Mostrando entradas con la etiqueta Diarios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Diarios. Mostrar todas las entradas

enero 20, 2013

Ir.


Sí eso que escuché hoy tiene todo el sentido del mundo. Es preciso invitar a Jesús a esos cuadros viejos que han querido estar más que permanentes en mi vida, oscuridad y dolor, y hacerlo parte de ellos. Con Él no puedo fingir, y en mi religiosidad pensé que no era bueno quejarme o que lo mejor era seguir intentando chapotear en mis esfuerzos por arreglarlo todo, o mejor aún.... evitar la tensión de estar sentada al lado de Dios y no poderle decir todo lo que llevo dentro...

La primera conexión y el primer punto de partida si quiero ver cosas diferentes para mi vida en este año es abrirme por completo a Jesús, al Jesús humano que comprende el dolor y puede y quiere llorar conmigo. Al Jesús divino que puede transformarlo todo.

No pueden haber sueños allí adelante cuando la neblina de lo no dicho y del dolor resignado permanecen.

No sé que encontraré al siguiente paso, pero sé que debo darlo. No quiero más de lo mismo. Anhelo la Luz de Sus ojos, y la vida que sólo El puede dar. Y todo empieza con una palabra. Ir.

Ir es una palabra pequeña pero que implica una acción. Salir del estancamiento de las palabras y los silencios vacíos. Ir fue la primera instrucción que recibió Abraham cuando Dios le dijo que saliera de su tierra (la tierra cómoda y conocida) a un lugar desconocido para él. Ir es poner un pie delante del otro y andar. Acción más que palabras. Encuentro verdadero y resolución de angustias imaginarias. Todo puede pasar, pero creo que vale la pena vivirlo, al menos es mejor que estarse sentado en el mismo sitio esperando que alguna magia del destino haga que las cosas cambien.  Ir es el mejor paso para planear sobre un lienzo diferente, soñar y ver  ¡por fin ver! todo eso que ha estado allí esperándome.




diciembre 25, 2012

Me pierdo y quiero...


Ha sido un año extraño. No sé bien como explicar lo que ha sido, pero tal vez sí puedo explicar lo que anhelo ahora. Anhelo un viaje físico, literal, de esos que suelo aconsejar que la gente no haga para huir de su realidad. La verdad es que no deseo huir de mi realidad sino encontrarme en medio de ella, siento que me he perdido.

Me pierdo cuando quiera que miro las vidas de otros: de miembros de mi familia que se les da cierto éxito laboral y presumen de sus planes a futuro, de amigos y compañeros cristianos que avanzan en el ministerio y logran vencer obstáculos interiores y exteriores, que atraen multitudes, gente que opina y es escuchada, gente que viaja, que se enamora, que brilla y es admirada. Me pierdo en pequeñas atenciones y en ligeros desprecios. Encuentro mi vida rutinaria y poco atractiva. Me encuentro durmiendo en un profundo letargo de lo mismo.

Por eso anhelo ese viaje. Deseo escaparme de todo y de todos, de palabras y consejos, de oraciones comunes y somnolientas, de seguir otro año más a la espera de que un ángel sacuda el agua y alguien me pueda meter en ella y sanarme de la parálisis actual. Escaparme de seguir las metas de todos y no tener una propia por la cual luchar con motivo y con pasión.

Recuerdo una frase de Paul Young que dice "La única razón por la cual Dios vive en una caja es porque Él desea estar donde tú estés". Es tal cual. Sé que Dios no es un Dios rutinario que mecánicamente me hace pasar por la piedra de molino y por el fuego abrasador sólo para verme resistir una y otra vez. Sé que Dios es un Dios de planes, Dios aventurero y romántico, Dios de vivos y no de dormidos-moribundos-muertos.

Realmente deseo una experiencia sobrenatural que me recuerde porqué hago lo que hago y porqué aún vivo. Deseo que Dios me dé de nuevo un norte y un sueño de un futuro. Que marque un nuevo hito para recordar y un nuevo aliento, mapa y directriz para los siguientes movimientos. Quiero resistir, teniendo presente el punto fijo que es Jesús, y en Sus manos mi identidad y mi destino. Así de idealista como puede parecer, así de importante es saber que cualquier meta que me proponga para este nuevo año debe estar trazada por una renovación a todo nivel. Las verdaderas metas de Dios no pueden ser frustradas. Esas metas me ayudan a no distraerme, a entender porqué existo y por quién. Allí de nuevo.... me encuentro.

junio 23, 2012

When nothing changes

He postergado mucho el escribir aquí. El porqué radica en que no tiene mucho sentido escribir sobre lo mismo, con el mismo lenguaje y sin nada nuevo que añadir. Las batallas son las mismas, no me derrumbo de la misma manera ante los mismos obstáculos pero la frialdad de la experiencia no siempre indica que se esté haciendo lo correcto. Viene ante mí la frustración siempre que me comparo con otros, pero sobretodo, cuando digo "yo podría estar allí, y no lo hice".  Ese es el dolor que me trae hoy aquí y no es un dolor nuevo, pero siento que debo escribir al respecto, para ver si de repente algo cambia, no lo sé.

De las cosas que he aprendido en este tiempo es acerca de mi valor propio. He tenido que darme cuenta que soy una "hacedora" y que continuamente busco oportunidades para estar haciendo y haciendo cosas que me otorguen valor o reconocimiento. He descubierto que hacer cosas me distrae de hacerle frente a mis miedos y dolores, de verme en el Yo Soy y dejar que eso me baste. Lo que se ha vuelto mi vía rápida de escape es: Debo hacer la obra de Dios.

Lo raro es que me doy cuenta que aún cuando hago esa obra de Dios, a mi manera, estoy distante de ese Dios que anhela a una hija antes que requerir una sierva, y que desea hablarme de mil formas mientras yo me conformo con mi rezo de loro parlante estilo "tu allá y yo acá, por favor ayúdame". No debería sorprenderme que nada cambie, que siga teniendo sed.

Escribo aún desde el mismo impávido exterior de mis circunstancias, consciente de que para moverlas, es preciso un cambio interior, un retorno, un deseo por el agua de vida, un abrazo en el hogar, mi hogar en Dios.

Y termino diciendo que algo de la tristeza y del mal sueño que rondaba hasta el final del día se fue... trayendo un poco de viento fresco de esperanza y de buscar esos ojos que como brújulas indican el único camino. Bendito Señor.

enero 23, 2012

Días sagrados


"La tierra está llena de cielo, y Dios arde en cada arbusto común. Pero sólo quien lo ve se quita los zapatos;  
                 el resto se sienta a recoger zarzamoras" 
Elizabeth Barrett Browning


Un cúmulo de cosas aparecen en mi mente, experiencias por compartir, frases que me han inspirado, fracciones del camino que resaltan sobre la superficie por ser magníficas, refrescantes. Y sin embargo sigo con la sensación de no saber (o no querer) hablar de todo eso por ahora.

Basta con decir que han sido días sagrados, de re-encuentro con Dios. Nada emocional y de presencia visible pero sí muy directo a mis más profundos conceptos sobre Él, los más secretos juicios, reclamos y argumentos en Su contra, los bloqueos conscientes e inconscientes a Su presencia en mi vida.

En una jornada de silencio en medio de la actividad, el trabajo y la soledad, cada espacio hizo un trayecto en mi corazón, rompió defensas en mi mente y me acercó a un Dios que yo no conocía, un Dios que trabaja en la incertidumbre, que se mueve sobre nuestros términos, que no se desanima sino que siempre está dispuesto a hacernos entender Su amor por nosotros, a un Dios Padre que por tanto tiempo fue tan lejano, abstracto.

Este es el inicio de una nueva etapa, lo siento en mi corazón. Sé que eventualmente, recaeré en conceptos que llevan más ventaja en tiempo en mi mente, pero lo que encontré siempre estará ahí, como una súbita recuperación de la memoria: Lo que Dios realmente es, lo que es real. A eso tendré que volver una y otra vez.

Si hay un propósito que pueda tener este año entero, será recuperar esa voz y certeza de la Presencia de Dios en mi vida. Ya no estaré perdida así aún no sepa a dónde voy. Nada será tan importante. Nada como eso hará que todo vuelva a su lugar. Quizás ya empiezo a andar en primavera y no me he dado cuenta.

diciembre 16, 2011

Primero va el 1 y luego el 2


No han sido días fáciles para mí. Es evidente que cuando mi fuente de afirmación deja de ser Dios, y se convierte en otras personas, fácilmente caigo en atracciones decepcionantes. No es nada nuevo, ni lo será. Creo, que aunque me gusta este mes de diciembre por su alegría y el tiempo en familia, algo de tristeza empieza a aparecer en mi corazón. Cosas no alcanzadas, temores y ciclos no resueltos, y una increíble sensación de soledad. El año que se acaba y el año que viene, el período para decidir qué hacer. Un necesario desahogo para comenzar.


Mis ansias por sanidad y esa aparentemente inalcanzable santidad me remiten a la lectura y a la reflexión. Las raíces, las causas, las motivaciones, lo inconcluso, etc. Empieza entonces un deseo de hablar a nivel teórico o conceptual de las cosas que encuentro en el camino, como siempre, un poco para mí, pero también para el que pase a visitar. No soy una experta en psicología, consejería y/o restauración de la homosexualidad, pero me parece que por el hecho de vivirla en carne propia, tengo algo que decir al respecto. Es algo que quiero lanzarme a hacer.

¿Por dónde empezar?

"Primero va el 1 y luego el 2" es una frase que he querido poner en algún lado y tocó aquí, ya que en este lugar no me piden explicaciones. En medio de este gran mapa mental del homosexual que busca una salida, no podría poner otro centro, o superneurona que no fuera la relación con Dios. Y ahí entra el tema del rechazo. No sé si soy yo, pero encuentro que cuando más experimento rechazo, desaprobación o desafirmación, más vulnerable soy.  Dios ha sido el único a quién 24/7 le he podido confesar mis complejos, mis dolores, mis "otra vez" etc. Sólo que aún me es difícil retener ese amor y permanecer en ese amor y aceptación que él me dá.
Dios también es quien puede sanar mi específico dolor, librarme de mis paranoias y ayudarme a acceder a los dolores que sí recuerdo y para los que el perdón ha sido tan difícil. Dios puede revelarme cosas que no están en ningún manual. Dios puede doblegar mi orgullo y mi obstinación que enmascaran al dolor. Su amor trasciende las confiadas certezas del líder o el pastor y me acompaña en el proceso, en los altibajos, en las inconsistencias e imperfecciones que supo que trataría cuando me invitó a seguirle a Él.

No voy a pretender que puedo sola, porque mentiría, pero la verdad es que estoy harta de correr tras el viento, de esperar un evento, un encuentro, congreso, retiro, ministración, para que Dios se revele. La moldura de mi alma, según he descubierto, se toma su tiempo y se desploma, pero cuando tiene espectadores no funciona muy bien aún. Seguiré siendo entretejida en secreto, creo.

El 1 es Dios, es su sabiduría en lo secreto

"Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo;
      en lo secreto me has enseñado sabiduría" Salmo 51:6


Espero ser acompañada en este proceso, la iglesia funciona, la congregación funciona, pero las voces de aquellos que viven estas incertidumbres también! Escribo de todo un poco y sin mucha coherencia, pero creo que con cierta constancia y disciplina (y síntesis?) pueda empezar a formar textos más comprensibles que le den palabras a lo que todavía no entendemos.  Y esto no es sólo por mí o por tí, creo que alguien más estará esperando leer en algún momento, algo que le ayude a transitar en medio del camino pedregoso que hay por delante. ¿Me acompañas?

octubre 08, 2011

Ilusiones y expectativas 1

"I've spent so long firmly looking outside me
I've spent so much time living in survival mode"
- Precious illusions, Alanis Morissette 



Soy mujer, y creo que esto que mencionaré a continuación es una lucha con la que lidiamos especialmente nosotras, y quizás más algunas con cierta tendencia temperamental. El idealismo. Queremos llenar nuestro vacío de admiración, afecto y amor,  buscando alguien que pueda ver algo grandioso en nosotras, que pueda mostrar interés en lo que somos. También, creo que nos pasa, tratamos de encontrar una persona que cumpla nuestras expectativas, ya sean físicas, de conocimiento, de gustos, etc. 

Siempre he sido así. Recuerdo de adolescente le hacía una oración a Dios que era algo así: "Dios, por favor, concédeme un hombre que sea muy inteligente", en ese entonces nada de eso abundaba por donde yo mirara y cuando apareció, al principio parecía llenar todas mis expectativas, pero luego, su inmadurez salió a flote, y eso que era bastante mayor que yo. Mucho cerebro, poco corazón, poca vida más allá de sus gustos extraños y palabras elocuentes. Quedé curada y no volví a hacer ese tipo de peticiones (en realidad no quedé curada, sólo decepcionada y decidí por esa y otras situaciones de mi vida cerrarme y fantasear con prototipos en mi mente). Las mujeres seguían siendo más sencillas para mí, pero afortunadamente tenía una especie de conciencia interna que no me permitía lanzarme.

Con el paso del tiempo, de muchos golpes, de muchas confusiones y malas decisiones, de procesos y purificaciones- ya en Cristo-, empecé a mentalizarme en querer intentar de nuevo algo con un hombre. Internamente mi check list (lista de requerimientos) si contenía un prototipo de hombre que según mi modo de pensar "jamás me haría daño" modo de pensar al que llegué luego de haber pasado por abusos y malas relaciones con el género masculino.  Para ser más sincera todavía, el prototipo si era bastante específico y al imaginarlo -decía- nada iba a salir mal.

Pues bueno... ese hombre apareció. Cada detalle que me hablaba de él, era un chulito que le ponía a mi lista (todo esto, inconscientemente, claro), cada cosa que conocía de él me entusiasmaba. Llegó a tal punto a sorprenderme que no me creí digna de él. Eventualmente nos hicimos más y más amigos, y yo lentamente empezaba a planear cómo serían las cosas cuando se dieran, y empecé silenciosamente a tomar algunas de mis decisiones alrededor de lo que él hiciera ¡aunque no había nada entre nosotros! esperaba cada día el momento en que se hiciera el click, él no decía nada, y yo tampoco, me cansaba un poco el tema de que nada pasara, de su timidez, de muchas cosas...

Para no hacer más largo el cuento, llegó el tiempo de tormentas por el cual estoy ahora, tuve que viajar para atender la hospitalización de mi papá y esperaba que él me llamara, me escribiera, se diera por enterado, se preocupara por mí y nada... nada... nada. Cuando llegué, como si no existiera, en fin... tuve que enterarme luego de que estaba saliendo con otra chica de la iglesia, aunque para esas épocas yo ya me lo presentía...

Puaj!! se me cayó el ídolo! me he sentido mal por muchas cosas en este tiempo, pero especialmente porque lo creía tan infalible que cuando pasó, inmediatamente sentí el dolor de ver todo caer. Mis esperanzas, mis sueños, mi casi armada seguridad emocional.
Ya a estas fechas el perdón ha ayudado mucho, pero lo que me viene a la mente es, cuan peligroso es todo esto de idealizar y depositar expectativas demasiado altas en alguien, o en algo diferente a Dios.  Cuan peligroso es, beber (así no sea materialmente, cosa que diferencia nuestra lucha de la de los hombres) de cisternas rotas que no retienen agua, buscarnos nuestra seguridad y afecto aparte de la fuente inagotable de Dios.  Por irnos detrás de lo que creemos adecuado y apropiado para nosotros, nos podemos estar perdiendo primero, de una relación totalmente vivificante por sí sola en Jesús, y segundo, de lo que en verdad Dios quiere darnos.  Su perspectiva y Su visión superan en mucho la nuestra, golpeada por condicionamientos sexuales, familiares, sociales, religiosos, etc. 

Ya que el post está largo, sólo me queda decir que mucho tiempo fui la de ese video que puse al principio del post, no sólo en el área emocional, sino en muchas más, mirando afuera, escribiéndome ilusiones que me permitieran sobrevivir a una vida a la que no le veía futuro. Hoy ya no. Ha sido suficiente. He decidido poner mis expectativas en Dios, el guiará mi vida según el curso que Él ha trazado (Prov 21:1). Y esa es la vida abundante que quiere darme.

agosto 18, 2011

Dar y recibir

De un diario a otro diario...plenamente identificada, no es necesario añadir más.


"Entregarte a los demas sin esperar nada a cambio solo es posible cuando has sido plenamente
recibido. Cada vez que descubres que esperas algo a cambio de lo que has dado o te desilusionas cuando no se te retribuye nada, vas tomando conciencia de que aun no has sido plenamente recibido. Unicamente cuando te sabes incondicionalmente amado (es decir, plenamente recibido) por Dios, puedes dar en forma gratuita. Dar sin esperar nada a cambio es confiar en que todas tus necesidades seran cubiertas por Aquel que te ama incondicionalmente. 


Es confiar en que no necesitas proteger tu propia seguridad, sino que puedes entregarte completamente al servicio de los demas. La fe es, precisamente, confiar en que tu, que das en forma gratuita, recibiras en forma gratuita, pero no necesariamente de la persona a quien te entregaste. El riesgo radica en que te entregues a los demas con la ilusion de que ellos te recibiran plenamente. Pronto te sentiras como si los demas se estuvieran alejando con partes tuyas. No puedes entregarte a los demas si no eres dueño de ti mismo, y solo puedes ser verdaderamente dueño de ti mismo cuando se te ha recibido plenamente en un amor incondicional.

Gran parte del dar y recibir tiene una caracteristica violenta, porque quienes dan y quienes reciben
actuan mas desde la necesidad que desde la confianza
. Lo que parece generosidad es en realidad
manipulacion, lo que parece amor es en verdad un grito en busca de afecto o apoyo. Cuando te sepas
plenamente amado, podras dar de acuerdo con la capacidad de recibir del otro, y podras recibir de acuerdo con la capacidad de dar del otro. Estaras agradecido por lo que se te de, sin aferrarte a ello, y dichoso por lo que puedas dar, sin jactarte de ello. Seras una persona libre, libre para amar.
"

Henri Nouwen - La voz interior del amor.


agosto 08, 2011

¡Cumpleaños del blog!



Viendo el perfil me doy cuenta que hace 4 años creé este blog. No soy muy dada a recordar fechas de cosas, ni la de mi conversión, ni en la que me ennovié por primera vez, etc. Quizás sea porque soy más dada a recordar momentos y cosas que impactan mi corazón... podría recordar conversaciones enteras.

Sin embargo me parece importante celebrarle al blog su cumpleaños, no he escrito tanto a comparación de la fecha en que lo inicié, pero en estos últimos tiempos se ha convertido para mí en un sitio especial para publicar mis cosas, con la plena libertad que me permito.  Nunca fue ni será mi motivo capturar seguidores, ni comentar temas de moda, ni mucho menos sucumbir ante las presiones de la gente, como quiera que vengan.  Mi motivo siempre será ser real y sincera conmigo misma, ser yo, expresarme tal cual soy en un momento dado.

Tal vez ese sea un mejor uso para un diario personal, pero bueno, la ilusión de que sigue siendo un tanto "secreto" le da esa particularidad a publicar y sentir que va a alguna parte. Me gusta eso.

Gracias a todos los que me leen, sé que algunos no se atreven a dejar saludos, o a comentar, son libres para eso, el silencio es un derecho. Algunos, amigos míos en persona no tienen que hacerlo, sencillamente me lo dicen de frente, todo eso vale la pena ponerlo algún día aquí. Otros que como yo, tropezaron con este sitio, he tenido la oportunidad de conocerlos poco a poco, y retroalimentar... ha sido todo un privilegio, conocer sus pensamientos y vislumbrar un poco de sus corazones, eso, va más allá de la imagen, mil gracias por acompañarme! he aprendido mucho de ustedes!

Me siento feliz de saber que este lugar es también una piedra memorial que me recuerda los pasos atrevidos a lo desconocido, que vivir es un riesgo, y escribir es un deleite en la jornada del caminante, y que Dios es el fiel compañero en la serie de puntos que se han registrado aquí, los que no, y los que están por dibujarse.

¡Happy B-day Blog!


junio 29, 2011

El ministerio de la reconciliación



"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación." 2 Corintios 5:18

Las cosas que a nosotros nos parecen importantes, para Dios no son más que pasajeras. Lo urgente, el momento que ya pasó. La lógica y el propósito de Dios son cosas que difícilmente podemos comprender nosotros los mortales, sujetos a un cuerpo sufriente y angustiado por lo que ve, vive y siente. 

¿Dónde estoy yo, en medio de tanto sufrimiento? ¿Dónde mis necesidades, mis anhelos y mis sueños? Corro de un lado para otro, cuidando, dando, y corro cansada, vacía. 

¿Será acaso que en la enfermedad de los que amo, Dios hace manifiesto este ministerio de la reconciliación? ¿Será que este ministerio es más importante que cualquier otra cosa ahora?

¿Será que el ministro así mismo es reconciliado con Dios dondequiera que va? Yo creo que sí.

Verdades a las que he intentado huir, se me han manifestado reales y menos dolorosas que en la ficción de mi mente. Recordé a Nouwen cuando decía "Deja que tus heridas lleguen hasta tu corazón, sólo ahí sabrás que no tienen poder para destruirte, tu corazón es más grande que tus heridas". Sí, mi corazón es más grande. Sí, la verdad de Dios es más grande. Y aparece ahí, sublime, necesaria, salvadora.

No tengo todas las respuestas ahora. Si algo sé es que no hay una fórmula única para recetar Verdad, para administrar Salvación. Como siempre, el querido Amor va delante, como una especie de anestésico, que dispone el corazón a la Verdad de Dios, la Verdad que inicia con brazos abiertos.


mayo 11, 2011

Enfrentando conflictos I

Es un tiempo nuevo para mí. Siento que repentinamente todo me impulsa a salir de mi mirada obsesiva hacia dentro y me lleva a enfrentarme a todo lo que hay en mí y fuera de mí. Sé que cuando cometo un error o varios errores de los mismos, dejo que se acumulen como tierra para una avalancha, avalancha que se vuelve una marejada emocional de comportamientos viejos, que me revela aún cuánto falta por hacer en mí.

No se puede enfrentar un conflicto atendiendo mil voces, urgencias, reclamos y ocupaciones. Y me pregunto entonces cuantas cosas hay sin resolver en mi vida, porque no soporto la quietud y el silencio. Incluso una oración en la que se escuchan sólo mis reclamos, fallas, peticiones y lamentos, no logra hacer mucho. Es preciso soltarse, y dejar que el conflicto real del corazón salga a flote.

Creo entonces que la sanidad tiene mucho que ver con recibir. Digo esto porque a menudo oro, renuncio, ato y desato y pasa poco, porque pretendo que en comunidad se logre lo que temo hacer sola: Ir a mi interior, en la soledad, y esperar a que Jesús esté allí, ayudándome. Temo a que me abandone, temo a que se distorsione de nuevo Su imagen, temo a que haya silencio frente a cuadros que he preferido no recordar.  Temor puede ser entonces un impedimento para abrir los brazos y recibir auxilio.

¿Te ha pasado?  Supongo que sí. Supongo que has tenido áreas de tu vida que has dejado sin resolver como algunas reparaciones de la casa: porque al tomar la decisión de arreglarlas, se ve por encima que van a ser de nunca acabar. Goteras, fallas eléctricas, plagas, etc. Quizá siempre necesitemos ayuda de un experto, que termine de una vez con aquello que no hemos podido, que nos derriba una y otra vez. Un experto que siempre quiera volver a ayudarnos, sin importar que tengamos el agua al cuello. Me lo imagino y creo que lo único que espera de nosotros es que reconozcamos dónde están las fallas y que estemos dispuestos a ir allí para repararlas, para sellarlas por fin. No somos nosotros los que reparamos, sólo señalamos el lugar de la avería y así el conflicto empieza a encontrar salida. Podemos funcionar mejor.

Bueno, estoy en esas ahora. Aún tengo pensamientos desoladores, y aunque la tentación esté apaciguada por ahora, sé que permanece ahí. Pero ahora sé que es preciso cavar primero, ir a donde no quiero ir, para que lo que quiero se materialice.

marzo 20, 2011

Un tiempo para todo

"Hay un tiempo para todo", es el comienzo de una conocida porción del Eclesiastés. Me parece increíble cuando Dios de alguna manera orquesta tiempos especiales para algo.  Desde finales de febrero he sentido que muchas cosas van deprisa en mi vida: puertas que se cierran, cosas que desaparecen, circunstancias nuevas a las cuales hacerle frente, y, sobretodo, un apremiante indicio de quietud y sacrificio en lo que a mí concierne.

Es extraño que estos tiempos a los cuales comúnmente se les llaman tormentas o desiertos, sean invitaciones al silencio, a adentrarse en las profundidades de Dios. Al menos puedo decir que mi espíritu de alguna manera ya me preparaba para todo esto, generando cierto hastío de escribir y muchas ganas de estar en silencio y soledad.

Si bien mi tendencia natural ante una situación como esta es la de aprovechar y hacer mil cosas (estudiar, buscar oportunidades, contemplar nuevos rumbos), las limitaciones familiares y económicas me lo impiden.

Tengo tiempo para dos cosas ahora: Para adentrarme en mi silencio para buscar respuestas, y para entregar mi cuidado en la enfermedad. No hay más. Creo que ya hubo un "tiempo de los intentos" y el resultado fue bueno, descubrí un montón de cosas por la vía de la intuición y del dejarme llevar por los anhelos de mi corazón. Sin embargo, creo que es necesario adquirir una visión que profundice sueños y encamine talentos, así como creo que es necesario responder al llamado de Dios porque nunca se sabe qué tiene para decir.

Entregar cuidado (servir) y estar en silencio (oír) son dos buenas disciplinas para apartar los ojos de uno mismo, también. Pienso que es bueno darle un alivio a mi mente obsesa para que descanse y tenga un enfoque, a mis ojos una mirada atenta a la necesidad, y a mi corazón una calma suficiente para escuchar de verdad.