando pasó, inmediatamente sentí el dolor de ver todo caer. Mis esperanzas, mis sueños, mi casi armada seguridad emocional.
Ya a estas fechas el perdón ha ayudado mucho, pero lo que me viene a la mente es, cuan peligroso es todo esto de idealizar y depositar expectativas demasiado altas en alguien, o en algo diferente a Dios.  Cuan peligroso es, beber (así no sea materialmente, cosa que diferencia nuestra lucha de la de los hombres) de cisternas rotas que no retienen agua, buscarnos nuestra seguridad y afecto aparte de la fuente inagotable de Dios.  Por irnos detrás de lo que creemos adecuado y apropiado para nosotros, nos podemos estar perdiendo primero, de una relación totalmente vivificante por sí sola en Jesús, y segundo, de lo que en verdad Dios quiere darnos.  Su perspectiva y Su visión superan en mucho la nuestra, golpeada por condicionamientos sexuales, familiares, sociales, religiosos, etc. 

Ya que el post está largo, sólo me queda decir que mucho tiempo fui la de ese video que puse al principio del post, no sólo en el área emocional, sino en muchas más, mirando afuera, escribiéndome ilusiones que me permitieran sobrevivir a una vida a la que no le veía futuro. Hoy ya no. Ha sido suficiente. He decidido poner mis expectativas en Dios, el guiará mi vida según el curso que Él ha trazado (Prov 21:1). Y esa es la vida abundante que quiere darme.

agosto 18, 2011

Dar y recibir

De un diario a otro diario...plenamente identificada, no es necesario añadir más.


"Entregarte a los demas sin esperar nada a cambio solo es posible cuando has sido plenamente
recibido. Cada vez que descubres que esperas algo a cambio de lo que has dado o te desilusionas cuando no se te retribuye nada, vas tomando conciencia de que aun no has sido plenamente recibido. Unicamente cuando te sabes incondicionalmente amado (es decir, plenamente recibido) por Dios, puedes dar en forma gratuita. Dar sin esperar nada a cambio es confiar en que todas tus necesidades seran cubiertas por Aquel que te ama incondicionalmente. 


Es confiar en que no necesitas proteger tu propia seguridad, sino que puedes entregarte completamente al servicio de los demas. La fe es, precisamente, confiar en que tu, que das en forma gratuita, recibiras en forma gratuita, pero no necesariamente de la persona a quien te entregaste. El riesgo radica en que te entregues a los demas con la ilusion de que ellos te recibiran plenamente. Pronto te sentiras como si los demas se estuvieran alejando con partes tuyas. No puedes entregarte a los demas si no eres dueño de ti mismo, y solo puedes ser verdaderamente dueño de ti mismo cuando se te ha recibido plenamente en un amor incondicional.

Gran parte del dar y recibir tiene una caracteristica violenta, porque quienes dan y quienes reciben
actuan mas desde la necesidad que desde la confianza
. Lo que parece generosidad es en realidad
manipulacion, lo que parece amor es en verdad un grito en busca de afecto o apoyo. Cuando te sepas
plenamente amado, podras dar de acuerdo con la capacidad de recibir del otro, y podras recibir de acuerdo con la capacidad de dar del otro. Estaras agradecido por lo que se te de, sin aferrarte a ello, y dichoso por lo que puedas dar, sin jactarte de ello. Seras una persona libre, libre para amar.
"

Henri Nouwen - La voz interior del amor.


agosto 05, 2011

Decisiones

Dicen comúnmente los predicadores que no se deben tomar decisiones en tiempos de tormentas, es decir, cuando se pasa por dificultades no es buen momento para virar de rumbo, abandonar, emprender... tal vez sólo sea momento para aguantar.

Aquí aguantando han pasado por mi mente mil cosas, decisiones que si quiero tomar tan pronto acabe todo esto. Decisiones respecto a mi vida, mi relación con Dios, mi área emocional, etc. ¿Podría resumirlas o traducirlas en una canción de alabanza? bueno, esta letra no es propiamente de alguien cristiano, ni tiene ese fin, pero es totalmente acorde a lo que mi corazón desea expresarle a Dios (tanto que me sorprende) , así que aquí queda, como registro:
     
         ***
DE REGRESO
Ilona


Hoy vuelvo, cansada de huir,
De la vida, que se quedo aqui,
De regreso, sin más soledad,
Sin más llagas, ni dolor de mas,

Hoy vuelvo, esperando más,
De los pasos, que se puedan dar,
El camino, no se acaba aún
Se transforma, y puedo ver tu luz.


He venido a dar la vida entera,
A vivir sin ninguna reserva,
A reconstriur de nuevo el sueño de sentir,
de entregar amor, de estar despierta.

Hoy vuelvo, y se va el temor,
Y las sombras, callaron su voz,
Hoy regreso, a encontrar tu luz,
Porque afuera, se muere el azul.

He vuelto con amor, para darte,
Ya no habrá temor, no,
En adelante, no me fui para perderme, no,
Sino para encontarte

julio 18, 2011

Autoconocimiento y verdad

Lejos de los que quiero, de mi hogar y mis cosas, no puedo más que sentirme sola. Las tormentas siguen ahí azotando y en medio todo esto siento, como mi cuerpo busca como llenar los vacíos. Es increíble, una mirada, un saludo no contestado, un rechazo, de una manera extraña pueden provocar una atracción. Y no puedo evitar detectar cierto patrón físico y de personalidad en mis atracciones (cosa que me ayuda bastante), y cierto patrón interno de reacción según las circunstancias.

¿Que se siente mal? Sí, bastante. Confirmo con el pasar del tiempo que no se trata de otros, el problema de mi AMS (atracción por el mismo sexo), sino que se trata de mí y que no puedo huir. Dondequiera que vaya, bajo una u otra circunstancia, algo hará que dentro de mi se provoquen oleadas emocionales, conexiones absurdas que armo para sentirme de algún modo amada e importante. Sin embargo, con lo doloroso que puede llegar a ser el hecho de no descansar de esta lucha en todas partes, siempre se puede sacar lo bueno. Tarde que temprano uno se da cuenta que tiene que aceptarse como es, amarse como es, con las debilidades y dolencias del alma. Que hay que aprender a manejar lo que aún permanece ahí porque de alguna manera es parte de nosotros y si lo negamos o lo atacamos, solo lo hacemos más grande.

No quiero decir con esto que hay que darle rienda suelta a los deseos y pasiones que hay dentro de nosotros.  Digo que hay que saber reaccionar frente a nuestra debilidad y a nuestras carencias, reconociéndolas e imprimiendo verdad en ellas: que están pero que Dios ha dicho algo al respecto. Bien sea que Su fiel amor nos guarda, que Él es la fuente que realmente calma la sed, que somos transformados de gloria en gloria por el poder de Su Espiritu, que somos AMADOS incondicionalmente, etc. Eso lo he descubierto en este último tiempo también, que cuando siento venir todas esas cosas que me inquetan la mente y el corazón, Su verdad está ahí poniendo el cable a tierra y redireccionandome. Es sabio volverse lo más pronto, al oír esa voz.

Vi esta película recientemente "Al frente de la clase"  y la super recomiendo, no porque trate directamente el tema de la homosexualidad, sino porque habla de como aprender a vivir la vida con una debilidad o lucha y no dejarse derribar por eso. Antes bien, el protagonista la ve como su maestra, lo cual me recuerda esto:


 Me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”. 2 cor 12:8-9
Aquí el trailer de la película:

http://www.youtube.com/watch?v=u7YpDPNdEwQ

junio 13, 2011

La aflicción de la inquietud

Con un vaso de bendiciones en espera,
"Derramemos ", dijo, "en él todo lo que podamos;
Que las riquezas del mundo que yacen dispersas,
Se contraigan en un solo espacio ".

Así que la fortaleza primero abrió camino;
Después la belleza, después la sabiduría, la honra y el placer;
Cuando casi todo había salido, Dios se detuvo,
Percibiendo que de todo su tesoro,
Solo quedaba en el fondo el descanso.

"Porque si también le doy ", dijo Él,
"Esta joya a mi criatura,
Él va a adorar mis dones y no a mí,
Y a descansar en la naturaleza y no en el Dios de la naturaleza:
De esa manera, los dos saldremos perdiendo.

"Así que dejemos que tenga el descanso, 
pero mantengámoslo con la aflicción de la inquietud;
Que sea rico y cansado, para que al menos,
Si no lo guía el bien, sea entonces el cansancio
El que lo lance hacia mi pecho ".
 La Polea
George Herbert

febrero 16, 2011

Regresa al lugar firme

Soledad. Tengo que reconocerlo. Cuánto más sola me sienta, más tendré la tendencia a aferrarme a la obsesión, y a todas mis manías mentales y emocionales. Me he sentido particularmente sola últimamente. Las mismas rutinas, y la falta de conversaciones enriquecedoras me han sacado al mundo ilusorio donde bebo intimidad y compañía.

Necesito un imperativo espiritual. Algo que decirme a mi misma cuando mi cuerpo y mi mente se aferran al capricho y se apartan de Dios.

Comparto hoy uno de esos imperativos espirituales que Henri Nouwen escribió cuando pasó por una angustia parecida a la mía, tomada del libro La voz interior del Amor.

Ahí va:

Regresa siempre al lugar firme

Debes creer en el sí que te devuelven cuando preguntas: “¿ Me amas?” Debes elegir este si, aún cuando no lo sientas.

Te sientes abrumado por distracciones, fantasias, el perturbador deseo de lanzarte al mundo del placer. Pero ya sabes que no encontraras alli una respuesta a tu pregunta mas profunda. La respuesta no pasa por repetir viejos eventos ni por la culpa ni la verguenza. Todo eso te hace disiparte y abandonar la roca sobre la cual esta edificada tu casa.

Debes confiar en el lugar que es firme, el sitio en que puedes decir sí al amor de Dios, aun cuando no lo sientas. Justamente ahora, no sientes nada mas que el vacio y la falta de fuerza para elegir. Pero sigue diciendo: “Dios me ama, y el amor de Dios es suficiente.” Tienes que elegir el lugar firme una y otra vez, y volver a el despues de cada fracaso.

febrero 12, 2011

Amor es exposición

Amor es exposición. Amo en la medida en que he sido expuesta a grandes dosis de amor. Nada para mí parece más importante en el evangelio.

Cada noche, al orar, le pido perdón a Dios por la gran cantidad de estupideces que he dicho, por acciones que no tomé, por pensamientos obsesivos y codiciosos, por una lista bien corta, la verdad, de pecados consistentes y repetitivos.

Sin embargo, si algo me duele es saber que en lo que más fallo es en los dos primeros mandamientos. "Amar a Dios y amar al prójimo como a mi mismo" en lo que se resumen la ley y los profetas. Me duele un día más de oración en medio del sueño, un día más entretenida en lecturas y pensamientos, un día más siendo dura con otros y conmigo, un día más lejos de Dios.

Siempre he creído que el amor es el centro, la solución y el problema. Dejarme amar por Dios ha sido el tema de mi crecimiento espiritual, el tema porque me cuesta, siento incomodidad, siento una extraña agonía, siento un horrible silencio y la sensación de estarme hablando a mi misma, y lo peor, sin sentir absolútamente nada.

He pensado también que es por esto que ando con sed. Que ando reactiva al amor de los demás, a su respuesta, a sus síes y a sus noes. Que es por esto que la tentación me lleva a mundos fabricados donde recibo lo que quiero, donde me siento amada, y donde cada necesidad es suplida sin sufrimientos ni rechazos. Sin embargo, pasa con los paliativos, que nunca solucionan el problema real.

Andar por la vida intentando reflejar a Dios e intentando hablar en Su nombre, sin Su esencia, es perder el tiempo. Es soltar palabras al viento, es camuflaje en vez de Presencia. Es querer hacer en nombre de Dios cualquier cosa, servir, adorar, orar, dar el cuerpo y el alma por otros, sin hacer diferencia. El mundo esta harto de ejemplos así. Esta harto de la indiferencia que eso provoca.

Amor es exposición. Amar es exponerse al amor de Dios sabiendo que es aquella cosa necesaria para exponer mi amor al mundo. Dios en eso tiene mucho que enseñarnos. Se expuso a nuestra burla y nuestro desprecio en la persona de Jesús, se expuso al rechazo, al riesgo de crearnos con libre albedrío para amarle o no.

También, no hay amor verdadero que no se exponga, a lo bueno o a lo malo. Amor riesgoso. Amor que se expone a sufrir, a visiones de dolor, a momentos de ausencia, a la larga espera, amor expuesto a lo que sea, a dar y a recibir sin condiciones.

Tengo mucho que aprender de ese tipo de amor. Tengo que exponerme, en doble vía. Sea ese tal vez, el motivo de toda mi vida.

febrero 08, 2011

A veces, ¡mejor tuerta!



A principio de año, no paraba de pensar en el tema de la visión, los ojos, la vista. Cuando inicié mi devocional leía Mateo 6, donde el Señor dice esto:

22 »El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz.23 Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!
Sabía que mi visión estaba nublada. Dejé de soñar y en el fondo sabía que no iba para ninguna parte. Al parecer, al quererme liberar del estandar que se me ofrecía, empecé a alimentar mil razonamientos que me dieran esa "libertad" para vivir.

Sin embargo, llegaban las noches y sentía como quemaba tiempo, como luego de tanto esfuerzo mental, había cierto alivio temporal pero, ni era una mejor persona, ni estaba cambiando en nada mi mundo alrededor. Había perdido luz.

Llegué a entender que tanto reflexionar y razonar me estaba frenando a hacer las cosas que mi corazón más anhelaba: Orar, tener intimidad con Dios, servir, dejarme amar. Me frenaba por mil pensamientos ridículos respecto a construir un camino más libre, más espontáneo, una comunicación de todo el tiempo...etc. La cosa es, que no hacía ni una décima de lo que hacía antes cuando pensaba que era poco espiritual y tenía cierto horario y cierta disciplina. Mi espíritu ya no encontraba profundidad en la Palabra, ya no sentía que ella me hablaba, ya me costaba expresarle a Dios amor y agradecimiento y me limitaba a la queja. Algo pasaba, ya no era igual.

Jamás entendí eso que Jesús decía respecto a quitarse un ojo, si ese ojo le era ocasión de pecar (si ese ojo le hacía pecar). Hoy lo entendí distinto. Pienso que aquel que se excede en razonar pasa demasiado tiempo atento a lo que ve, en vez de estar atento a lo que Dios ya le ha dicho que debe hacer o a lo que ya sabe en su corazón. Por estar demasiado atento a lo que físicamente ve, pierde de vista los ojos de fe.

Por eso digo: ¡mejor tuerta!, necesito mirar mi camino, pensar y evaluar, pero es totalmente desgastante vivir sólo así. Necesito un sólo ojo para eso. Con el vacío del otro ojo, mejor me armo un ojo de fe, un ojo que me empuje a la acción, que me empuje hacia los sueños y visiones que Dios tiene para mí y para que construyamos juntos. Jamás podré armar una conexión coherente entre todos los razonamientos para hacer lo que hago y para los resultados que puedo o no obtener. Siempre habrán vacíos de conocimiento, y preguntas por responder. La pregunta es si me la voy a pasar toda la vida así (corriendo y buscando cables) o si mejor voy dando pasos de fe y voy dandole a mi vida alas.

En fin... esa es sólo una parte de mi reflexión al respecto. Vale la pena meditar en eso.

enero 28, 2011

Recordar es vivir

"Recordar es vivir" es un dicho que normalmente se cita en mi país. Se menciona especialmente cuando uno hace remembranza de los buenos momentos vividos, y las cosas realizadas.

Tengo que agradecerle a Refreshing from heaven, del blog Mi Lucha Interior, un bloguero con quién he construído una relación de apoyo y amistad en el camino, que a través de muchas de las cosas que dice y que comparte, revela mucho de su carácter: Firme, con fe como de un niño, y radical en lo que cree. Hoy en su post escribe sobre un ministerio de sanidad interior en España y de los testimonios impactantes allí.

Hablé ayer de leer y de no cansar de redefinirse. Es verdad. No me arrepentiré de tener que borrar el papel de cosas escritas y volver a arrancar. Ayer leí sobre una historia de alguien que estando dentro de la iglesia decidió "salir del closet" y construír su vida así. Hoy leí sobre un testimonio de una lesbiana que se convirtió al cristianismo y como su vida tan dañada, fue restaudara por el Dios de amor.

Esa historia me impactó tremendamente. Tuve una especie de "flashbacks" de mi pasado, de oraciones angustiosas que hice, de pésimas decisiones que tomé... pero sobretodo, recordé el inicio de esta historia que he ido tejiendo con Dios y que ha marcado la pauta de un nuevo caminar, de una nueva forma de ver la vida. No puedo ignorar eso. No puedo ignorar que Dios me sacó del lodo cenagoso y me puso sobre la roca que es mi Jesús.

No puedo ignorar que todo el rechazo que cargué tanto tiempo, lo ha ido transformando en una nueva creación, en Su rosa, en una mujer a la que voltean a mirar en la calle (ja! y cómo me río de eso), como ha hecho tanto en mi vida y la de mi familia que con solo pensarlo se me llenan los ojos de lágrimas. Sé que eso suena algo pacato para mis posts agresivos y confusos de los días anteriores. No me importa. Es la pura verdad.

Tratando de conciliar lo escrito en este y el anterior post, podría decir que no me arrepiento de lo que he dicho en los posts anteriores, de mi confusión, de cierto cansancio de querer manifestar un cambio externo en mi atracción y esas cosas, de dejar de rechazar sentimientos que están ahí y a los que no siempre se les puede huír. Todo eso me hace de alguna manera más humana, más consciente de la realidad que comparto con millones de hombres y mujeres de este mundo, con la lucha por vivir una vida digna y una vida que no sea rechazada por sus decisiones.

Sin embargo, tampoco me arrepiento de decir que amo a Dios con todas mis fuerzas, que en el fondo de mi corazón, no quiero seguir igual, quiero disfrutar una vida llena de amor real, de vivenciar la transformación y la sanidad que Él le dió a muchas personas mientras estuvo y estuvieron en la tierra (cojos, ciegos, prostitutas, y quiero pensar que homosexuales), quiero verlo obrar más allá de mis opciones y de lo que puedo ver. Quiero algún día ser una voz de esperanza, alguien que pueda transmitir algo de lo mucho que ha recibido a otros (porque lo cierto es que he recibido mucho).

No puedo desligar lo humana que soy, con mi ciudadanía celestial. Son el conjunto de cosas que me ayudarán a no enloquecerme en el camino hacia el cual Dios anhela llevarme. Bendigo la oportunidad que Dios me dá para construir mis convicciones, y para creer en una plena restauración, en el día a día, en medio de las circunstancias, en medio del no todavía.

enero 27, 2011

Redefinirse

Nos redefinimos a cada momento, bueno al menos yo. Redefinirse no debería darnos miedo. Hay dudas qué combatir, hay sentimientos qué enfrentar, y un sin número de historias qué leer y qué pensar.

Leía hoy una entrevista hecha a Jennifer Knapp, cantante de música cristiana que hace un tiempo "salió del closet" y admitió que era gay. Me sorprendió la lucha que ella tiene, no respecto a su orientación, sino al hecho de que su elección se debatiera con su fe. Pienso a menudo que esa es una situación en la que nos pone la iglesia y la gente que la conforma. Esto hace, para el que está en la fe cristiana y con luchas con la atracción por el mismo sexo, muy difícil el llegar a aceptarse, e incluso a dudar de si es una persona de fe.

Me impactó esto que dijo: (pongo la traducción abajo)

I have a lot of fans who live in real-life scenarios, not just live within the walls of their church. They aren't surrounded by Christians all day long; they don't just listen to Christian music. I have a lot of critically thinking fans who are trying to sort out their lives as Christians as best they know how. I think as a result of that, a lot of them have been marginalized; they're still seeking to be Christians but not always measuring up to the marketed idea of who they should be.


Tengo muchos fans que viven en escenarios de la vida real, no solo viven dentro de los muros de su iglesia. Ellos no están rodeados todo el tiempo de cristianos, ellos no solo escuchan música cristiana. Tengo muchos fans de pensamiento crítico, que están tratando de resolver sus vidas como cristianos lo mejor que saben. Creo que como resultado de eso, muchos de ellos han sido marginalizados; ellos todavía están buscando ser cristianos pero no siempre alcanzando a la medida del "mercado" de quiénes ellos deben ser.
Pienso que intentar ser como un ideal que se nos vende es un gran error. El ideal hetero y de cambio instantáneo está guiando a mucha gente fuera de la fe, o a destruirse a sí misma (suicidarse u odiarse). Es preciso construir una fe y un conjunto de convicciones reales, que tengan un sustento, no solamente por que nos dicen que así es que debe ser. Estamos en proceso y se nos da Gracia aún para asimilar todas las cosas que nos pasan, todas las cosas que arremeten contra nuestro amor propio, contra nuestro deseo de amar a Dios.

enero 20, 2011

Y arranca todo de nuevo: 2011 ¿Out of this land?

Mañana parece arrancar todo de nuevo. A nivel de iglesia, comienzan actividades y me asusta un poco lo que viene. Por una parte, no quiero sentirme de nuevo la "rara" en medio de la gente, no quiero seguir manteniendo rencores, juicios y prejuicios (reales o imaginarios) respecto al trato que he recibido anteriormente. Digo, no es que se me haya tratado mal en mi iglesia y en el grupo al que asisto, es sólo que de alguna manera ya no puedo responder como antes, tan entusiastamente, tan diligentemente, sencillamente, no puedo.

Estos días al pensar en este arranque de año, me ha asaltado la duda varias veces, respecto a qué hacer, que camino tomar, cómo comportarme, etc. No puedo negar que la percepción que otros tienen de mí me importa, y que lo que creo (mi percepción) de lo que ellos piensan, me hace actuar de determinada manera. No confío igual que antes en muchas cosas. Necesito que se me den razones o que se me indique un camino más allá que ofrecerme las mismas herramientas y la misma secuencia de cosas. Ya las sé.

Probablemente muchas cosas asociadas a la sanidad interior no tengan que ver SOLO con el pasado, sino con la construcción de seguridad y confianza, y de la aceptación de uno mismo en el proceso. El "Fix" no es tan rápido, y eso debería enfatizarse, porque los que arrastramos con taras y secuelas de heridas muy grandes, nos damos muy duro cuando vemos lo mucho que nos cuesta en relación a otros.

A mí mi sanidad me ha costado mucho, muchísimo. Es uno de los motivos que más ocupan mi atención (si no es el que más). He pasado por varias fases, he estado en ministerio de restauración, he hecho pasos de sanidad interior, he ido a psicólogo, etc. Muchas de estas cosas han cavado y cavado en mi pasado, hasta el punto de volverme paranóica respecto a cosas que creo no haber encontrado aún y que me hacen todavía "defectuosa" espiritual, emocional y sexualmente.

No puedo negar que esos procesos me han ayudado, pero tampoco puedo negar el dolor de la frustración del "no todavía", de la horrible sensación de "quedarse atrás" respecto a otros que comenzaron conmigo, entre otras cosas.

Ahora que lo pienso, nunca fuí del todo normal, y no sólo en lo referente a la orientación sexual. Siempre fuí considerada una "weird" dentro de los grupos comunes. Poco aceptada mi irreverencia y mi desdén por afiliaciones perpetuas a élites y "roscas" de todo tipo. En medio de lo perdida que me sentía, nunca fue mi opción intentar ser igual a alguien, ni pensar en masa. La lectura y la soledad ayudaron un poco a eso. El humor también.

El saberse diferente y el que otras personas lo reconozcan da un poco de miedo. No con todos se puede ser igual de sincero. Recibir demasiada sinceridad hoy puede ser considerada una virtud. Mañana no tengo esa opción, eso me asusta. Me asusta tomar decisiones perpetuas y encontrar que sigo fallando, me asusta volver a correr por sueños y logros de masas. Aunque también me asusta seguir siendo la misma, es verdad. Me asustan mis defectos de carácter, me asusta lo voluble de mi ser interior. Hay muchas cosas por mejorar pero no sé cómo, ni en que forma o grado pedir ayuda. Dios es el que obra la transformación, es sólo que no me quiero perder oyendo sólo mi propia voz..... en fin.

Mañana captaré estímulos y sondearé reacciones. Trateré de escuchar con mis oídos y ver con mis ojos, si Dios me lo permite.

Sé que hay cosas buenas ahí fuera, esperándome.

enero 18, 2011

Para variar, no varío

Para variar, no varío. Qué se le puede hacer? veo a otros hablar confiadamente de un futuro que se pueden imaginar felices y contentos. Muchas veces estoy feliz con un día que termina sin que la sombra de mi error y mis pesares me atormenten.

No quiero quejarme más, tal vez es solo un post para pensar en varias cosas.

  • He tomado la decisión de volver al hogar. El intento, el intento se traduce a dejarme abrazar por el Amor en una agonía de silencio y de canto, en la que ya no me atrevo a pedir revelaciones, sólo puedo dejar que pasen. "Cuerdas de amor, capturan mi ser" momentos que permanecen y que cambian mi modo de pensar, me abren los ojos y el corazón a la expectativa por Dios.
  • El intento trae fallas. Habrán días como hoy que fracasos del carácter y del temperamento me hagan sentir una pésima persona, un terrible ejemplo de "seguidora de Cristo". Días que suelen arrojarme a la frustración y a la decepción con la que he vivido por largo tiempo. La frustración me invita a lugares cotidianos de pensamientos fantasiosos.
  • Lo que ha cambiado todo es mi decisión. Y más aún, la decisión de Dios. La suave pero insistente voz que me dice "Tu eres mi hija amada, en quién tengo complacencia". La voz que no me creo todavía pero que de alguna manera hace cambios en mi cerebro obsesionado, y en mi corazón sediento de amor.
Afortunadamente, para lo terco de mi actuar, y de mi tambaleante volver a Dios, El no varía, ni un centímetro. Esto lo expresa hermosamente este fragmento de un soneto de Shakespeare:

No es amor el amor que cambia cuando un cambio encuentra,

o que se adapta con el distanciamiento a distanciarse.


¡Oh, no!, es un faro eternamente fijo

que desafía a las tempestades sin nunca estremecerse;

es la estrella para todo barco sin rumbo,

cuya valía se desconoce, aun tomando su altura.


No es amor bufón del Tiempo,

aunque los rosados labios y mejillas corva guadaña sigan:

el amor no varía con sus breves horas y semanas,

sino que se afianza incluso hasta en el borde del abismo.


Ese eres Tú, por eso oro como la sunamita de Cantares "Llévame en pos de ti, correremos".

enero 12, 2011

Camino y encuentros parte II

La búsqueda del alma humana no puede desligarse de la búsqueda del espíritu hacia el regreso al hogar. Ahora que ya he sido tocada por el Espíritu mi búsqueda no es como antes, antes buscaba llenura, buscaba satisfacción más allá de toda expresión humana, y la encontré.

Luego de encontrarla, se abrió en mí una profunda necesidad de encontrarme a mí misma. La revelación de Dios muchas veces no sacia, sólo hace que se disparen más dudas y cuestiones. En lo personal, Dios se ha revelado como un Dios que sufre, que tiene grandes y profundas heridas, que me revela su propio dolor por mí, y no he podido entenderle, tal vez es una parte más de esa sensacion de no ser normal, de pertenecer al lado marginal.

Experimentar dolor en carne propia, dolor de ausencia, dolor de lo incomprensible del pasado y del presente, me ha hecho de alguna manera entender la división que hay en mí. No me acepto del todo, y ciertamente, no acepto la forma en que el mundo espiritual a veces se me revela. No acepto la anormalidad de mis crisis y mis quebrantos y eso no ayuda a la hora de querer llegar a alguna parte.

El año pasado me cansé de correr como loca a hacer ciertas cosas en lo externo que me dieran la sensación de sanidad que por dentro sabía que no estaba presente. Me harté y me desanimé muchísimo respecto a mi progreso espiritual, y al hecho de que muchas cosas seguían viniendo sobre mi vida sin desearlas y sin llamarlas.

La tentación y la incomprensión de lo que pasaba en esos momentos, marcó el inicio de una búsqueda diferente, la búsqueda del alma que no se comprende, que se piensa sola, que sufre y encuentra difícil hallar una salida. Esa búsqueda estuvo marcada por lecturas, estudio, entre otras cosas. Descubrí autores de la vida espiritual que fuera de darme certezas compartían de algun modo mis dudas, mis momentos de incertidumbre, y podían llegar a indicar un camino, el camino de regreso al hogar.

Pienso ahora que supuestamente, planeo una "visión" para este año, que lo que más quiero es tener claro hacia donde quiero ir, el riesgo implicará para mí una cercanía verdadera con Dios, una cercanía marcada por el abandono del miedo y del hallar razones, para caminar más y más profundo hacia el centro, hacia ese lugar al que temo llegar y que es el único que puede darme descanso y paz. La Casa de Su Amor.

Como dije al principio, las dos búsquedas de alguna manera tienen que llegar a ser una sola. El alma sola se puede perder en un mar de emocionalismo y existencialismo que jamás vaya a algún lugar. El Espíritu solo, podría desatender toda la cuestión y la búsqueda legítima del ser humano, aunque debo reconocer que el Espíritu es el mejor guía. Sin el Espíritu a bordo de esta aventura del alma humana, todo sería ir a la deriva y sin un norte, pues sólo el Espíritu sabe el lugar de regreso a casa, El ya ha estado ahí.