Tomado del libro Mero Cristianismo, de C.S Lewis“Al principio dije que había Personalidades en Dios. Ahora voy a ir más lejos. No hay auténticas personalidades en ningún otro sitio. Hasta que no hayas entregado tu ser a Cristo no tendrás un auténtico ser. La igualdad se encuentra sobre todo entre los hombres “naturales” no en aquellos que se entregan a Cristo. ¡Cuán monótonamente iguales son los grandes conquistadores y tiranos; cuán gloriosamente diferentes son los santos!Pero ha de haber una auténtica entrega del ser. Debes rendirlo “ciegamente”, por así decirlo. Cristo te dará ciertamente una auténtica personalidad: pero no debes acudir a Él sólo por eso. Mientras que sea tu propia personalidad lo que te preocupa no estás acudiendo a Él en absoluto. El primer paso es intentar olvidar el propio ser por completo. Tu auténtico nuevo ser (que es de Cristo, y también tuyo, y tuyo sólo porque es Suyo) no vendrá mientras lo estés buscando. Vendrá cuando estés buscando a Cristo. ¿te parece extraño? El mismo principio rige para asuntos más cotidianos. Incluso en la vida social, nunca causarás una buena impresión en los demás hasta que no dejes de pensar en la buena impresión que estás causando. Incluso en la literatura y el arte. Ningún hombre que se preocupa por la originalidad será jamás original; mientras que si simplemente intenta decir la verdad (sin importarle cuántas veces esa verdad haya sido dicha antes), será, nueve veces de cada diez, original sin ni siquiera haberse dado cuenta.Y ese principio aparece a lo largo de la vida en su totalidad. Entrega tu ser y encontrarás tu verdadero ser. Pierde tu vida y la salvarás. Sométete a la muerte, a la muerte de tus ambiciones y tus deseos favoritos de cada día, y a la muerte de tu cuerpo entero al final: sométete con todas las fibras de tu ser, y encontrarás la vida eterna. No te guardes nada. Nada en ti que no haya muerto resucitará de entre los muertos. Búscate a ti mismo y encontrarás a la larga sólo odio, soledad, desesperación, furia, y decadencia. Pero busca a Cristo y le encontrarás, y con Él todo lo demás.”
Mostrando entradas con la etiqueta Surrender. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Surrender. Mostrar todas las entradas
noviembre 07, 2011
Sobre la muerte y el encuentro
junio 18, 2011
Honestidad
Honestidad. Quiero vivir una vida de honestidad, en la que sé que no me miento a mi misma y a nadie más. Miro mi mente y me sorprendo muchas veces reaccionando a ilusiones viejas y maquinando nuevas.
Me siento triste porque sé que no siempre logro vivir a la altura del amor que Dios me prodiga a mí. No logro vivir ese mandamiento que dice "Y amarás a Dios con toda tu MENTE, con toda tu ALMA, con todo tu CORAZÓN, con todas tus FUERZAS". Y pienso que si quiero algún día lograr integridad en mi mente (mi lucha especial) ese espacio debe ser llenado de honestidad, no de engaños.
Pienso en ese mandamiento y creo firmemente que Jesús tenía razón que ese y el de amar al prójimo como a tí mismo resumen todo lo que Dios espera de nosotros. No puede haber fidelidad y amor verdaderos en alguien cuyo enfoque está todo el tiempo en sí mismo y en cómo cada persona solo representa algo en cuanto a una necesidad suya y nada más.
Fidelidad es enfoque y entrega, es determinar un límite claro en ese amor. Un límite a todo pensamiento ajeno a aquél que es el motivo de nuestras alegrías y mejores resoluciones. Sí, pienso en Jesús, pero también pienso en él, el hombre que me ha devuelto las ganas de soñar e imaginar cosas diferentes para mí. De veras anhelo entregar un corazón honesto cuando sea el tiempo, y que ningún engaño mío o de otros pueda interponerse a mi decisión.
Pienso en Dios, sólo Él vela día y noche por mí. Sólo Él persigue en todo tiempo mi bien. Y yo sé que es así, aún cuando a veces tropiezo y caigo de nuevo en tontos razonamientos. Anhelo progresar hacia ese amar con pasión que Él desea de mí... ese amor me devolverá las alas y el motivo.
El motivo de que VIVO para Él.
Me siento triste porque sé que no siempre logro vivir a la altura del amor que Dios me prodiga a mí. No logro vivir ese mandamiento que dice "Y amarás a Dios con toda tu MENTE, con toda tu ALMA, con todo tu CORAZÓN, con todas tus FUERZAS". Y pienso que si quiero algún día lograr integridad en mi mente (mi lucha especial) ese espacio debe ser llenado de honestidad, no de engaños.
Pienso en ese mandamiento y creo firmemente que Jesús tenía razón que ese y el de amar al prójimo como a tí mismo resumen todo lo que Dios espera de nosotros. No puede haber fidelidad y amor verdaderos en alguien cuyo enfoque está todo el tiempo en sí mismo y en cómo cada persona solo representa algo en cuanto a una necesidad suya y nada más.
Fidelidad es enfoque y entrega, es determinar un límite claro en ese amor. Un límite a todo pensamiento ajeno a aquél que es el motivo de nuestras alegrías y mejores resoluciones. Sí, pienso en Jesús, pero también pienso en él, el hombre que me ha devuelto las ganas de soñar e imaginar cosas diferentes para mí. De veras anhelo entregar un corazón honesto cuando sea el tiempo, y que ningún engaño mío o de otros pueda interponerse a mi decisión.
Pienso en Dios, sólo Él vela día y noche por mí. Sólo Él persigue en todo tiempo mi bien. Y yo sé que es así, aún cuando a veces tropiezo y caigo de nuevo en tontos razonamientos. Anhelo progresar hacia ese amar con pasión que Él desea de mí... ese amor me devolverá las alas y el motivo.
El motivo de que VIVO para Él.
febrero 12, 2011
Amor es exposición
Amor es exposición. Amo en la medida en que he sido expuesta a grandes dosis de amor. Nada para mí parece más importante en el evangelio.
Cada noche, al orar, le pido perdón a Dios por la gran cantidad de estupideces que he dicho, por acciones que no tomé, por pensamientos obsesivos y codiciosos, por una lista bien corta, la verdad, de pecados consistentes y repetitivos.
Sin embargo, si algo me duele es saber que en lo que más fallo es en los dos primeros mandamientos. "Amar a Dios y amar al prójimo como a mi mismo" en lo que se resumen la ley y los profetas. Me duele un día más de oración en medio del sueño, un día más entretenida en lecturas y pensamientos, un día más siendo dura con otros y conmigo, un día más lejos de Dios.
Siempre he creído que el amor es el centro, la solución y el problema. Dejarme amar por Dios ha sido el tema de mi crecimiento espiritual, el tema porque me cuesta, siento incomodidad, siento una extraña agonía, siento un horrible silencio y la sensación de estarme hablando a mi misma, y lo peor, sin sentir absolútamente nada.
He pensado también que es por esto que ando con sed. Que ando reactiva al amor de los demás, a su respuesta, a sus síes y a sus noes. Que es por esto que la tentación me lleva a mundos fabricados donde recibo lo que quiero, donde me siento amada, y donde cada necesidad es suplida sin sufrimientos ni rechazos. Sin embargo, pasa con los paliativos, que nunca solucionan el problema real.
Andar por la vida intentando reflejar a Dios e intentando hablar en Su nombre, sin Su esencia, es perder el tiempo. Es soltar palabras al viento, es camuflaje en vez de Presencia. Es querer hacer en nombre de Dios cualquier cosa, servir, adorar, orar, dar el cuerpo y el alma por otros, sin hacer diferencia. El mundo esta harto de ejemplos así. Esta harto de la indiferencia que eso provoca.
Amor es exposición. Amar es exponerse al amor de Dios sabiendo que es aquella cosa necesaria para exponer mi amor al mundo. Dios en eso tiene mucho que enseñarnos. Se expuso a nuestra burla y nuestro desprecio en la persona de Jesús, se expuso al rechazo, al riesgo de crearnos con libre albedrío para amarle o no.
También, no hay amor verdadero que no se exponga, a lo bueno o a lo malo. Amor riesgoso. Amor que se expone a sufrir, a visiones de dolor, a momentos de ausencia, a la larga espera, amor expuesto a lo que sea, a dar y a recibir sin condiciones.
Tengo mucho que aprender de ese tipo de amor. Tengo que exponerme, en doble vía. Sea ese tal vez, el motivo de toda mi vida.
Cada noche, al orar, le pido perdón a Dios por la gran cantidad de estupideces que he dicho, por acciones que no tomé, por pensamientos obsesivos y codiciosos, por una lista bien corta, la verdad, de pecados consistentes y repetitivos.
Sin embargo, si algo me duele es saber que en lo que más fallo es en los dos primeros mandamientos. "Amar a Dios y amar al prójimo como a mi mismo" en lo que se resumen la ley y los profetas. Me duele un día más de oración en medio del sueño, un día más entretenida en lecturas y pensamientos, un día más siendo dura con otros y conmigo, un día más lejos de Dios.
Siempre he creído que el amor es el centro, la solución y el problema. Dejarme amar por Dios ha sido el tema de mi crecimiento espiritual, el tema porque me cuesta, siento incomodidad, siento una extraña agonía, siento un horrible silencio y la sensación de estarme hablando a mi misma, y lo peor, sin sentir absolútamente nada.
He pensado también que es por esto que ando con sed. Que ando reactiva al amor de los demás, a su respuesta, a sus síes y a sus noes. Que es por esto que la tentación me lleva a mundos fabricados donde recibo lo que quiero, donde me siento amada, y donde cada necesidad es suplida sin sufrimientos ni rechazos. Sin embargo, pasa con los paliativos, que nunca solucionan el problema real.
Andar por la vida intentando reflejar a Dios e intentando hablar en Su nombre, sin Su esencia, es perder el tiempo. Es soltar palabras al viento, es camuflaje en vez de Presencia. Es querer hacer en nombre de Dios cualquier cosa, servir, adorar, orar, dar el cuerpo y el alma por otros, sin hacer diferencia. El mundo esta harto de ejemplos así. Esta harto de la indiferencia que eso provoca.
Amor es exposición. Amar es exponerse al amor de Dios sabiendo que es aquella cosa necesaria para exponer mi amor al mundo. Dios en eso tiene mucho que enseñarnos. Se expuso a nuestra burla y nuestro desprecio en la persona de Jesús, se expuso al rechazo, al riesgo de crearnos con libre albedrío para amarle o no.
También, no hay amor verdadero que no se exponga, a lo bueno o a lo malo. Amor riesgoso. Amor que se expone a sufrir, a visiones de dolor, a momentos de ausencia, a la larga espera, amor expuesto a lo que sea, a dar y a recibir sin condiciones.
Tengo mucho que aprender de ese tipo de amor. Tengo que exponerme, en doble vía. Sea ese tal vez, el motivo de toda mi vida.
Etiquetas:
amor,
cosas de Dios,
Dios y yo,
heridas,
Jesús,
pensamientos,
Surrender,
vida
enero 20, 2011
Y arranca todo de nuevo: 2011 ¿Out of this land?
Mañana parece arrancar todo de nuevo. A nivel de iglesia, comienzan actividades y me asusta un poco lo que viene. Por una parte, no quiero sentirme de nuevo la "rara" en medio de la gente, no quiero seguir manteniendo rencores, juicios y prejuicios (reales o imaginarios) respecto al trato que he recibido anteriormente. Digo, no es que se me haya tratado mal en mi iglesia y en el grupo al que asisto, es sólo que de alguna manera ya no puedo responder como antes, tan entusiastamente, tan diligentemente, sencillamente, no puedo.
Estos días al pensar en este arranque de año, me ha asaltado la duda varias veces, respecto a qué hacer, que camino tomar, cómo comportarme, etc. No puedo negar que la percepción que otros tienen de mí me importa, y que lo que creo (mi percepción) de lo que ellos piensan, me hace actuar de determinada manera. No confío igual que antes en muchas cosas. Necesito que se me den razones o que se me indique un camino más allá que ofrecerme las mismas herramientas y la misma secuencia de cosas. Ya las sé.
Probablemente muchas cosas asociadas a la sanidad interior no tengan que ver SOLO con el pasado, sino con la construcción de seguridad y confianza, y de la aceptación de uno mismo en el proceso. El "Fix" no es tan rápido, y eso debería enfatizarse, porque los que arrastramos con taras y secuelas de heridas muy grandes, nos damos muy duro cuando vemos lo mucho que nos cuesta en relación a otros.
A mí mi sanidad me ha costado mucho, muchísimo. Es uno de los motivos que más ocupan mi atención (si no es el que más). He pasado por varias fases, he estado en ministerio de restauración, he hecho pasos de sanidad interior, he ido a psicólogo, etc. Muchas de estas cosas han cavado y cavado en mi pasado, hasta el punto de volverme paranóica respecto a cosas que creo no haber encontrado aún y que me hacen todavía "defectuosa" espiritual, emocional y sexualmente.
No puedo negar que esos procesos me han ayudado, pero tampoco puedo negar el dolor de la frustración del "no todavía", de la horrible sensación de "quedarse atrás" respecto a otros que comenzaron conmigo, entre otras cosas.
Ahora que lo pienso, nunca fuí del todo normal, y no sólo en lo referente a la orientación sexual. Siempre fuí considerada una "weird" dentro de los grupos comunes. Poco aceptada mi irreverencia y mi desdén por afiliaciones perpetuas a élites y "roscas" de todo tipo. En medio de lo perdida que me sentía, nunca fue mi opción intentar ser igual a alguien, ni pensar en masa. La lectura y la soledad ayudaron un poco a eso. El humor también.
El saberse diferente y el que otras personas lo reconozcan da un poco de miedo. No con todos se puede ser igual de sincero. Recibir demasiada sinceridad hoy puede ser considerada una virtud. Mañana no tengo esa opción, eso me asusta. Me asusta tomar decisiones perpetuas y encontrar que sigo fallando, me asusta volver a correr por sueños y logros de masas. Aunque también me asusta seguir siendo la misma, es verdad. Me asustan mis defectos de carácter, me asusta lo voluble de mi ser interior. Hay muchas cosas por mejorar pero no sé cómo, ni en que forma o grado pedir ayuda. Dios es el que obra la transformación, es sólo que no me quiero perder oyendo sólo mi propia voz..... en fin.
Mañana captaré estímulos y sondearé reacciones. Trateré de escuchar con mis oídos y ver con mis ojos, si Dios me lo permite.
Sé que hay cosas buenas ahí fuera, esperándome.
Estos días al pensar en este arranque de año, me ha asaltado la duda varias veces, respecto a qué hacer, que camino tomar, cómo comportarme, etc. No puedo negar que la percepción que otros tienen de mí me importa, y que lo que creo (mi percepción) de lo que ellos piensan, me hace actuar de determinada manera. No confío igual que antes en muchas cosas. Necesito que se me den razones o que se me indique un camino más allá que ofrecerme las mismas herramientas y la misma secuencia de cosas. Ya las sé.
Probablemente muchas cosas asociadas a la sanidad interior no tengan que ver SOLO con el pasado, sino con la construcción de seguridad y confianza, y de la aceptación de uno mismo en el proceso. El "Fix" no es tan rápido, y eso debería enfatizarse, porque los que arrastramos con taras y secuelas de heridas muy grandes, nos damos muy duro cuando vemos lo mucho que nos cuesta en relación a otros.
A mí mi sanidad me ha costado mucho, muchísimo. Es uno de los motivos que más ocupan mi atención (si no es el que más). He pasado por varias fases, he estado en ministerio de restauración, he hecho pasos de sanidad interior, he ido a psicólogo, etc. Muchas de estas cosas han cavado y cavado en mi pasado, hasta el punto de volverme paranóica respecto a cosas que creo no haber encontrado aún y que me hacen todavía "defectuosa" espiritual, emocional y sexualmente.
No puedo negar que esos procesos me han ayudado, pero tampoco puedo negar el dolor de la frustración del "no todavía", de la horrible sensación de "quedarse atrás" respecto a otros que comenzaron conmigo, entre otras cosas.
Ahora que lo pienso, nunca fuí del todo normal, y no sólo en lo referente a la orientación sexual. Siempre fuí considerada una "weird" dentro de los grupos comunes. Poco aceptada mi irreverencia y mi desdén por afiliaciones perpetuas a élites y "roscas" de todo tipo. En medio de lo perdida que me sentía, nunca fue mi opción intentar ser igual a alguien, ni pensar en masa. La lectura y la soledad ayudaron un poco a eso. El humor también.
El saberse diferente y el que otras personas lo reconozcan da un poco de miedo. No con todos se puede ser igual de sincero. Recibir demasiada sinceridad hoy puede ser considerada una virtud. Mañana no tengo esa opción, eso me asusta. Me asusta tomar decisiones perpetuas y encontrar que sigo fallando, me asusta volver a correr por sueños y logros de masas. Aunque también me asusta seguir siendo la misma, es verdad. Me asustan mis defectos de carácter, me asusta lo voluble de mi ser interior. Hay muchas cosas por mejorar pero no sé cómo, ni en que forma o grado pedir ayuda. Dios es el que obra la transformación, es sólo que no me quiero perder oyendo sólo mi propia voz..... en fin.
Mañana captaré estímulos y sondearé reacciones. Trateré de escuchar con mis oídos y ver con mis ojos, si Dios me lo permite.
Sé que hay cosas buenas ahí fuera, esperándome.
Etiquetas:
heridas,
homosexualidad,
identidad,
iglesia,
pensamientos,
Sanidad interior,
Surrender,
vida,
Vision
enero 12, 2011
Camino y encuentros parte II
La búsqueda del alma humana no puede desligarse de la búsqueda del espíritu hacia el regreso al hogar. Ahora que ya he sido tocada por el Espíritu mi búsqueda no es como antes, antes buscaba llenura, buscaba satisfacción más allá de toda expresión humana, y la encontré.
Luego de encontrarla, se abrió en mí una profunda necesidad de encontrarme a mí misma. La revelación de Dios muchas veces no sacia, sólo hace que se disparen más dudas y cuestiones. En lo personal, Dios se ha revelado como un Dios que sufre, que tiene grandes y profundas heridas, que me revela su propio dolor por mí, y no he podido entenderle, tal vez es una parte más de esa sensacion de no ser normal, de pertenecer al lado marginal.
Experimentar dolor en carne propia, dolor de ausencia, dolor de lo incomprensible del pasado y del presente, me ha hecho de alguna manera entender la división que hay en mí. No me acepto del todo, y ciertamente, no acepto la forma en que el mundo espiritual a veces se me revela. No acepto la anormalidad de mis crisis y mis quebrantos y eso no ayuda a la hora de querer llegar a alguna parte.
El año pasado me cansé de correr como loca a hacer ciertas cosas en lo externo que me dieran la sensación de sanidad que por dentro sabía que no estaba presente. Me harté y me desanimé muchísimo respecto a mi progreso espiritual, y al hecho de que muchas cosas seguían viniendo sobre mi vida sin desearlas y sin llamarlas.
La tentación y la incomprensión de lo que pasaba en esos momentos, marcó el inicio de una búsqueda diferente, la búsqueda del alma que no se comprende, que se piensa sola, que sufre y encuentra difícil hallar una salida. Esa búsqueda estuvo marcada por lecturas, estudio, entre otras cosas. Descubrí autores de la vida espiritual que fuera de darme certezas compartían de algun modo mis dudas, mis momentos de incertidumbre, y podían llegar a indicar un camino, el camino de regreso al hogar.
Pienso ahora que supuestamente, planeo una "visión" para este año, que lo que más quiero es tener claro hacia donde quiero ir, el riesgo implicará para mí una cercanía verdadera con Dios, una cercanía marcada por el abandono del miedo y del hallar razones, para caminar más y más profundo hacia el centro, hacia ese lugar al que temo llegar y que es el único que puede darme descanso y paz. La Casa de Su Amor.
Como dije al principio, las dos búsquedas de alguna manera tienen que llegar a ser una sola. El alma sola se puede perder en un mar de emocionalismo y existencialismo que jamás vaya a algún lugar. El Espíritu solo, podría desatender toda la cuestión y la búsqueda legítima del ser humano, aunque debo reconocer que el Espíritu es el mejor guía. Sin el Espíritu a bordo de esta aventura del alma humana, todo sería ir a la deriva y sin un norte, pues sólo el Espíritu sabe el lugar de regreso a casa, El ya ha estado ahí.
Luego de encontrarla, se abrió en mí una profunda necesidad de encontrarme a mí misma. La revelación de Dios muchas veces no sacia, sólo hace que se disparen más dudas y cuestiones. En lo personal, Dios se ha revelado como un Dios que sufre, que tiene grandes y profundas heridas, que me revela su propio dolor por mí, y no he podido entenderle, tal vez es una parte más de esa sensacion de no ser normal, de pertenecer al lado marginal.
Experimentar dolor en carne propia, dolor de ausencia, dolor de lo incomprensible del pasado y del presente, me ha hecho de alguna manera entender la división que hay en mí. No me acepto del todo, y ciertamente, no acepto la forma en que el mundo espiritual a veces se me revela. No acepto la anormalidad de mis crisis y mis quebrantos y eso no ayuda a la hora de querer llegar a alguna parte.
El año pasado me cansé de correr como loca a hacer ciertas cosas en lo externo que me dieran la sensación de sanidad que por dentro sabía que no estaba presente. Me harté y me desanimé muchísimo respecto a mi progreso espiritual, y al hecho de que muchas cosas seguían viniendo sobre mi vida sin desearlas y sin llamarlas.
La tentación y la incomprensión de lo que pasaba en esos momentos, marcó el inicio de una búsqueda diferente, la búsqueda del alma que no se comprende, que se piensa sola, que sufre y encuentra difícil hallar una salida. Esa búsqueda estuvo marcada por lecturas, estudio, entre otras cosas. Descubrí autores de la vida espiritual que fuera de darme certezas compartían de algun modo mis dudas, mis momentos de incertidumbre, y podían llegar a indicar un camino, el camino de regreso al hogar.
Pienso ahora que supuestamente, planeo una "visión" para este año, que lo que más quiero es tener claro hacia donde quiero ir, el riesgo implicará para mí una cercanía verdadera con Dios, una cercanía marcada por el abandono del miedo y del hallar razones, para caminar más y más profundo hacia el centro, hacia ese lugar al que temo llegar y que es el único que puede darme descanso y paz. La Casa de Su Amor.
Como dije al principio, las dos búsquedas de alguna manera tienen que llegar a ser una sola. El alma sola se puede perder en un mar de emocionalismo y existencialismo que jamás vaya a algún lugar. El Espíritu solo, podría desatender toda la cuestión y la búsqueda legítima del ser humano, aunque debo reconocer que el Espíritu es el mejor guía. Sin el Espíritu a bordo de esta aventura del alma humana, todo sería ir a la deriva y sin un norte, pues sólo el Espíritu sabe el lugar de regreso a casa, El ya ha estado ahí.
octubre 19, 2010
De ti dependen los amores
Sali de viaje este fin de semana. Me sirvió bastante para alejarme de las preocupaciones y de las cosas que intentan distraer mi corazón. Ningún amor que se acerca a mis puertas es lo suficientemente fuerte como el amor de Jesús. No lo digo por afirmar la teología, lo digo de verdad.
Me llaman la atención algunos hombres de mi iglesia, y eso me gusta, es decir, que aumente mi atracción por los hombres es algo bueno. En algún tiempo estuve muy ilusionada con uno de ellos, pero de alguna manera eso ha disminuído, me río con él, hablamos, es muy especial conmigo, pero aún no es suficiente como para que me ponga a pensar el día entero en él.
Aún sigue la atracción por las mujeres, y la que me causa los dolores de cabeza muchas veces es sólo eso, un ligero dolor de cabeza, una atracción que no suscita ilusión, ni mayor entrega, sólo el deseo de ser atractiva para alguien, aceptada, admirada. Pero no, no es suficiente...
Amores (si se les puede llamar así) van y vienen, las transiciones de mi alma no me permiten apegarme demasiado por ahora, ventajosamente, para mí.
En este tiempo de hacer morir la carne ha surgido un amor nuevo por mi Jesús, un amor que sí siento que viene de lo más profundo de mí, no generado por estaciones y vaivenes, un amor de abrir los ojos al despertar, un amor de llevar, un amor sutil pero más real que todo lo que mis vivencias pueden sumar al otro lado de la balanza. No quiero la llegada de otros amores sin antes profundizar en esto maravilloso que siento pasar en mí.
Me llaman la atención algunos hombres de mi iglesia, y eso me gusta, es decir, que aumente mi atracción por los hombres es algo bueno. En algún tiempo estuve muy ilusionada con uno de ellos, pero de alguna manera eso ha disminuído, me río con él, hablamos, es muy especial conmigo, pero aún no es suficiente como para que me ponga a pensar el día entero en él.
Aún sigue la atracción por las mujeres, y la que me causa los dolores de cabeza muchas veces es sólo eso, un ligero dolor de cabeza, una atracción que no suscita ilusión, ni mayor entrega, sólo el deseo de ser atractiva para alguien, aceptada, admirada. Pero no, no es suficiente...
Amores (si se les puede llamar así) van y vienen, las transiciones de mi alma no me permiten apegarme demasiado por ahora, ventajosamente, para mí.
En este tiempo de hacer morir la carne ha surgido un amor nuevo por mi Jesús, un amor que sí siento que viene de lo más profundo de mí, no generado por estaciones y vaivenes, un amor de abrir los ojos al despertar, un amor de llevar, un amor sutil pero más real que todo lo que mis vivencias pueden sumar al otro lado de la balanza. No quiero la llegada de otros amores sin antes profundizar en esto maravilloso que siento pasar en mí.
Etiquetas:
amor,
Jesús,
pensamientos,
sentimientos en expansiva,
Surrender
septiembre 17, 2010
A Tu Divina Presencia - To Your Sacred Presence
No quiero tocarte con pinzas,
No quiero poner mi microscopio en tu sangre
y de esa manera, intentar estudiarte.
No quiero evaluarte y tratar de
comprenderte en lo abstracto
No quiero desde mi telescopio verte a la distancia
y conformarme con escasas visitas
a tus noches estrelladas
No quiero ponderar tu palabra
según mi egoísta necesidad
o lo vano de mi conocimiento
Tampoco quiero correr a quererlo ver todo
sentirlo todo, lograrlo todo
Quiero acercarme a tí con temor reverente
A tu verdad con magnitud de asombro
y sed de poesía
A tus pasos con humildad anhelante de
aprender y obedecer
A tu luz... y en último lugar a todas tus cosas,
lo que eres, dices y haces
Esperando así, estar inmersa en tí.
No quiero poner mi microscopio en tu sangre
y de esa manera, intentar estudiarte.
No quiero evaluarte y tratar de
comprenderte en lo abstracto
No quiero desde mi telescopio verte a la distancia
y conformarme con escasas visitas
a tus noches estrelladas
No quiero ponderar tu palabra
según mi egoísta necesidad
o lo vano de mi conocimiento
Tampoco quiero correr a quererlo ver todo
sentirlo todo, lograrlo todo
Quiero acercarme a tí con temor reverente
A tu verdad con magnitud de asombro
y sed de poesía
A tus pasos con humildad anhelante de
aprender y obedecer
A tu luz... y en último lugar a todas tus cosas,
lo que eres, dices y haces
Esperando así, estar inmersa en tí.
mayo 30, 2010
Por esto es por qué el reino de los cielos les pertenece...
Hoy me doy cuenta por qué Jesús dijo que el reino de los cielos es de aquellos que son como niños (Mt 19:13-15). Me avergüenzo de dudar tanto de Papá, y perder tanto tiempo buscando yo no sé qué cuando Dios ya me ha dicho tanto!, transcribiré una conversación que tuve hoy con una niña de 7 años y así podrás darte cuenta por qué me siento así:
Valentina: ...me preparé el otro día una malteada de cereal, lo licué y le eché leche y helado, además me encanta hacer muchas cosas raras para comer...y muchos otros inventos...
Yo: Uy qué chévere, ya ahora sí vas a ser como Flint Loco (el inventor, protagonista de la peli infantil lluvia de hamburguesas), y vas a hacer muchas invenciones!!
Valentina: No, aunque yo haga muchos inventos me seguiré llamando Valentina (apellidos reservados, pero los dijo) porque ese es el nombre que me puso mi papá (su papá ya murió) y por eso lo quiero tanto. Así es como me voy a llamar siempre, Valentina por V de vaca porque a mi me gusta el campo, como a mi papá, y Valentina también significa valiente, y como mi papá me dijo que era valiente yo sé que soy así.
Yo: (pues obviamente sin palabras) mmm si Vale, tienes toooda la razón. :S
Pude ver en su respuesta una firmeza y una seguridad que yo no he podido alcanzar. Me da tanta pena con Dios porque él me ha dicho cosas similares y aún sigo buscando intentar ser como otra persona, imaginarme una vida diferente a la que llevo, buscando mi identidad y mi afirmación en lo que otros dicen de mí... en una búsqueda ansiosa lejos de las palabras de Aquél que me ha amado tanto!
En esta etapa racional por la que estoy pasando, de la cual no puedo decir que todo es malo - porque no lo es- sí he descubierto que los logros intelectuales, el desempeño, y la seguridad en el conocimiento adquirido, jamás lograrán afirmar un corazón tanto, como las palabras de quién lo conoce íntimamente (esto es Dios mismo). Una habilidad, un logro, un don, incluso el hallar un lugar en la historia y en el propósito divino, jamás lograrán sobrepasar la inmensidad de sentirse pleno en el conocimiento de Dios mismo. El conocimiento expresado en 1 Corintios 8: 1-2:
"El conocimiento envanece, mientras que el amor edifica. El que cree que sabe algo, todavía no sabe como debiera saber. Pero el que ama a Dios es conocido por él."
Ser conocido por Dios es ser afirmado por Él. Una gran necesidad para todos aquellos que hemos sido quebrantados en nuestra autoestima y que cargamos con el rechazo y el abandono. Ser afirmados por un Padre amoroso que envía Sus palabras a sanar nuestra alma y a sellar las grietas de lo que nunca recibimos.
Nuestra actitud debiera ser como la de los niños: no dudan, creen ciegamente en el amor, las palabras y el cuidado de sus padres. No vacilan entre opiniones, una vez que les has dicho algo, lo creen con su corazón.
Hoy, sin duda, he aprendido mucho, más que de muchos autores juntos, hoy he aprendido lo que es confiarse, abandonarse, rendirse, a los brazos del Amor.
Gracias querida Valentina!
Valentina: ...me preparé el otro día una malteada de cereal, lo licué y le eché leche y helado, además me encanta hacer muchas cosas raras para comer...y muchos otros inventos...
Yo: Uy qué chévere, ya ahora sí vas a ser como Flint Loco (el inventor, protagonista de la peli infantil lluvia de hamburguesas), y vas a hacer muchas invenciones!!
Valentina: No, aunque yo haga muchos inventos me seguiré llamando Valentina (apellidos reservados, pero los dijo) porque ese es el nombre que me puso mi papá (su papá ya murió) y por eso lo quiero tanto. Así es como me voy a llamar siempre, Valentina por V de vaca porque a mi me gusta el campo, como a mi papá, y Valentina también significa valiente, y como mi papá me dijo que era valiente yo sé que soy así.
Yo: (pues obviamente sin palabras) mmm si Vale, tienes toooda la razón. :S
Pude ver en su respuesta una firmeza y una seguridad que yo no he podido alcanzar. Me da tanta pena con Dios porque él me ha dicho cosas similares y aún sigo buscando intentar ser como otra persona, imaginarme una vida diferente a la que llevo, buscando mi identidad y mi afirmación en lo que otros dicen de mí... en una búsqueda ansiosa lejos de las palabras de Aquél que me ha amado tanto!
En esta etapa racional por la que estoy pasando, de la cual no puedo decir que todo es malo - porque no lo es- sí he descubierto que los logros intelectuales, el desempeño, y la seguridad en el conocimiento adquirido, jamás lograrán afirmar un corazón tanto, como las palabras de quién lo conoce íntimamente (esto es Dios mismo). Una habilidad, un logro, un don, incluso el hallar un lugar en la historia y en el propósito divino, jamás lograrán sobrepasar la inmensidad de sentirse pleno en el conocimiento de Dios mismo. El conocimiento expresado en 1 Corintios 8: 1-2:
"El conocimiento envanece, mientras que el amor edifica. El que cree que sabe algo, todavía no sabe como debiera saber. Pero el que ama a Dios es conocido por él."
Ser conocido por Dios es ser afirmado por Él. Una gran necesidad para todos aquellos que hemos sido quebrantados en nuestra autoestima y que cargamos con el rechazo y el abandono. Ser afirmados por un Padre amoroso que envía Sus palabras a sanar nuestra alma y a sellar las grietas de lo que nunca recibimos.
Nuestra actitud debiera ser como la de los niños: no dudan, creen ciegamente en el amor, las palabras y el cuidado de sus padres. No vacilan entre opiniones, una vez que les has dicho algo, lo creen con su corazón.
Hoy, sin duda, he aprendido mucho, más que de muchos autores juntos, hoy he aprendido lo que es confiarse, abandonarse, rendirse, a los brazos del Amor.
Gracias querida Valentina!
Etiquetas:
Dios y yo,
identidad,
Papá,
pensamientos,
Surrender
mayo 28, 2010
De la resistencia y la rendición
Me he resistido. He sabido mantenerme bajo llave durante mucho tiempo, a salvo de ser herida por las expectativas puestas en mí y en otros, a salvo de descubrimientos dolorosos, de la frustración del "no todavía", a salvo de las comparaciones, a salvo... a salvo de cualquier tipo de riesgo verdadero.
Me he creado una máscara. No necesito de nadie, no necesito siempre ser tan vulnerable, no requiero las mismas formulitas que le aplican a todo el mundo y a todos le funcionan -menos a mí- no, yo no necesito ayuda, he crecido demasiado y me he dado cuenta que todos repiten lo mismo como loras, que realmente no pueden ayudarme, su mundo es demasiado perfecto para entender las luchas consistentes de alguien más. Soy inteligente, soy razonable, ya conozco demasiado, puedo andar sola, tengo a Dios... y a mis libros.
He cerrado la puerta, he dicho que no, creí ponerme a salvo pero no puedo evitar sentir la tristeza de estar muriendo, de perder vida. He olvidado por completo la firmeza de las promesas de Dios -ya me parecen sugerencias- he hecho el voto de creer que el servicio, la vocación y el amor profundo y perfecto han quedado lejos de mi alcance. Me he acostumbrado a vivir así.
Rendición, Surrender en inglés. Me gusta más en inglés, me suena a saltar al vacío, a perder el control. He tenido ese deseo muy fuerte desde hace ya un tiempo. Surrender, casi a diario pienso en Surrender. He quedado envuelta en lazos mentales, en grilletes de pasividad y conformismo, en cadenas racionales de autosuficiencia. He entrado en un laberinto a buscar sentido, respuestas, propósito, con mi propia brújula vieja. Tu no estabas ahí, me he perdido, he perdido tanto.
Me faltan fuerzas para rendirme, pero quizás era necesario llegar a estar sin fuerzas para estar desesperadamente anhelante, desesperadamente ansiosa por el salto, por ser libre de no tener el control. Quiero recuperarme, quiero retomar y cumplir mis votos iniciales, quiero postrarme ante el amor primero, y ser libre de mi orgullo protector. Quiero arrodillarme en cuerpo y alma, de mente y corazón. Quiero darte la oportunidad de sorprenderme, de darle cachetadas a mis suposiciones de Tí, quiero tomar el riesgo de la velocidad a la que puedes llevar las cosas.
Gracias por poner vallas en los libros, en la música, en las conversaciones, en mi corazón. No, Tu nunca te quedas callado, eres fiel, eres seguro de Tí, y de todo lo que tienes para dar.
Ayúdame a llegar.... al momento de rendición*.
*moment of surrender- U2
Etiquetas:
autoanálisis,
desahogo,
Dios y yo,
pensamientos,
Surrender
Suscribirse a:
Entradas (Atom)