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febrero 23, 2013
Decisiones
Leo actualmente un muy buen libro sobre la sanidad interior, del cual haré un posterior review aquí. Lo que siempre me deja al terminar es la sensación de "cómo no ví esto antes" y es verdad. Sé que es preciso sentir lo más profundo de mi dolor para poder salir de allí, para vivir un verdadero perdón, ese perdón que ha sido tan esquivo para mí.
Las toneladas de esfuerzo que he usado en perdonar desde la superficie -aún llorando- son similares al silencio de un Dios que no responde a esos esfuerzos. Ese Dios que estaba con un David sincero, quejumbroso, lleno de dolor, que estaba con un Job amargado, sumido en su pena, o con un José que salía corriendo a llorar con sólo ver a sus hermanos, es el mismo Dios que desea estar conmigo en ese PROCESO de perdón. No el proceso del 1,2,3, sino el proceso que es ir a lo hondo de la herida y sacar el pus que la inflama. Ese es el proceso del que tanto leo, de "Gritar desde adentro", ser vulnerable y tantas cosas más.
Recuerdo el tiempo en que lloraba tanto, por el más mínimo rechazo, por la mera mención de mi dolor. Me avergonzaba siempre estar en medio de lágrimas y abrazos compasivos de otros que ni entendían mi situación. Es triste de algún modo saber que esos comienzos ya no están y está es una mujer que ya no llora tan seguido sino que ha aprendido a tragarse las lágrimas para que la hinchazón no se refleje al otro día, la que convive con la rabia y la amargura que se hacen más fáciles de disfrazar, la que ha dejado de sentir.
Y es que... desearía poder llorar y gritar con todas las fuerzas lo mucho que me duelen las heridas del pasado! pero carezco de ese espacio. Sin embargo, ahora que leo lo importante que es, desearía viajar lejos, sólo para meterme en ese infierno de dolores y saber que no pueden matarme. Deseo en verdad que la compañía y el poder sanador de Dios se revelen y me revelen tanto en ese proceso!!! deseo poder dejar eso por fin atrás.
Hay muchas decisiones por tomar, pero esta es una urgente y necesaria. Llorar y afligirme por mis penas, así el comienzo parezca reflejar alguien que ya no soy... así tenga que convivir con la ira que brota en la superficie tratando de ahuyentarme de mis emociones... es preciso hacerlo.
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septiembre 23, 2012
Perdón maduro
"Los santos modernos son personas comunes y corrientes que usaron las heridas como dones; heridas que hubieran dañado psicológicamente a los que no perdonan una ofensa y no la viven como don. Perdonar hasta el grado de quedar agradecidos por la posible madurez que surja de la herida, no es una perogrullada mágica e indolora, que trae salud psíquica y espiritual. Otro santo moderno fue Martin Luther King quien no encontró que los perros de la policía mordieran menos, o que las puertas de la cárcel se abrieran de repente, cuando pudo perdonar a la policía de Birmingham.
Perdonar hasta el grado de agradecer la madurez no es una forma de manipular a Dios y obtener cosas a nuestra manera, sino una forma de traer la curación a Su tiempo y a Su modo. Dios no promete eliminar nuestros problemas, pero sí nos promete la ayuda para enfrentarlos y para madurar a partir de ellos, hasta que podamos decir la oración serena: 'Dios, otórgame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar aquellos cosas que sí puedo, y la sabiduría para conocer la diferencia'".
Dennis Linn y Matthew. Sanando las Heridas de la Vida
abril 10, 2012
Conciencia de lucha
Han pasado varios días sin escribir. Y creo que es una tendencia también a mi alrededor, no sé por qué. Sin embargo he extrañado volver aquí a escribir y compartir los pensamientos que llevo dentro.
Paso por una época muy particular de mi vida. Experimento necesidad, frustración y confusión, y luchas en diversas áreas fuera de la emocional y sexual. Lo nuevo es, que de alguna manera me hago más consciente de mis luchas y del Dios que tengo. Me hago consciente de los dardos que continuamente atacan mi identidad como mujer y como hija de Dios.
He descubierto que al compartir mis luchas por lo general siento que la gente se predispone a mis acciones y a mis palabras. No porque así sea, sino porque tengo esa clase de paranoia egocéntrica que me hace pensar que otros me etiquetan por lo que fui, en vez de por lo que soy. Es entonces cuando debo más que nunca volverme a la raíz de mi identidad en Cristo y en Su opinión acerca de mí.
He descubierto también, que aunque el conocimiento ayuda en el proceso de sanidad, el conocimento relativo a las heridas, al porqué de los traumas, etc., es un conocimiento que pocas veces brinda alguna respuesta esperanzadora, más bien parece otro nódulo del cual se siguen desprendiendo ramas de causalidades que parecen no tener fin.
En cambio, en mi relación con Dios, descubro que lo que más desea afianzar no es la búsqueda de lo que me desorienta, sino las verdades que me unen a Él. Quién Él es. Su lenguaje para conmigo. Sus propósitos de usarme y proyectar mi vida con sueños y visión.
Soy consciente también de una vergüenza enraizada tan profundo en mí que no me deja acercarme con libertad y confianza al Trono de la Gracia, ni a la vulnerabilidad con otros, sino que hace que me aleje de toda fuente real de sanación. Esta vergüenza recientemente descubierta me hace pensar cuan poco soy consciente de la obra de Jesús en la Cruz. Cuanto necesito serlo.
En medio de tantos descubrimientos, el que me brinda esperanza es que Dios sigue estando a mi lado en este punto del camino. Que sigue insistiendo en mi valor. Que me libra de los demonios del orgullo y la autocompasión cada vez que vuelvo a Él reconociendome completa y suficiente por mi unión con Él.
Pienso que algún día me gustaría escribir algo así como un "Manifiesto de lucha", que me recuerde que no soy la única que pasa por esto, y que a diario, Dios se encarga de fortalecerme y de iluminar mi entendimiento y mi corazón a fin de no desfallecer en el trayecto. Son varios los puntos que he unido mirando hacia atrás y veo la fidelidad y el aguante de Dios en medio de mis momentos más dolorosos, vergonzosos y tristes. Veo que no soy un caso perdido y que sigue probando mi valor en medio de las mismas tentaciones y el mismo sufrimiento interior.
Para despedirme comparto un versículo que el Señor me regaló hablándome de la restitución por la verguenza de los momentos oscuros y tristes de mi vida:
Paso por una época muy particular de mi vida. Experimento necesidad, frustración y confusión, y luchas en diversas áreas fuera de la emocional y sexual. Lo nuevo es, que de alguna manera me hago más consciente de mis luchas y del Dios que tengo. Me hago consciente de los dardos que continuamente atacan mi identidad como mujer y como hija de Dios.
He descubierto que al compartir mis luchas por lo general siento que la gente se predispone a mis acciones y a mis palabras. No porque así sea, sino porque tengo esa clase de paranoia egocéntrica que me hace pensar que otros me etiquetan por lo que fui, en vez de por lo que soy. Es entonces cuando debo más que nunca volverme a la raíz de mi identidad en Cristo y en Su opinión acerca de mí.
He descubierto también, que aunque el conocimiento ayuda en el proceso de sanidad, el conocimento relativo a las heridas, al porqué de los traumas, etc., es un conocimiento que pocas veces brinda alguna respuesta esperanzadora, más bien parece otro nódulo del cual se siguen desprendiendo ramas de causalidades que parecen no tener fin.
En cambio, en mi relación con Dios, descubro que lo que más desea afianzar no es la búsqueda de lo que me desorienta, sino las verdades que me unen a Él. Quién Él es. Su lenguaje para conmigo. Sus propósitos de usarme y proyectar mi vida con sueños y visión.
Soy consciente también de una vergüenza enraizada tan profundo en mí que no me deja acercarme con libertad y confianza al Trono de la Gracia, ni a la vulnerabilidad con otros, sino que hace que me aleje de toda fuente real de sanación. Esta vergüenza recientemente descubierta me hace pensar cuan poco soy consciente de la obra de Jesús en la Cruz. Cuanto necesito serlo.
En medio de tantos descubrimientos, el que me brinda esperanza es que Dios sigue estando a mi lado en este punto del camino. Que sigue insistiendo en mi valor. Que me libra de los demonios del orgullo y la autocompasión cada vez que vuelvo a Él reconociendome completa y suficiente por mi unión con Él.
Pienso que algún día me gustaría escribir algo así como un "Manifiesto de lucha", que me recuerde que no soy la única que pasa por esto, y que a diario, Dios se encarga de fortalecerme y de iluminar mi entendimiento y mi corazón a fin de no desfallecer en el trayecto. Son varios los puntos que he unido mirando hacia atrás y veo la fidelidad y el aguante de Dios en medio de mis momentos más dolorosos, vergonzosos y tristes. Veo que no soy un caso perdido y que sigue probando mi valor en medio de las mismas tentaciones y el mismo sufrimiento interior.
Para despedirme comparto un versículo que el Señor me regaló hablándome de la restitución por la verguenza de los momentos oscuros y tristes de mi vida:
"Salvaré al débil y al indefenso;
reuniré a los que fueron expulsados.
Daré gloria y renombre a los que fueron desterrados
dondequiera que hayan sido ridiculizados y avergonzados.En ese día los reuniré
y los traeré de regreso a casa.
Les daré un buen nombre, un nombre distinguido
entre todas las naciones de la tierra,
cuando, ante sus propios ojos, restauraré tu bienestar.
¡Yo, el SEñOR, he hablado!»"Sofonías 3:19-20
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enero 28, 2012
Magma
Ese es un estado común en mi corazón, como si fuera magma. En ocasiones, esa magma fluída, roja, que se abre, expresa lo que siente, y no teme a la sinceridad. En otras, esa magma que se cierra, se petrifica y se guarda para sí.
Sé y entiendo que hay momentos de la vida cuando uno no quiere espectadores, ni siquiera manos amigas dispuestas a venir con las mejores intenciones a salvar. He tenido mis momentos así, he tenido amigos en momentos así. Quizás me debato entre la esperanza de que puedan ayudarme, al conflicto interno de atracción, confusión, admiración, rechazo, dudas.
Esta magma es extraña, en ocasiones quien se acerca no representa amenaza, entonces todos los temores son expuestos, cada herida crónica revelada, sin miedo a parecer paranoica o un poco loca. Las lágrimas fluyen como si no hubiese posibilidad de parar. La desnudez del alma no es problema.
En ocasiones, al contrario, esa persona llega a ser un prototipo de lo que siempre esperaste: las palabras adecuadas, el interés desmedido, la afinidad de pensamiento, etc., cosa que se transforma en admiración, atracción...y amenaza...¿Esto otra vez? entonces la magma automáticamente ennegrece, y se cierra a posibilidades de cambio y sanidad, se cierra a ser vulnerable, vuelve el orgullo protector y trata de acomodar todo en su lugar: las cosas están bien, yo puedo con esto, la estructura no me sanará, Dios lo hará, etc, etc.
¿Que por qué publico esto? no sé. Trato de ser sincera conmigo misma. Registrar los estadios de mi corazón a fin de entenderlos mejor y arrojar alguna luz sobre la oscura madeja de mis pensamientos. Dios me ha convencido de que separada de Él ya no puedo yo hacer nada, pero que siempre necesitaré que alguien me ayude en la jornada. Que los instrumentos que desprecio en medio de recaídas de decepción, aún pueden ser útiles si les quito el poder exclusivo y eficaz y le doy a Dios la oportunidad de moverse como quiere.
Sé que Él fluye entre los estados de la materia, entre el rojo y el negro, que en medio de tanta bondad suya podré descansar y construir puentes de sanación, de relacionamiento restaurado. Lo anhelo de verdad.
Sé y entiendo que hay momentos de la vida cuando uno no quiere espectadores, ni siquiera manos amigas dispuestas a venir con las mejores intenciones a salvar. He tenido mis momentos así, he tenido amigos en momentos así. Quizás me debato entre la esperanza de que puedan ayudarme, al conflicto interno de atracción, confusión, admiración, rechazo, dudas.
Esta magma es extraña, en ocasiones quien se acerca no representa amenaza, entonces todos los temores son expuestos, cada herida crónica revelada, sin miedo a parecer paranoica o un poco loca. Las lágrimas fluyen como si no hubiese posibilidad de parar. La desnudez del alma no es problema.
En ocasiones, al contrario, esa persona llega a ser un prototipo de lo que siempre esperaste: las palabras adecuadas, el interés desmedido, la afinidad de pensamiento, etc., cosa que se transforma en admiración, atracción...y amenaza...¿Esto otra vez? entonces la magma automáticamente ennegrece, y se cierra a posibilidades de cambio y sanidad, se cierra a ser vulnerable, vuelve el orgullo protector y trata de acomodar todo en su lugar: las cosas están bien, yo puedo con esto, la estructura no me sanará, Dios lo hará, etc, etc.
¿Que por qué publico esto? no sé. Trato de ser sincera conmigo misma. Registrar los estadios de mi corazón a fin de entenderlos mejor y arrojar alguna luz sobre la oscura madeja de mis pensamientos. Dios me ha convencido de que separada de Él ya no puedo yo hacer nada, pero que siempre necesitaré que alguien me ayude en la jornada. Que los instrumentos que desprecio en medio de recaídas de decepción, aún pueden ser útiles si les quito el poder exclusivo y eficaz y le doy a Dios la oportunidad de moverse como quiere.
Sé que Él fluye entre los estados de la materia, entre el rojo y el negro, que en medio de tanta bondad suya podré descansar y construir puentes de sanación, de relacionamiento restaurado. Lo anhelo de verdad.
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diciembre 16, 2011
Primero va el 1 y luego el 2
No han sido días fáciles para mí. Es evidente que cuando mi fuente de afirmación deja de ser Dios, y se convierte en otras personas, fácilmente caigo en atracciones decepcionantes. No es nada nuevo, ni lo será. Creo, que aunque me gusta este mes de diciembre por su alegría y el tiempo en familia, algo de tristeza empieza a aparecer en mi corazón. Cosas no alcanzadas, temores y ciclos no resueltos, y una increíble sensación de soledad. El año que se acaba y el año que viene, el período para decidir qué hacer. Un necesario desahogo para comenzar.
Mis ansias por sanidad y esa aparentemente inalcanzable santidad me remiten a la lectura y a la reflexión. Las raíces, las causas, las motivaciones, lo inconcluso, etc. Empieza entonces un deseo de hablar a nivel teórico o conceptual de las cosas que encuentro en el camino, como siempre, un poco para mí, pero también para el que pase a visitar. No soy una experta en psicología, consejería y/o restauración de la homosexualidad, pero me parece que por el hecho de vivirla en carne propia, tengo algo que decir al respecto. Es algo que quiero lanzarme a hacer.
¿Por dónde empezar?
"Primero va el 1 y luego el 2" es una frase que he querido poner en algún lado y tocó aquí, ya que en este lugar no me piden explicaciones. En medio de este gran mapa mental del homosexual que busca una salida, no podría poner otro centro, o superneurona que no fuera la relación con Dios. Y ahí entra el tema del rechazo. No sé si soy yo, pero encuentro que cuando más experimento rechazo, desaprobación o desafirmación, más vulnerable soy. Dios ha sido el único a quién 24/7 le he podido confesar mis complejos, mis dolores, mis "otra vez" etc. Sólo que aún me es difícil retener ese amor y permanecer en ese amor y aceptación que él me dá.
Dios también es quien puede sanar mi específico dolor, librarme de mis paranoias y ayudarme a acceder a los dolores que sí recuerdo y para los que el perdón ha sido tan difícil. Dios puede revelarme cosas que no están en ningún manual. Dios puede doblegar mi orgullo y mi obstinación que enmascaran al dolor. Su amor trasciende las confiadas certezas del líder o el pastor y me acompaña en el proceso, en los altibajos, en las inconsistencias e imperfecciones que supo que trataría cuando me invitó a seguirle a Él.
No voy a pretender que puedo sola, porque mentiría, pero la verdad es que estoy harta de correr tras el viento, de esperar un evento, un encuentro, congreso, retiro, ministración, para que Dios se revele. La moldura de mi alma, según he descubierto, se toma su tiempo y se desploma, pero cuando tiene espectadores no funciona muy bien aún. Seguiré siendo entretejida en secreto, creo.
El 1 es Dios, es su sabiduría en lo secreto
"Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo;
en lo secreto me has enseñado sabiduría" Salmo 51:6
Espero ser acompañada en este proceso, la iglesia funciona, la congregación funciona, pero las voces de aquellos que viven estas incertidumbres también! Escribo de todo un poco y sin mucha coherencia, pero creo que con cierta constancia y disciplina (y síntesis?) pueda empezar a formar textos más comprensibles que le den palabras a lo que todavía no entendemos. Y esto no es sólo por mí o por tí, creo que alguien más estará esperando leer en algún momento, algo que le ayude a transitar en medio del camino pedregoso que hay por delante. ¿Me acompañas?
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diciembre 03, 2011
Recuerdos, mariposas, y otros dolores crónicos
Hoy vi una película que hacía mucho tiempo no veía, “El
efecto mariposa” la cual trata de un joven que tiene una enfermedad en el
cerebro que no le permite recordar algunos eventos de su vida. A este joven, el
psiquiatra le recomienda llevar un diario de lo que va pasando cada día para
que ejercite su memoria. Durante su infancia ocurrieron una serie de sucesos
traumáticos para él, y para sus amigos.
El padre de dos de sus amigos los grabó en una película pornográfica,
ellos estallaron un buzón de correo matando a una bebé, uno de los niños
(traumatizado por la depravación de su padre) siente celos del protagonista que
se besa con la hermana de él y lo amenaza con quemar a su perro, lo cual
termina haciendo. Cuando este joven
crece y está en la universidad, leyendo por accidente sus diarios, se devuelve
en el tiempo a los hechos que sucedieron en su infancia y logra recordar lo que
en su momento no pudo. Va de nuevo a su
barrio de la infancia y busca a sus amigos para constatar que lo que vio en su
mente fue cierto y los encuentra totalmente transformados. Uno en un
antisocial, obsesivo muchacho construyendo aviones miniatura y la muchacha como
mesera olvidando su realidad. Él intenta
que ella le diga lo que sucedió, haciendo que ella luego de su visita
desentierre esas memorias trágicas de su infancia con lo que se suicida. El
dolor que le provoca la noticia al protagonista hace que quiera acceder a esos
recuerdos para modificarlos.
Desde ese punto para mí, la película empieza a hacerse
interesante. El joven intenta cada vez que lee esos diarios de modificar los
sucesos de su infancia: Corrigiendo al depravado padre de sus amigos,
entregándole un pedazo de lata al otro amigo para que libere al perro,
advirtiendo a la mamá de la bebé que se alejara del buzón donde estaba el
cohete, etc. Pero cada vez que lo hace
resulta peor. Ayuda a un amigo y otro pierde el control, se sana una vida pero
otra en su amargura regresa para destrozarles la vida, todos quedan bien, pero
el queda inválido, etc.
Para no terminar de relatar la película (que aunque no lo
creas no es la motivación), me limito a decir que me deja una gran reflexión
personal. En mi trayecto de sanidad, he
encontrado tantas trabas, que siento que de alguna manera para evitar más
dolor, he reprimido algunos recuerdos traumáticos y he puesto una barrera
inconsciente para acceder a ellos. No
pienso que lo que voy a escribir sea una teoría o algo, no soy psicóloga ni
nada por el estilo, pero me atrevo a pensar que debe haber ciertas cosas de
nuestro pasado que bloquean nuestro crecimiento y a las cuales aún no podemos
acceder, que es preciso que encontremos la manera de sanar, aunque sin
convertirlas en una obsesión. Como
cristiana, ya con cierta experiencia en procesos de sanidad interior,
consejerías, ministraciones, y sesiones de psicología, casi que puedo
diagnosticar a los personajes de la película y porqué llegaron a ser así:
dementes, prostitutas, antisociales, etc.
Y es inevitable para mí pensar que si yo tuviera la posibilidad de
acceder a esos recuerdos que me producen
esos traumas que ahora tengo en mi personalidad, mi relacionamiento con hombres
y mujeres, mi identidad, entre otros, tal vez las cosas serían más
fáciles.
Pero también la experiencia, el tiempo, y la frustración de
no lograrlo aún, me han enseñado cosas.
La primera, la más obvia, que mi sanidad no debe ser la prioridad en mi
vida por encima de mi meta de seguir a Jesús y vivir por Su reino. La segunda, que por más que yo quisiese cambiar
mis recuerdos, o que tal o cual persona me pidiera perdón por lo que me hizo,
nada cambiaría. Los recuerdos siguen estando allí, y el pasado (aunque muchas
películas nos quieran hacer soñar con eso) no se puede modificar. La tercera,
que debemos tener presente, que la única manera de romper con la atadura
que deja un trauma en nuestra vida, es por medio del perdón, debemos ir allí, con Jesús, y perdonar ese
cuadro, escena, situación que nos violentó.
No hay otra manera, por nosotros mismos no lograremos nada, y como le pasó al personaje, no haremos sino
que las cosas se pongan peores, con venganza, amargura, rencor, etc.
Mi asunto aquí es la carga emocional, espiritual y mental
que produce el acceder a esos lugares de mi memoria.
Ya sé que no debo hacer de eso una obsesión, y que la frustración que me
genera no ver resultados en ministraciones en la iglesia me hace pensar que es
algo que primero debo resolver a solas con Dios. Algo en específico. Esa evasión al dolor y a la frustración es lo
que me ha producido de alguna manera cierto escepticismo y bloqueos en la fe.
Me ha producido estancamiento. Siento
que si quiero respuestas, si quiero salir de esta cárcel, debo empezar por
entregarle esos lugares, recuerdos, y situaciones a Dios. Entregárselos de verdad. Debo pedirle que me ayude a tener la
seguridad en sus promesas de protección, cuidado y libertad. Debo ir aunque
todo al principio sean tinieblas, provocaciones, distorsiones, etc. Debo recordar la provisión de luz y voz. Debo recordar quién murió para darle paz a mi
mente y a mi corazón (Filipenses 4:7). Que Él anhela verme libre.
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septiembre 27, 2011
Desatando a Lázaro
Este de hoy es un post de agradecimiento. Recientemente oí una prédica en la que se mencionaba el punto de vista de Lázaro, a quién Jesús resucitó. Él en particular no veía nada, así que Jesús tuvo que ordenarle a la gente que rodeaba la tumba que lo desataran (Jn 11:44). He vivido esto últimamente. He llegado al punto de no ver nada, de insistir tanto en la misma fórmula que digo "Bueno pues si no es por aquí, Padre, muéstrame". Y Dios ha usado gente para revelarme ataduras que ni me pasaban por la mente. Cosas que la verdad me ha costado mucho reconocer.
Lo bueno es que en la esfera del Reino todo esto es hecho con amor, y siento que lo que me ha sido revelado, realmente podrá desatarme y hacerme andar. Sobretodo, experimento como si ya no estuviera estancada, aunque hay mucho por trabajar. Debo sobretodo, agradecerle al Dios de los tiempos, que se ha tomado la dedicación de fijar en mí todas estas cosas de manera que pueda asimilarlas y actuar. También a los de cerca y a los de lejos que en su sincero interés han tocado la puerta y no se han rendido, hasta hacerme entender.
En la adoración de este domingo, sentí realmente la verdad de que Dios tiene una estrategia particular para cada uno de nosotros. Sí, hay fórmulas basadas en criterios bíblicos, pero solamente en una relación permanente, expectante y sedienta con Dios, podemos verlo como el Maestro que es, quién no se rinde cuando otros se extrañan de que algo no funcionó en nosotros. "Te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" dice un pasaje en Jeremías y creo que para alguien que esté perdiendo la esperanza de su sanación y avance esto será útil para recordar: Sólo del Trono se bajan las estrategias para vencer. Armémonos de fe, dejemos que la gente nos desate, abrámonos a la realidad de la gracia obrando en nosotros y veamos lo mejor suceder.
Lo bueno es que en la esfera del Reino todo esto es hecho con amor, y siento que lo que me ha sido revelado, realmente podrá desatarme y hacerme andar. Sobretodo, experimento como si ya no estuviera estancada, aunque hay mucho por trabajar. Debo sobretodo, agradecerle al Dios de los tiempos, que se ha tomado la dedicación de fijar en mí todas estas cosas de manera que pueda asimilarlas y actuar. También a los de cerca y a los de lejos que en su sincero interés han tocado la puerta y no se han rendido, hasta hacerme entender.
En la adoración de este domingo, sentí realmente la verdad de que Dios tiene una estrategia particular para cada uno de nosotros. Sí, hay fórmulas basadas en criterios bíblicos, pero solamente en una relación permanente, expectante y sedienta con Dios, podemos verlo como el Maestro que es, quién no se rinde cuando otros se extrañan de que algo no funcionó en nosotros. "Te mostraré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" dice un pasaje en Jeremías y creo que para alguien que esté perdiendo la esperanza de su sanación y avance esto será útil para recordar: Sólo del Trono se bajan las estrategias para vencer. Armémonos de fe, dejemos que la gente nos desate, abrámonos a la realidad de la gracia obrando en nosotros y veamos lo mejor suceder.
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agosto 18, 2011
Dar y recibir
De un diario a otro diario...plenamente identificada, no es necesario añadir más.
"Entregarte a los demas sin esperar nada a cambio solo es posible cuando has sido plenamente
recibido. Cada vez que descubres que esperas algo a cambio de lo que has dado o te desilusionas cuando no se te retribuye nada, vas tomando conciencia de que aun no has sido plenamente recibido. Unicamente cuando te sabes incondicionalmente amado (es decir, plenamente recibido) por Dios, puedes dar en forma gratuita. Dar sin esperar nada a cambio es confiar en que todas tus necesidades seran cubiertas por Aquel que te ama incondicionalmente.
Es confiar en que no necesitas proteger tu propia seguridad, sino que puedes entregarte completamente al servicio de los demas. La fe es, precisamente, confiar en que tu, que das en forma gratuita, recibiras en forma gratuita, pero no necesariamente de la persona a quien te entregaste. El riesgo radica en que te entregues a los demas con la ilusion de que ellos te recibiran plenamente. Pronto te sentiras como si los demas se estuvieran alejando con partes tuyas. No puedes entregarte a los demas si no eres dueño de ti mismo, y solo puedes ser verdaderamente dueño de ti mismo cuando se te ha recibido plenamente en un amor incondicional.
Gran parte del dar y recibir tiene una caracteristica violenta, porque quienes dan y quienes reciben
actuan mas desde la necesidad que desde la confianza. Lo que parece generosidad es en realidad
manipulacion, lo que parece amor es en verdad un grito en busca de afecto o apoyo. Cuando te sepas
plenamente amado, podras dar de acuerdo con la capacidad de recibir del otro, y podras recibir de acuerdo con la capacidad de dar del otro. Estaras agradecido por lo que se te de, sin aferrarte a ello, y dichoso por lo que puedas dar, sin jactarte de ello. Seras una persona libre, libre para amar."
Henri Nouwen - La voz interior del amor.
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julio 18, 2011
Autoconocimiento y verdad
Lejos de los que quiero, de mi hogar y mis cosas, no puedo más que sentirme sola. Las tormentas siguen ahí azotando y en medio todo esto siento, como mi cuerpo busca como llenar los vacíos. Es increíble, una mirada, un saludo no contestado, un rechazo, de una manera extraña pueden provocar una atracción. Y no puedo evitar detectar cierto patrón físico y de personalidad en mis atracciones (cosa que me ayuda bastante), y cierto patrón interno de reacción según las circunstancias.
¿Que se siente mal? Sí, bastante. Confirmo con el pasar del tiempo que no se trata de otros, el problema de mi AMS (atracción por el mismo sexo), sino que se trata de mí y que no puedo huir. Dondequiera que vaya, bajo una u otra circunstancia, algo hará que dentro de mi se provoquen oleadas emocionales, conexiones absurdas que armo para sentirme de algún modo amada e importante. Sin embargo, con lo doloroso que puede llegar a ser el hecho de no descansar de esta lucha en todas partes, siempre se puede sacar lo bueno. Tarde que temprano uno se da cuenta que tiene que aceptarse como es, amarse como es, con las debilidades y dolencias del alma. Que hay que aprender a manejar lo que aún permanece ahí porque de alguna manera es parte de nosotros y si lo negamos o lo atacamos, solo lo hacemos más grande.
No quiero decir con esto que hay que darle rienda suelta a los deseos y pasiones que hay dentro de nosotros. Digo que hay que saber reaccionar frente a nuestra debilidad y a nuestras carencias, reconociéndolas e imprimiendo verdad en ellas: que están pero que Dios ha dicho algo al respecto. Bien sea que Su fiel amor nos guarda, que Él es la fuente que realmente calma la sed, que somos transformados de gloria en gloria por el poder de Su Espiritu, que somos AMADOS incondicionalmente, etc. Eso lo he descubierto en este último tiempo también, que cuando siento venir todas esas cosas que me inquetan la mente y el corazón, Su verdad está ahí poniendo el cable a tierra y redireccionandome. Es sabio volverse lo más pronto, al oír esa voz.
Vi esta película recientemente "Al frente de la clase" y la super recomiendo, no porque trate directamente el tema de la homosexualidad, sino porque habla de como aprender a vivir la vida con una debilidad o lucha y no dejarse derribar por eso. Antes bien, el protagonista la ve como su maestra, lo cual me recuerda esto:
http://www.youtube.com/watch?v=u7YpDPNdEwQ
¿Que se siente mal? Sí, bastante. Confirmo con el pasar del tiempo que no se trata de otros, el problema de mi AMS (atracción por el mismo sexo), sino que se trata de mí y que no puedo huir. Dondequiera que vaya, bajo una u otra circunstancia, algo hará que dentro de mi se provoquen oleadas emocionales, conexiones absurdas que armo para sentirme de algún modo amada e importante. Sin embargo, con lo doloroso que puede llegar a ser el hecho de no descansar de esta lucha en todas partes, siempre se puede sacar lo bueno. Tarde que temprano uno se da cuenta que tiene que aceptarse como es, amarse como es, con las debilidades y dolencias del alma. Que hay que aprender a manejar lo que aún permanece ahí porque de alguna manera es parte de nosotros y si lo negamos o lo atacamos, solo lo hacemos más grande.
No quiero decir con esto que hay que darle rienda suelta a los deseos y pasiones que hay dentro de nosotros. Digo que hay que saber reaccionar frente a nuestra debilidad y a nuestras carencias, reconociéndolas e imprimiendo verdad en ellas: que están pero que Dios ha dicho algo al respecto. Bien sea que Su fiel amor nos guarda, que Él es la fuente que realmente calma la sed, que somos transformados de gloria en gloria por el poder de Su Espiritu, que somos AMADOS incondicionalmente, etc. Eso lo he descubierto en este último tiempo también, que cuando siento venir todas esas cosas que me inquetan la mente y el corazón, Su verdad está ahí poniendo el cable a tierra y redireccionandome. Es sabio volverse lo más pronto, al oír esa voz.
Vi esta película recientemente "Al frente de la clase" y la super recomiendo, no porque trate directamente el tema de la homosexualidad, sino porque habla de como aprender a vivir la vida con una debilidad o lucha y no dejarse derribar por eso. Antes bien, el protagonista la ve como su maestra, lo cual me recuerda esto:
Me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”. 2 cor 12:8-9Aquí el trailer de la película:
http://www.youtube.com/watch?v=u7YpDPNdEwQ
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junio 29, 2011
El ministerio de la reconciliación
"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación." 2 Corintios 5:18
Las cosas que a nosotros nos parecen importantes, para Dios no son más que pasajeras. Lo urgente, el momento que ya pasó. La lógica y el propósito de Dios son cosas que difícilmente podemos comprender nosotros los mortales, sujetos a un cuerpo sufriente y angustiado por lo que ve, vive y siente.
¿Dónde estoy yo, en medio de tanto sufrimiento? ¿Dónde mis necesidades, mis anhelos y mis sueños? Corro de un lado para otro, cuidando, dando, y corro cansada, vacía.
¿Será acaso que en la enfermedad de los que amo, Dios hace manifiesto este ministerio de la reconciliación? ¿Será que este ministerio es más importante que cualquier otra cosa ahora?
¿Será que el ministro así mismo es reconciliado con Dios dondequiera que va? Yo creo que sí.
Verdades a las que he intentado huir, se me han manifestado reales y menos dolorosas que en la ficción de mi mente. Recordé a Nouwen cuando decía "Deja que tus heridas lleguen hasta tu corazón, sólo ahí sabrás que no tienen poder para destruirte, tu corazón es más grande que tus heridas". Sí, mi corazón es más grande. Sí, la verdad de Dios es más grande. Y aparece ahí, sublime, necesaria, salvadora.
Verdades a las que he intentado huir, se me han manifestado reales y menos dolorosas que en la ficción de mi mente. Recordé a Nouwen cuando decía "Deja que tus heridas lleguen hasta tu corazón, sólo ahí sabrás que no tienen poder para destruirte, tu corazón es más grande que tus heridas". Sí, mi corazón es más grande. Sí, la verdad de Dios es más grande. Y aparece ahí, sublime, necesaria, salvadora.
No tengo todas las respuestas ahora. Si algo sé es que no hay una fórmula única para recetar Verdad, para administrar Salvación. Como siempre, el querido Amor va delante, como una especie de anestésico, que dispone el corazón a la Verdad de Dios, la Verdad que inicia con brazos abiertos.
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mayo 18, 2011
Dios sabe cuando fallamos, antes.
Nosotros los cristianos solemos hablar mucho de las promesas de Dios, de que Dios me prometió esto y aquéllo, que Dios va a hacer esto conmigo.. etc., y, aunque está bien enfocarnos en la bendición que se obtiene a través de lo mucho que Él nos promete, creo que a veces perdemos el enfoque de otra parte del uso de las escrituras: la advertencia. Lo digo porque en nuestros devocionales (lectura diaria de la Biblia) por lo general resaltamos aquello positivo, pero no lo negativo, como la única muestra del amor de Dios.
Quiero explicarlo con una advertencia que me hizo hace mucho tiempo (quisiera recordar la fecha exacta, pero soy pésima para eso) y cuando la leí sentí que iba directo para mí, aunque no la entendí:
Creo que en el tiempo en que leí esa advertencia, actué como Pedro "No yo jamás te negaré" "No yo jamás perderé la fe". No sabía entonces cuánto necesitaría de esa oración de mi Señor para no abandonar el camino, no abandonarlo a Él.
Luego de esto vino un tiempo muy difícil para mí, tuve una visión (que mencioné en un post anterior) que me desequilibró muchísimo, haciéndome creer que Jesús nunca estuvo allí ayudándome (con posteriores secuelas). Posteriormente descubrí cosas a nivel familiar que me hicieron caer en la decepción, una tras otra. Una enfermedad y muchos cambios seguidos. En fin... zarandeadas de parte del enemigo que alimentaron en mí un miedo muy particular a relacionarme con Dios y a confiar de nuevo. Frustración por sentir la incapacidad de cambiarme para hacer las cosas que quería hacer a nivel ministerial, para tener una pareja, para ser un poco "normal".
Pero ahora que he tenido tiempo para reflexionarlo, si fue un ataque a mi fe. Como Pedro, me calentaba en el fuego a la distancia, veía al Señor asumiendo el camino de la Cruz. Nunca lo solté, pero sabía en mi corazón que no era igual que antes: La pasión en adorarle en secreto, el anhelo de Su presencia, el desear verlo,el correr a Su encuentro, etc.
¡Cuán grande es la sabiduría de Dios! Como con Job, oró por Pedro, aunque el enemigo hubiese reclamado sus vidas para hacerles daño, con el fin de demostrar que sólo estaban con Dios por Su bendición. Como con ellos, Jesús oró por mí, ora por mí, para que no pierda la fe.
Confieso que me duele darme cuenta de esta verdad, y de muchas que me sigue revelando, de las heridas sin bautizar, de todo el rencor que me he tragado y que ando arrastrando. Sin embargo, sé que algo ha cambiado: creo que el dolor es a raíz de que son verdades que Él quiere revelarme, a fin de que sea libre. "La verdad os hará libres", dijo. Con dolores, con advertencias, con aún lo que Él sabe que va a pasar. Su oración frente a esas advertencias y esas pruebas es también una muestra de Su amor.
Hoy luego de unos años vuelvo a leer este versículo y, luego de que poco a poco he empezado a salir de esa oscuridad del alma, agradezco infinitamente que Él haya estado allí, orando por mí. Sólo que ahora quiero hacer lo que sea necesario para que mi fe resurja, y pueda completar el versículo: Fortalecer a mis hermanos. Al que me lee, al que no. Al que aún no conozco, Al de la calle o al amigo de siempre. A quién quiera me permita Dios encontrar.
Quiero explicarlo con una advertencia que me hizo hace mucho tiempo (quisiera recordar la fecha exacta, pero soy pésima para eso) y cuando la leí sentí que iba directo para mí, aunque no la entendí:
La negación de Pedro
"Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo. Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos." Lc 22:31-32
Creo que en el tiempo en que leí esa advertencia, actué como Pedro "No yo jamás te negaré" "No yo jamás perderé la fe". No sabía entonces cuánto necesitaría de esa oración de mi Señor para no abandonar el camino, no abandonarlo a Él.
Luego de esto vino un tiempo muy difícil para mí, tuve una visión (que mencioné en un post anterior) que me desequilibró muchísimo, haciéndome creer que Jesús nunca estuvo allí ayudándome (con posteriores secuelas). Posteriormente descubrí cosas a nivel familiar que me hicieron caer en la decepción, una tras otra. Una enfermedad y muchos cambios seguidos. En fin... zarandeadas de parte del enemigo que alimentaron en mí un miedo muy particular a relacionarme con Dios y a confiar de nuevo. Frustración por sentir la incapacidad de cambiarme para hacer las cosas que quería hacer a nivel ministerial, para tener una pareja, para ser un poco "normal".
Pero ahora que he tenido tiempo para reflexionarlo, si fue un ataque a mi fe. Como Pedro, me calentaba en el fuego a la distancia, veía al Señor asumiendo el camino de la Cruz. Nunca lo solté, pero sabía en mi corazón que no era igual que antes: La pasión en adorarle en secreto, el anhelo de Su presencia, el desear verlo,el correr a Su encuentro, etc.
¡Cuán grande es la sabiduría de Dios! Como con Job, oró por Pedro, aunque el enemigo hubiese reclamado sus vidas para hacerles daño, con el fin de demostrar que sólo estaban con Dios por Su bendición. Como con ellos, Jesús oró por mí, ora por mí, para que no pierda la fe.
Confieso que me duele darme cuenta de esta verdad, y de muchas que me sigue revelando, de las heridas sin bautizar, de todo el rencor que me he tragado y que ando arrastrando. Sin embargo, sé que algo ha cambiado: creo que el dolor es a raíz de que son verdades que Él quiere revelarme, a fin de que sea libre. "La verdad os hará libres", dijo. Con dolores, con advertencias, con aún lo que Él sabe que va a pasar. Su oración frente a esas advertencias y esas pruebas es también una muestra de Su amor.
Hoy luego de unos años vuelvo a leer este versículo y, luego de que poco a poco he empezado a salir de esa oscuridad del alma, agradezco infinitamente que Él haya estado allí, orando por mí. Sólo que ahora quiero hacer lo que sea necesario para que mi fe resurja, y pueda completar el versículo: Fortalecer a mis hermanos. Al que me lee, al que no. Al que aún no conozco, Al de la calle o al amigo de siempre. A quién quiera me permita Dios encontrar.
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mayo 11, 2011
Enfrentando conflictos I
Es un tiempo nuevo para mí. Siento que repentinamente todo me impulsa a salir de mi mirada obsesiva hacia dentro y me lleva a enfrentarme a todo lo que hay en mí y fuera de mí. Sé que cuando cometo un error o varios errores de los mismos, dejo que se acumulen como tierra para una avalancha, avalancha que se vuelve una marejada emocional de comportamientos viejos, que me revela aún cuánto falta por hacer en mí.
No se puede enfrentar un conflicto atendiendo mil voces, urgencias, reclamos y ocupaciones. Y me pregunto entonces cuantas cosas hay sin resolver en mi vida, porque no soporto la quietud y el silencio. Incluso una oración en la que se escuchan sólo mis reclamos, fallas, peticiones y lamentos, no logra hacer mucho. Es preciso soltarse, y dejar que el conflicto real del corazón salga a flote.
Creo entonces que la sanidad tiene mucho que ver con recibir. Digo esto porque a menudo oro, renuncio, ato y desato y pasa poco, porque pretendo que en comunidad se logre lo que temo hacer sola: Ir a mi interior, en la soledad, y esperar a que Jesús esté allí, ayudándome. Temo a que me abandone, temo a que se distorsione de nuevo Su imagen, temo a que haya silencio frente a cuadros que he preferido no recordar. Temor puede ser entonces un impedimento para abrir los brazos y recibir auxilio.
¿Te ha pasado? Supongo que sí. Supongo que has tenido áreas de tu vida que has dejado sin resolver como algunas reparaciones de la casa: porque al tomar la decisión de arreglarlas, se ve por encima que van a ser de nunca acabar. Goteras, fallas eléctricas, plagas, etc. Quizá siempre necesitemos ayuda de un experto, que termine de una vez con aquello que no hemos podido, que nos derriba una y otra vez. Un experto que siempre quiera volver a ayudarnos, sin importar que tengamos el agua al cuello. Me lo imagino y creo que lo único que espera de nosotros es que reconozcamos dónde están las fallas y que estemos dispuestos a ir allí para repararlas, para sellarlas por fin. No somos nosotros los que reparamos, sólo señalamos el lugar de la avería y así el conflicto empieza a encontrar salida. Podemos funcionar mejor.
Bueno, estoy en esas ahora. Aún tengo pensamientos desoladores, y aunque la tentación esté apaciguada por ahora, sé que permanece ahí. Pero ahora sé que es preciso cavar primero, ir a donde no quiero ir, para que lo que quiero se materialice.
No se puede enfrentar un conflicto atendiendo mil voces, urgencias, reclamos y ocupaciones. Y me pregunto entonces cuantas cosas hay sin resolver en mi vida, porque no soporto la quietud y el silencio. Incluso una oración en la que se escuchan sólo mis reclamos, fallas, peticiones y lamentos, no logra hacer mucho. Es preciso soltarse, y dejar que el conflicto real del corazón salga a flote.
Creo entonces que la sanidad tiene mucho que ver con recibir. Digo esto porque a menudo oro, renuncio, ato y desato y pasa poco, porque pretendo que en comunidad se logre lo que temo hacer sola: Ir a mi interior, en la soledad, y esperar a que Jesús esté allí, ayudándome. Temo a que me abandone, temo a que se distorsione de nuevo Su imagen, temo a que haya silencio frente a cuadros que he preferido no recordar. Temor puede ser entonces un impedimento para abrir los brazos y recibir auxilio.
¿Te ha pasado? Supongo que sí. Supongo que has tenido áreas de tu vida que has dejado sin resolver como algunas reparaciones de la casa: porque al tomar la decisión de arreglarlas, se ve por encima que van a ser de nunca acabar. Goteras, fallas eléctricas, plagas, etc. Quizá siempre necesitemos ayuda de un experto, que termine de una vez con aquello que no hemos podido, que nos derriba una y otra vez. Un experto que siempre quiera volver a ayudarnos, sin importar que tengamos el agua al cuello. Me lo imagino y creo que lo único que espera de nosotros es que reconozcamos dónde están las fallas y que estemos dispuestos a ir allí para repararlas, para sellarlas por fin. No somos nosotros los que reparamos, sólo señalamos el lugar de la avería y así el conflicto empieza a encontrar salida. Podemos funcionar mejor.
Bueno, estoy en esas ahora. Aún tengo pensamientos desoladores, y aunque la tentación esté apaciguada por ahora, sé que permanece ahí. Pero ahora sé que es preciso cavar primero, ir a donde no quiero ir, para que lo que quiero se materialice.
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mayo 01, 2011
¡Saca de mi lo que tengas que sacar!
David Wilkerson, el conocido predicador que trabajó y se sumergió en el mundo de drogadicción y pandillas de Nueva York con el fin de ayudarlo, murió esta semana. Me he sentido en estos días atraída e inspirada por las vidas de obreros del Evangelio que atienden al clamor que sale de su pecho, a la voz de Cristo poniendo esa tristeza por los perdidos en el corazón.
Quiero transcribir uno de los últimos devocionales que Wilkerson escribió primero, porque sabiendo de dónde viene puedo recurrir a su experiencia con tantos y tantas personas quebradas en distintas áreas de sus vidas, segundo, porque habiendo descansado de la lucha en diferentes áreas de mi vida por un tiempo, me había olvidado de todo lo que aún estaba allí, de todo lo que Dios quiere tratar en mí...¡hasta que ayer lo recordé!
Bueno aquí va:
Quiero transcribir uno de los últimos devocionales que Wilkerson escribió primero, porque sabiendo de dónde viene puedo recurrir a su experiencia con tantos y tantas personas quebradas en distintas áreas de sus vidas, segundo, porque habiendo descansado de la lucha en diferentes áreas de mi vida por un tiempo, me había olvidado de todo lo que aún estaba allí, de todo lo que Dios quiere tratar en mí...¡hasta que ayer lo recordé!
Bueno aquí va:
SOMOS PROBADOS POR NUESTRAS CAÍDAS Y FRACASOS
Con esto no quiero decir que los cristianos que caen en viejos pecados y regresan al mundo están siendo probados. No, más bien hablo sobre aquellos creyentes que enfrentan un naufragio en su fe.
Pedro advirtió: "Cuidado, no sea también vosotros, siendo arrastrados por el error de los malvados, caigáis de vuestra firmeza" (2 Pedro 3:17). Pedro está alertando a los creyentes que están creciendo en santidad y quienes están dispuestos a seguir al Señor.
Algunos de ustedes pudieron haber sufrido una caída a pesar de todo el progreso que habían hecho con el Señor. Si le preguntara qué causó su caída, usted podría responder: “Hermano David, fue un ataque de ira. Fui provocado por mi propia familia y estallé. No lo puedo entender. Pensé que me estaba convirtiendo en una persona un poco más dulce, un poco más como Jesús. Pero alguien apretó el botón equivocado y perdí”. Usted puede decir: "Yo soy humano. ¿Cuánto se supone que debo aguantar?"
No importa que usted haya sido provocado o incluso que usted haya tenido la razón en esa riña. La provocación simplemente demostró que usted necesita liberación. La Escritura dice: "Toda amargura, cólera, ira, gritería [pelea], y maledicencia sea quitada de vosotros, y todo [rencor] maldad" (Efesios 4:31).Dios va a continuar probándole hasta que usted diga: "Tengo un espíritu en mí que va a lograrlo." Usted no verá un crecimiento en Cristo y paz en el hogar o en el trabajo, hasta que pueda decir: "Señor, tienes toda la razón, ¡saca de mi lo que tengas que sacar!"Si usted está siendo probado en esta área o en cualquier otra según su situación, usted puede estar pensando: "Me siento tan indigno. ¿Cuánto terreno he perdido? ¿Todavía me ama El Señor?"
Amado santo, si realmente se ha arrepentido, usted no ha perdido absolutamente ningún terreno. Dios pone sus brazos amorosos a su alrededor y dice: "Yo permití que esto pasara para que veas lo que hay en tu corazón. Pero has avanzado. Has dicho que quieres caminar conmigo, y yo te estoy enseñando. Sé lo que hay dentro de ti y permitiré que seas provocado hasta que te deshagas de todo esto."¿Está usted siendo probado? Si es así, simplemente ore: "Señor, has puesto el dedo dentro de mi en algunas áreas, saca todo esto de mi corazón ¡Fortaléceme Señor para que no dé pasos hacia atrás sino que vaya contigo hacia adelante!
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marzo 28, 2011
Los demonios de María Magdalena
Finalizando esta semana mi lectura de Marcos, me encontré con un versículo al que nunca le había prestado atención:
Después que Jesús hubo resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios - Marcos 16:9
Creo que el Espíritu Santo lo resaltó por una buena razón. La verdad es que la hay. En mi caminar en Cristo he experimentado luchas constantes con el mundo espiritual, he tenido visiones desagradables. Recuerdo que en los principios de mi conversión, hubo veces en las que quedaba muda y sin movimiento varias veces. En mi mente al adorar aparecían imágenes provistas de todo menos de inspiraciones celestiales, y en las ministraciones parecía no haber descanso. Una visión en particular me dejó marcada puedo decir que hasta el día de hoy, en la que percibí todo el odio de Satanás hacia mí. El efecto de esta visión fue un intento de suicidio, del que Dios me salvó y del que espero hablar aquí pronto.
En fin, el batallar con las tinieblas ha sido una constante en mi camino de cristiana, y debo admitir que ha sido una de las principales razones por las que me he cerrado a buscar a Dios, a adorarle con fuerzas, a iniciar ministraciones de sanidad de nuevo, entre otras cosas. Ha sido una agonía que he calmado con distancia y enterrando dolores.
Esta semana me topé de nuevo con este tipo de experiencias debido a que estoy haciendo el intento de romper con ese yugo mediante ministraciones. Experimenté sueños pesados a nivel espiritual, y manipulación inconsciente de mi cuerpo durante el sueño, así como mil interrupciones para asistir a la ministración, a la que finalmente llegué tarde, o mejor dicho, no llegué.
No tengo que enfatizar en que entré en un nuevo ciclo de decepción y desánimo, el corre corre de mi cuerpo y de mi mente por buscarse salidas se vió de nuevo truncado por coincidencias, pero también por ataques de quién NO quiere mi bien.
Luego de la larga introducción, y de porqué el Espíritu Santo me guió hacia ese versículo, me quedo pensando: ¿Por qué Jesús no se le apareció a los discípulos primero?, ¿Por qué primero a ella? ¿Siete demonios?
Tuve la oportunidad de preguntarle estas cosas a un teólogo y me dijo cosas bien interesantes. María Madgalena no es la misma mujer sorprendida en adulterio. El número siete en el judaísmo representa perfección o totalidad, lo que quiere decir que ella tenía todos los demonios posibles. Así como a Pedro se le dice que perdone setenta veces siete, quiere decir que llegue a perfeccionarse en el perdonar.
Me detendré en el significado numérico. Si en María Magdalena Jesús hizo una obra de liberación de una totalidad de demonios -siete- (Lc 8:2) esto quiere decir que en mí también lo puede hacer. Sé que parece algo tonto, dado que lo que se nos enseña es que en el nombre de Jesús huirán demonios, pero pienso que al menos yo, que lo he intentado, no he encontrado un alivio duradero ni durante, ni después de las ministraciones. No digo que no lo haya habido, sino que al parecer, aún quedan marcas -manchas- en los momentos en que Dios es revelado, y que me hacen pensar que no podré librarme.
¿Cómo librarse entonces de una totalidad de demonios?, creo que también con perfección, con un encuentro con el perfecto liberador de mi vida. Con quién resucitó de la tumba y me dió el privilegio de verle primero. Resucitar es vivir en un estado redimido de la imperfección. Permitirle que vaya delante de mí (Is 45:2-3), adentrarme en ese viaje con Él. Dejar de correr en lo externo y dar pequeños pasos hacia mi interior, confiando en la plenitud de Su poder de resurrección.
No tengo todas las respuestas aún, pero puedo esperar y buscarle para que se manifieste. Puedo ir al lugar donde dicen que ha muerto, que ya no puede obrar, que está enterrado. Puedo esperar para que se corra la piedra de temor e incredulidad en mi corazón y verle aparecer. Puedo anhelar que resucite para mí.
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enero 28, 2011
Recordar es vivir
"Recordar es vivir" es un dicho que normalmente se cita en mi país. Se menciona especialmente cuando uno hace remembranza de los buenos momentos vividos, y las cosas realizadas.
Tengo que agradecerle a Refreshing from heaven, del blog Mi Lucha Interior, un bloguero con quién he construído una relación de apoyo y amistad en el camino, que a través de muchas de las cosas que dice y que comparte, revela mucho de su carácter: Firme, con fe como de un niño, y radical en lo que cree. Hoy en su post escribe sobre un ministerio de sanidad interior en España y de los testimonios impactantes allí.
Hablé ayer de leer y de no cansar de redefinirse. Es verdad. No me arrepentiré de tener que borrar el papel de cosas escritas y volver a arrancar. Ayer leí sobre una historia de alguien que estando dentro de la iglesia decidió "salir del closet" y construír su vida así. Hoy leí sobre un testimonio de una lesbiana que se convirtió al cristianismo y como su vida tan dañada, fue restaudara por el Dios de amor.
Esa historia me impactó tremendamente. Tuve una especie de "flashbacks" de mi pasado, de oraciones angustiosas que hice, de pésimas decisiones que tomé... pero sobretodo, recordé el inicio de esta historia que he ido tejiendo con Dios y que ha marcado la pauta de un nuevo caminar, de una nueva forma de ver la vida. No puedo ignorar eso. No puedo ignorar que Dios me sacó del lodo cenagoso y me puso sobre la roca que es mi Jesús.
No puedo ignorar que todo el rechazo que cargué tanto tiempo, lo ha ido transformando en una nueva creación, en Su rosa, en una mujer a la que voltean a mirar en la calle (ja! y cómo me río de eso), como ha hecho tanto en mi vida y la de mi familia que con solo pensarlo se me llenan los ojos de lágrimas. Sé que eso suena algo pacato para mis posts agresivos y confusos de los días anteriores. No me importa. Es la pura verdad.
Tratando de conciliar lo escrito en este y el anterior post, podría decir que no me arrepiento de lo que he dicho en los posts anteriores, de mi confusión, de cierto cansancio de querer manifestar un cambio externo en mi atracción y esas cosas, de dejar de rechazar sentimientos que están ahí y a los que no siempre se les puede huír. Todo eso me hace de alguna manera más humana, más consciente de la realidad que comparto con millones de hombres y mujeres de este mundo, con la lucha por vivir una vida digna y una vida que no sea rechazada por sus decisiones.
Sin embargo, tampoco me arrepiento de decir que amo a Dios con todas mis fuerzas, que en el fondo de mi corazón, no quiero seguir igual, quiero disfrutar una vida llena de amor real, de vivenciar la transformación y la sanidad que Él le dió a muchas personas mientras estuvo y estuvieron en la tierra (cojos, ciegos, prostitutas, y quiero pensar que homosexuales), quiero verlo obrar más allá de mis opciones y de lo que puedo ver. Quiero algún día ser una voz de esperanza, alguien que pueda transmitir algo de lo mucho que ha recibido a otros (porque lo cierto es que he recibido mucho).
No puedo desligar lo humana que soy, con mi ciudadanía celestial. Son el conjunto de cosas que me ayudarán a no enloquecerme en el camino hacia el cual Dios anhela llevarme. Bendigo la oportunidad que Dios me dá para construir mis convicciones, y para creer en una plena restauración, en el día a día, en medio de las circunstancias, en medio del no todavía.
Tengo que agradecerle a Refreshing from heaven, del blog Mi Lucha Interior, un bloguero con quién he construído una relación de apoyo y amistad en el camino, que a través de muchas de las cosas que dice y que comparte, revela mucho de su carácter: Firme, con fe como de un niño, y radical en lo que cree. Hoy en su post escribe sobre un ministerio de sanidad interior en España y de los testimonios impactantes allí.
Hablé ayer de leer y de no cansar de redefinirse. Es verdad. No me arrepentiré de tener que borrar el papel de cosas escritas y volver a arrancar. Ayer leí sobre una historia de alguien que estando dentro de la iglesia decidió "salir del closet" y construír su vida así. Hoy leí sobre un testimonio de una lesbiana que se convirtió al cristianismo y como su vida tan dañada, fue restaudara por el Dios de amor.
Esa historia me impactó tremendamente. Tuve una especie de "flashbacks" de mi pasado, de oraciones angustiosas que hice, de pésimas decisiones que tomé... pero sobretodo, recordé el inicio de esta historia que he ido tejiendo con Dios y que ha marcado la pauta de un nuevo caminar, de una nueva forma de ver la vida. No puedo ignorar eso. No puedo ignorar que Dios me sacó del lodo cenagoso y me puso sobre la roca que es mi Jesús.
No puedo ignorar que todo el rechazo que cargué tanto tiempo, lo ha ido transformando en una nueva creación, en Su rosa, en una mujer a la que voltean a mirar en la calle (ja! y cómo me río de eso), como ha hecho tanto en mi vida y la de mi familia que con solo pensarlo se me llenan los ojos de lágrimas. Sé que eso suena algo pacato para mis posts agresivos y confusos de los días anteriores. No me importa. Es la pura verdad.
Tratando de conciliar lo escrito en este y el anterior post, podría decir que no me arrepiento de lo que he dicho en los posts anteriores, de mi confusión, de cierto cansancio de querer manifestar un cambio externo en mi atracción y esas cosas, de dejar de rechazar sentimientos que están ahí y a los que no siempre se les puede huír. Todo eso me hace de alguna manera más humana, más consciente de la realidad que comparto con millones de hombres y mujeres de este mundo, con la lucha por vivir una vida digna y una vida que no sea rechazada por sus decisiones.
Sin embargo, tampoco me arrepiento de decir que amo a Dios con todas mis fuerzas, que en el fondo de mi corazón, no quiero seguir igual, quiero disfrutar una vida llena de amor real, de vivenciar la transformación y la sanidad que Él le dió a muchas personas mientras estuvo y estuvieron en la tierra (cojos, ciegos, prostitutas, y quiero pensar que homosexuales), quiero verlo obrar más allá de mis opciones y de lo que puedo ver. Quiero algún día ser una voz de esperanza, alguien que pueda transmitir algo de lo mucho que ha recibido a otros (porque lo cierto es que he recibido mucho).
No puedo desligar lo humana que soy, con mi ciudadanía celestial. Son el conjunto de cosas que me ayudarán a no enloquecerme en el camino hacia el cual Dios anhela llevarme. Bendigo la oportunidad que Dios me dá para construir mis convicciones, y para creer en una plena restauración, en el día a día, en medio de las circunstancias, en medio del no todavía.
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enero 20, 2011
Y arranca todo de nuevo: 2011 ¿Out of this land?
Mañana parece arrancar todo de nuevo. A nivel de iglesia, comienzan actividades y me asusta un poco lo que viene. Por una parte, no quiero sentirme de nuevo la "rara" en medio de la gente, no quiero seguir manteniendo rencores, juicios y prejuicios (reales o imaginarios) respecto al trato que he recibido anteriormente. Digo, no es que se me haya tratado mal en mi iglesia y en el grupo al que asisto, es sólo que de alguna manera ya no puedo responder como antes, tan entusiastamente, tan diligentemente, sencillamente, no puedo.
Estos días al pensar en este arranque de año, me ha asaltado la duda varias veces, respecto a qué hacer, que camino tomar, cómo comportarme, etc. No puedo negar que la percepción que otros tienen de mí me importa, y que lo que creo (mi percepción) de lo que ellos piensan, me hace actuar de determinada manera. No confío igual que antes en muchas cosas. Necesito que se me den razones o que se me indique un camino más allá que ofrecerme las mismas herramientas y la misma secuencia de cosas. Ya las sé.
Probablemente muchas cosas asociadas a la sanidad interior no tengan que ver SOLO con el pasado, sino con la construcción de seguridad y confianza, y de la aceptación de uno mismo en el proceso. El "Fix" no es tan rápido, y eso debería enfatizarse, porque los que arrastramos con taras y secuelas de heridas muy grandes, nos damos muy duro cuando vemos lo mucho que nos cuesta en relación a otros.
A mí mi sanidad me ha costado mucho, muchísimo. Es uno de los motivos que más ocupan mi atención (si no es el que más). He pasado por varias fases, he estado en ministerio de restauración, he hecho pasos de sanidad interior, he ido a psicólogo, etc. Muchas de estas cosas han cavado y cavado en mi pasado, hasta el punto de volverme paranóica respecto a cosas que creo no haber encontrado aún y que me hacen todavía "defectuosa" espiritual, emocional y sexualmente.
No puedo negar que esos procesos me han ayudado, pero tampoco puedo negar el dolor de la frustración del "no todavía", de la horrible sensación de "quedarse atrás" respecto a otros que comenzaron conmigo, entre otras cosas.
Ahora que lo pienso, nunca fuí del todo normal, y no sólo en lo referente a la orientación sexual. Siempre fuí considerada una "weird" dentro de los grupos comunes. Poco aceptada mi irreverencia y mi desdén por afiliaciones perpetuas a élites y "roscas" de todo tipo. En medio de lo perdida que me sentía, nunca fue mi opción intentar ser igual a alguien, ni pensar en masa. La lectura y la soledad ayudaron un poco a eso. El humor también.
El saberse diferente y el que otras personas lo reconozcan da un poco de miedo. No con todos se puede ser igual de sincero. Recibir demasiada sinceridad hoy puede ser considerada una virtud. Mañana no tengo esa opción, eso me asusta. Me asusta tomar decisiones perpetuas y encontrar que sigo fallando, me asusta volver a correr por sueños y logros de masas. Aunque también me asusta seguir siendo la misma, es verdad. Me asustan mis defectos de carácter, me asusta lo voluble de mi ser interior. Hay muchas cosas por mejorar pero no sé cómo, ni en que forma o grado pedir ayuda. Dios es el que obra la transformación, es sólo que no me quiero perder oyendo sólo mi propia voz..... en fin.
Mañana captaré estímulos y sondearé reacciones. Trateré de escuchar con mis oídos y ver con mis ojos, si Dios me lo permite.
Sé que hay cosas buenas ahí fuera, esperándome.
Estos días al pensar en este arranque de año, me ha asaltado la duda varias veces, respecto a qué hacer, que camino tomar, cómo comportarme, etc. No puedo negar que la percepción que otros tienen de mí me importa, y que lo que creo (mi percepción) de lo que ellos piensan, me hace actuar de determinada manera. No confío igual que antes en muchas cosas. Necesito que se me den razones o que se me indique un camino más allá que ofrecerme las mismas herramientas y la misma secuencia de cosas. Ya las sé.
Probablemente muchas cosas asociadas a la sanidad interior no tengan que ver SOLO con el pasado, sino con la construcción de seguridad y confianza, y de la aceptación de uno mismo en el proceso. El "Fix" no es tan rápido, y eso debería enfatizarse, porque los que arrastramos con taras y secuelas de heridas muy grandes, nos damos muy duro cuando vemos lo mucho que nos cuesta en relación a otros.
A mí mi sanidad me ha costado mucho, muchísimo. Es uno de los motivos que más ocupan mi atención (si no es el que más). He pasado por varias fases, he estado en ministerio de restauración, he hecho pasos de sanidad interior, he ido a psicólogo, etc. Muchas de estas cosas han cavado y cavado en mi pasado, hasta el punto de volverme paranóica respecto a cosas que creo no haber encontrado aún y que me hacen todavía "defectuosa" espiritual, emocional y sexualmente.
No puedo negar que esos procesos me han ayudado, pero tampoco puedo negar el dolor de la frustración del "no todavía", de la horrible sensación de "quedarse atrás" respecto a otros que comenzaron conmigo, entre otras cosas.
Ahora que lo pienso, nunca fuí del todo normal, y no sólo en lo referente a la orientación sexual. Siempre fuí considerada una "weird" dentro de los grupos comunes. Poco aceptada mi irreverencia y mi desdén por afiliaciones perpetuas a élites y "roscas" de todo tipo. En medio de lo perdida que me sentía, nunca fue mi opción intentar ser igual a alguien, ni pensar en masa. La lectura y la soledad ayudaron un poco a eso. El humor también.
El saberse diferente y el que otras personas lo reconozcan da un poco de miedo. No con todos se puede ser igual de sincero. Recibir demasiada sinceridad hoy puede ser considerada una virtud. Mañana no tengo esa opción, eso me asusta. Me asusta tomar decisiones perpetuas y encontrar que sigo fallando, me asusta volver a correr por sueños y logros de masas. Aunque también me asusta seguir siendo la misma, es verdad. Me asustan mis defectos de carácter, me asusta lo voluble de mi ser interior. Hay muchas cosas por mejorar pero no sé cómo, ni en que forma o grado pedir ayuda. Dios es el que obra la transformación, es sólo que no me quiero perder oyendo sólo mi propia voz..... en fin.
Mañana captaré estímulos y sondearé reacciones. Trateré de escuchar con mis oídos y ver con mis ojos, si Dios me lo permite.
Sé que hay cosas buenas ahí fuera, esperándome.
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