mayo 30, 2010

Por esto es por qué el reino de los cielos les pertenece...

Hoy me doy cuenta por qué Jesús dijo que el reino de los cielos es de aquellos que son como niños (Mt 19:13-15). Me avergüenzo de dudar tanto de Papá, y perder tanto tiempo buscando yo no sé qué cuando Dios ya me ha dicho tanto!, transcribiré una conversación que tuve hoy con una niña de 7 años y así podrás darte cuenta por qué me siento así:

Valentina: ...me preparé el otro día una malteada de cereal, lo licué y le eché leche y helado, además me encanta hacer muchas cosas raras para comer...y muchos otros inventos...

Yo: Uy qué chévere, ya ahora sí vas a ser como Flint Loco (el inventor, protagonista de la peli infantil lluvia de hamburguesas), y vas a hacer muchas invenciones!!

Valentina: No, aunque yo haga muchos inventos me seguiré llamando Valentina (apellidos reservados, pero los dijo) porque ese es el nombre que me puso mi papá (su papá ya murió) y por eso lo quiero tanto. Así es como me voy a llamar siempre, Valentina por V de vaca porque a mi me gusta el campo, como a mi papá, y Valentina también significa valiente, y como mi papá me dijo que era valiente yo sé que soy así.

Yo: (pues obviamente sin palabras) mmm si Vale, tienes toooda la razón. :S

Pude ver en su respuesta una firmeza y una seguridad que yo no he podido alcanzar. Me da tanta pena con Dios porque él me ha dicho cosas similares y aún sigo buscando intentar ser como otra persona, imaginarme una vida diferente a la que llevo, buscando mi identidad y mi afirmación en lo que otros dicen de mí... en una búsqueda ansiosa lejos de las palabras de Aquél que me ha amado tanto!

En esta etapa racional por la que estoy pasando, de la cual no puedo decir que todo es malo - porque no lo es- sí he descubierto que los logros intelectuales, el desempeño, y la seguridad en el conocimiento adquirido, jamás lograrán afirmar un corazón tanto, como las palabras de quién lo conoce íntimamente (esto es Dios mismo). Una habilidad, un logro, un don, incluso el hallar un lugar en la historia y en el propósito divino, jamás lograrán sobrepasar la inmensidad de sentirse pleno en el conocimiento de Dios mismo. El conocimiento expresado en 1 Corintios 8: 1-2:

"El conocimiento envanece, mientras que el amor edifica. El que cree que sabe algo, todavía no sabe como debiera saber. Pero el que ama a Dios es conocido por él."

Ser conocido por Dios es ser afirmado por Él. Una gran necesidad para todos aquellos que hemos sido quebrantados en nuestra autoestima y que cargamos con el rechazo y el abandono. Ser afirmados por un Padre amoroso que envía Sus palabras a sanar nuestra alma y a sellar las grietas de lo que nunca recibimos.

Nuestra actitud debiera ser como la de los niños: no dudan, creen ciegamente en el amor, las palabras y el cuidado de sus padres. No vacilan entre opiniones, una vez que les has dicho algo, lo creen con su corazón.

Hoy, sin duda, he aprendido mucho, más que de muchos autores juntos, hoy he aprendido lo que es confiarse, abandonarse, rendirse, a los brazos del Amor.

Gracias querida Valentina!

mayo 28, 2010

De la resistencia y la rendición

Me he resistido. He sabido mantenerme bajo llave durante mucho tiempo, a salvo de ser herida por las expectativas puestas en mí y en otros, a salvo de descubrimientos dolorosos, de la frustración del "no todavía", a salvo de las comparaciones, a salvo... a salvo de cualquier tipo de riesgo verdadero.

Me he creado una máscara. No necesito de nadie, no necesito siempre ser tan vulnerable, no requiero las mismas formulitas que le aplican a todo el mundo y a todos le funcionan -menos a mí- no, yo no necesito ayuda, he crecido demasiado y me he dado cuenta que todos repiten lo mismo como loras, que realmente no pueden ayudarme, su mundo es demasiado perfecto para entender las luchas consistentes de alguien más. Soy inteligente, soy razonable, ya conozco demasiado, puedo andar sola, tengo a Dios... y a mis libros.

He cerrado la puerta, he dicho que no, creí ponerme a salvo pero no puedo evitar sentir la tristeza de estar muriendo, de perder vida. He olvidado por completo la firmeza de las promesas de Dios -ya me parecen sugerencias- he hecho el voto de creer que el servicio, la vocación y el amor profundo y perfecto han quedado lejos de mi alcance. Me he acostumbrado a vivir así.

Rendición, Surrender en inglés. Me gusta más en inglés, me suena a saltar al vacío, a perder el control. He tenido ese deseo muy fuerte desde hace ya un tiempo. Surrender, casi a diario pienso en Surrender. He quedado envuelta en lazos mentales, en grilletes de pasividad y conformismo, en cadenas racionales de autosuficiencia. He entrado en un laberinto a buscar sentido, respuestas, propósito, con mi propia brújula vieja. Tu no estabas ahí, me he perdido, he perdido tanto.

Me faltan fuerzas para rendirme, pero quizás era necesario llegar a estar sin fuerzas para estar desesperadamente anhelante, desesperadamente ansiosa por el salto, por ser libre de no tener el control. Quiero recuperarme, quiero retomar y cumplir mis votos iniciales, quiero postrarme ante el amor primero, y ser libre de mi orgullo protector. Quiero arrodillarme en cuerpo y alma, de mente y corazón. Quiero darte la oportunidad de sorprenderme, de darle cachetadas a mis suposiciones de Tí, quiero tomar el riesgo de la velocidad a la que puedes llevar las cosas.

Gracias por poner vallas en los libros, en la música, en las conversaciones, en mi corazón. No, Tu nunca te quedas callado, eres fiel, eres seguro de Tí, y de todo lo que tienes para dar.

Ayúdame a llegar.... al momento de rendición*.

*moment of surrender- U2


mayo 27, 2010

Dejando lo prescindible en aras de lo imprescidible






Hoy dejo el deseo de compañía humana, de compartir mis anhelos más profundos, mi propia búsqueda con otros. Hoy dejo las ganas de llamar la atención y tener siempre un plan de escape en mi mente con la persona perfecta que me haga sentir que valgo, que soy necesitada, deseada.

Hoy dejo las ansias, las voces que claman por que les corresponda, dejo mi zozobra andante, hoy callo todo el ruido que me llena.

Hoy renuncio a mi adicción al amor barato, al amor temporal, a las palabras no dichas, al casi amor. Hoy renuncio a evadir al amor perfecto, al amor que vale, al amor de fuego, al amor que infecta de pasión.

Hoy extirpo, vomito y suelto, todo aquello a lo que me acogí para tener valor. Hoy quiero ser, hoy quiero amar con intensidad, y ser amada de esa manera. Hoy quiero vivir por encima de lo que veo con mis ojos, quiero llegar a mi interior. Hoy quiero sentir la plenitud del amor divino, y ser llena de la perfección de sus pensamientos. Hoy quiero estallar en cánticos de amor, hoy quiero corresponder la invitación.


Hoy... Hoy dejo lo prescindible, en búsqueda del Imprescindible.

Hoy... es un bello día para lograrlo.

mayo 19, 2010

Plan B por Pete Wilson


A veces en la vida existe una idea de lo que queremos hacer.

Un sueño hacia el cual queremos ir.

Un plan trazado en nuestras mentes.

Y a veces,

Ese plan no se realiza, ese plan termina siendo todo menos lo que creíamos que iba a ser.

Se convierte en lo que nos toca vivir, en vez de lo que queremos. Se convierte en la realidad a la cual nos toca enfrentamos.

De esto habla el libro Plan B escrito por Pete Wilson. Un libro que ha tenido mucha acogida debido a que es un tema que más de uno se pregunta y le pregunta a Dios. Cosas inexplicables que de repente te arrojan a un lugar que nunca esperaste en tu vida, y que hacen que tengas que acomodarte a lo que te toca, cosas que le pasan a todos en algún momento.

El libro habla de esas situaciones en las cuales nos cuesta entender a Dios y Su Plan para nosotros. El escritor aborda la cuestión desde múltiples puntos de vista, con historias personales y bíblicas. Se dirige al lector de una manera amena, aunque algo distante. Las sugerencias que da son útiles y muchas de ellas me llegaron bien profundo, aunque hubo momentos en los que sentí que le faltaba compenetración con aquellos a quiénes va dirigido el libro.

Es un libro bastante agradable, útil para quiénes tratamos con este tipo de cosas todo el tiempo. Hace que el lector salga de esas cuestiones sin entender, que le absorben, y le muestra perspectivas con sustento bíblico que le pueden ayudar a sobrellevar su propio Plan B .

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Sometimes in life, there’s an idea of what we want to do with it.

A dream toward to go to.

A plan drawn in our minds.

And sometimes,

That plan doesn’t come true, that plan becomes everything less what we believed it was going to be.

It becomes the life we have to live, instead the life we want. It becomes the reality we have to endure.

This is what Plan B by Pete Wilson is about. A book that has been highly accepted since is a topic that more and more people ask themselves and ask to God. Unexplicable things that suddenly make you slip towards a place unexpected in life, things that make you fit on what you should, things that everyone lives sometime.

The book talks about this situations on which we can´t understand God and His plan for us. The author goes on this topic from multiple points of view, with his own stories and biblical stories. He speaks to the reader in a very nice way, but however, distant. The tips he gives are highly useful and a lot of them hit deep into me, though there were times when I felt he didn’t have much identification with those whom we writes this book to.

Is a very agreable book, useful for those of us whose have to live this kind of things all time. It makes the reader come out of that undescribable things on which is consumed, and shows perspectives with biblical support to help him to carry his own Plan B.

mayo 06, 2010

De la ingenuidad de intentar saciar a la razón

Habiendo regresado al mundo académico por medio de mi trabajo, me encuentro en una situación de la que había descansado: la de compararme con otros, la de la autoreferencia. Es una situación molesta porque agota mis energías como pocas cosas logran hacerlo. Es como si de repente todo me guiara a intentar ser como otros, a intentar ser bien diferente a ellos, a adoptar posturas diversas en un medio malvado y demoledor: el de la gente escéptica.

Es desgastante ver cómo de hecho pierdes tu espacio interior, como lo decía en el post anterior. Pierdes la capacidad de decir algo sencillo porque te tomarán como ingenuo, decir algo complejo porque te lo refutarán con cosas de las que nunca has leído, porque a todo lo que te arroja el medio escéptico tan común en la academia es a desgastarte defendiendo lo que crees, o a buscar entrar en el medio competitivo de sus mismos valores, que se componen básicamente de las cosas que hacen, la manera en que piensan, y los logros que alcanzan.

Había descansado de mis tranquilizantes: las fantasías de poder. Creo que había construído un pequeño castillo de naipes donde estaba calmada, sola, sin necesidad de defender nada o de demostrar nada. Y heme aquí, deseando reconocimiento, deseando ser más intelectual, fabricando respuestas en mi mente a los disparos filosófico-metodológico-ideológicos de mis colegas.

Ese castillo se derrumbó. Nunca parece ser suficiente cuando de saciar a la razón se trata. Y hablo de la propia y la ajena. Siempre parezco empujada a no ser todavía lo que debo ser, a completar estudio, palabra, estilo, persona. Parezco empujada a las mismas viejas opciones que me quitan lo íntimo, lo bello, lo sencillo, lo puro de solamente ser.

Supongo que de nuevo Jesús me encuentra mirando las fotos amarillas y diciendo: ya has estado aquí antes. Pero aún más que eso, me recuerda que sólo puedo hallar descanso en las alturas de lo que ÉL YA ES.

Este frenético cerebro quiere descansar. He encontrado cosas valiosas en este viaje de la razón. He sido impulsada a leer y a escribir como nunca antes. Pero no puedo perder mi espacio interior. Es todo lo que me queda para mí, es dónde puedo descansar de la presión de intentar ser, dónde puedo rendirme a la Esencia, la que se halla en Él, la que se halla en mí.

Voy a decir algo muy estúpido (según la percepción de mi querido público pseudointelectualoide) hoy ví un arcoiris, hoy supe que Dios estaba realmente ahí. Hoy recordé Su fidelidad hacia mi vida y hacia dónde Él desea llevarme por el simple hecho de ver un arcoiris, que me recuerda los momentos en que detuvo lo que destruía mi vida, y declaró lo que la construiría.

Recuperaré ese espacio. Sé que lo haré. Aún mi mente es libre para conectarse con Dios por medio de Sus valiosos e inusuales mensajes. Sólo falta cederle el espacio al único que lo llena de verdad. (y esa última frase no es original, ni me importa que lo sea, me importa que sea cierta)

He dicho. Y he descansado.