junio 24, 2010

De la tentación

Paso ahora por un tiempo de mucha tentación sexual. Quisiera decir que de hecho, hace mucho tiempo no sentía algo así, que pareciera gobernarme en mis pensamientos y en mi cuerpo.

Metiendo todo a mi analizador habitual, creo que esto que experimiento ahora sólo refleja la enorme soledad y deseo de intimidad por la que paso en este tiempo en mi vida. Me siento algo menos atraída hacia los hombres que lo que lo estuve hace un año por estas fechas y al contrario, muchas cosas que no se desarrollaban en la parte homosexual al parecer han tomado fuerza. De nuevo, creo que el filtro proviene no de un descubrimiento de mi sexualidad en sí, sino de un vacío mayor.

Me decepciona muchas veces el tipo de amistades que se da en la iglesia. Al parecer hablas de todo menos de lo que te inquieta de verdad. Te limitas a hablar y a vivir un montón de cosas superficiales con tus amigos. Y cuando se vive con una experiencia de vacío, falta de autoestima y de afirmación como la que vivo yo, estas cosas no sacian, sino que dejan una sensación insípida e insatisfactoria.

Es extraño abrir tu corazón a alguien y entrar en una intimidad y placer al hablar como con poca gente lo haces. Es extraño sentir que desearías que ese alguien fuera un hombre que hallara en tí alguien con quién establecer intimidad de trato y placer en el descubrimiento. Es extraño y doloroso saber que esa experiencia de placer se incrementa, y quieres que esa mujer te conozca más y más, como si con eso lograras que alguien en todo el mundo te valorara y disfrutara enormemente estando contigo.

He sido arrebatada de mi misma, como dice Nouwen. Un viaje hacia dentro es a lo único a lo que puedo aspirar con urgencia, y rogar por que todo el traumatismo consciente y subconsciente no detenga por temor lo que en verdad puede hacerme bien. Tanto silencio interno me está matando.

Hoy es uno de esos días en los que la intimidad duele, por llevarte a lo que atenta contra tus principios y creencias, tan superficiales en su raíz como quizás sean, pero tan reales que duele que tu cuerpo pueda saltárselos y vivir así entre altas y bajas. Es duro y frustrante estar así.

Gracia, que te pueda recibir hoy, Sangre, que pueda recordar tu precio y ser cubierta totalmente. Trono, que te pueda alcanzar para el oportuno socorro.