marzo 19, 2017

En un rincón de aburrimiento

He estado pensando en que perdí las ganas de escribir. Es una pérdida que lamento en momentos que creo merecían un desahogo brillante, un poema o un relato profundo de mis emociones punzantes.

Pensaba que ni siquiera el duelo o una etapa de consiguiente descanso me ayudaron a volver a la escritura como medio de relajación del alma. Tal vez porque estoy en una etapa en la que dudo respecto a mis decisiones y me encuentro en una rutina agobiante que bien podría haber dejado pasar de largo, pero que asumí como una decisión guiada por Dios.

El aburrimiento y el encierro de la rutina han parecido despertar al monstruo escritor en mí. Una musa poco común.

Sé que jamás seré una novelista o una blogger afamada. Menos después de tanto tiempo de ni aparecer por aquí. He pensado abortar este sitio unas cuantas veces, ya que he aprendido a convivir con mis luchas relacionales y a conocerme, lo que no sucedía cuando lo empecé. Sin embargo, me agrada encontrar posts que nada tienen que ver con esto, sino con la mera vida común, la adultez, la rutina, el peso de la vida... y puedo suspirar y soltar una que otra lagrimita al entender que pude describir lo que sentía entonces, y lo vuelvo a encontrar ahora.

Hoy me atrae la idea de que tal vez, aún en medio de mis autosacrificiales decisiones yo podría disfrutar la vida y empezar a escribirle un sentido. Ir poniendo en ese cofre sagrado de recuerdos, algo que me mantenga enfocada y motivada a vivir una vida mejor que la que vivo ahora. Más creativa, salvaje, auténtica.

No que la que vivo ahora no sea buena, solo que tal vez es una extensión de lecciones repetidas del pasado donde me recuerdo que estoy aquí para sobrevivir y para subsistir: un próximo sueldo, una nueva semana, un nuevo cambio de edad. Fantaseo con la vida irresponsable o egoísta de varios que simplemente se largan a viajar sin saber por cuánto y qué harán, o con la vida de alguien que emprende un negocio que le apasiona y se descubre enamorado de su trabajo. Fantaseo con ese sentido interior de realización y de haber encontrado un lugar, de ya no estar más bajo entrenamiento. No más entrenamiento.

Sin embargo, yo sé que en mi libertad puedo corregir el rumbo. Puedo aceptar desenterrar mis sueños o la intuición que tengo de ellos, y darles una voz. Puedo en medio de la responsable vida que llevo, guardar destellos de esperanza de una vida magnífica en donde doy y me doy lo mejor.

Es la vida un paso más allá de la escasez, lejos de la mediocridad.

Y vuelvo y recuerdo a José, y su sueño de grandeza.Tal vez silenciado por los largos años de esclavitud y anonimato. Creo que aún le quedaba esa libertad de la autoconciencia, la libertad de soñar y entregarse a Dios. Poseo esa misma libertad también.


agosto 08, 2016

Honestidad emocional


Es raro volver aquí. Ya no se hace un espacio habitual, como antes. Sin embargo, creo que puedo contar con que alguien más del otro lado pueda leer estas palabras. Si no es así, igual escribir es bueno para mí.

Las luchas no disminuyen por no hablar de ellas, el silencio no siempre es indicador de tranquilidad en esta área. Sigo luchando con AMS y el duelo hace que muchas cosas enterradas se disparen. Aún hoy en pleno 2016 sigo sintiéndome sola en esta lucha, al menos en mi entorno cercano.

Afortunadamente un viejo amigo de este espacio me dio un sabio consejo, y me dio una frase de alivio "Te entiendo", no saben lo alentador lo que es leer eso.

Hubo una frase de lo mucho que me dijo que me quedó sonando "Sobre la AMS  está siempre presente, pero no puede limitar mi vida". Creo que en alguna manera o, en gran manera yo lo he permitido. Me he creído el cuento de que no puedo ir más allá, de que debo ser sana por completo de mis atracciones y luchas para poder ser de ayuda a alguien, De que si no fuera por esto ya estaría casada, etc, etc. Creo que he caído en el error de permitirle gobernar mi sentir respecto a mí misma y mi avance en las cosas del Reino.

No sé si esto le pase a alguien más, pero a veces, aunque estoy en una iglesia de sanidad interior, creo que se pretende un grado de perfección que dista mucho de lo que debe ser. Y aún hay cierto tipo de prejuicios con las personas que hemos luchado con AMS. Tal vez, sea una limitación interna de los largos procesos míos, respecto a los de los demás.

Añade a esto el querer ayudar a alguien y ver que en la intención abres demasiado el corazón, cuentas tu testimonio y esto sólo hace que las luchas aumenten. El panorama parece desalentador. Sin embargo, algo es diferente. El tiempo no pasa en vano. Dios de manera silenciosa ha venido tejiendo cuerdas de amor en mi interior, señales de su fino trabajo de restauración. Mi mente ya no es como antes y puedo decir que aunque caigo, soy consciente cada vez más de mi posición de hija de Dios y de las formas extrañas en que estoy cediendo el control.

Descubro que cada vez que caigo en masturbación, se debe a que estoy tratando de suplir un consuelo necesario de formas inapropiadas, de la forma en que conocí antes de Cristo en mi vida. Trato de buscar lo rápido y visible, en vez de abrirme al silencio de donde desciende lo duradero.

Sé que Dios me comprende, no me juzga, pero si desea que avance. Esto no es por obra mía sino un trabajo conjunto, donde yo dispongo mi corazón y mi historia, y, donde Dios obra y escribe cosas nuevas si dejo de aferrarme a lo viejo.

Es tiempo entonces de soltar rencores, aceptar con humildad procesos, avanzar por encima de las limitaciones y trascender a nuevos niveles con Su ayuda y bajo su cuidado. Quisiera poder escribir de otra manera, ser más práctica, ofrecer tips y cosas por el estilo, pero esto es lo que hay, la necesidad de ser abierta a un público distante de tal vez alguna chica que luche con atracciones hacia su mismo género y se resista a creer que su opción es rendirse y volver atrás.

Puedo decirte que aunque es doloroso, vale la pena. En mi país se viene una polémica fuerte con todo este tema, incluyendo el adoctrinamiento por parte de la maquinaria de ideología de género en los colegios. Es entonces cuando creo que ser diferente ya no es salir del closet, sino decir que aunque luchas, no quieres ceder a una supuesta libertad que te mantiene en atadura. Con el Espíritu Santo a bordo ya no disfrutas ese banquete emocional por mucho tiempo. Sabes que no dura mucho. Y en lo eterno... se pesa muy ligero esto que aquí pesa tanto.

Un abrazo.





noviembre 11, 2015

Del dolor y la muerte

Me he acostumbrado a esta temporada dura de mi vida tanto que había olvidado lo que era desahogarme escribiendo. Casi que puedo decir que mi dolor se volvió silencio y no siempre el silencio es algo bueno, ni el callar el dolor por miedo a aparentar ser débil es la reacción correcta.

Aunque la tinta lo aguanta todo, siento que el desahogo de enviar esto al escenario "público" ayuda un poco, aún más que lo que me ayudaría hablarlo por las redes sociales, o comentarselo a quién no le importa.

O sea, es como un confesionario. Sí, ya me doy cuenta que sigue el mismo estilo de antes, la larga retahíla para poder comenzar, qué más da. Lo sé.

El dolor de la muerte es algo que sólo quien lo vive es quién lo goza. Digo que lo goza porque no sabremos como vamos a reaccionar hasta que pasemos por ahí, y qué tan humanos seamos cuando las decepciones que suelen surgir en momentos como estos aparezcan. Lo cierto es que aparecen y la sensibilidad a flor de piel no se hace esperar. Anhelamos que otros traten de consolarnos en nuestro dolor, o que muestren una señal de solidaridad con nosotros, pero siempre habrá quién ante la muerte no sepa qué decir, o prefiera pasar de largo.

Me he encontrado con todo ese tipo de personas en estos meses, luego de una gran pérdida. Me encuentro yo misma huyéndole al dolor, con cientos de ocupaciones y planes futuros. Es como si luego del intenso sufrimiento, la agonía de meses y años rogara por un escape y por un derecho a vivir cosas diferentes.

Pero lo cierto es que esto que dice la Biblia de que "Todo tiene su tiempo" es algo real, y debemos aprender a vivirlo, con humanidad, vulnerabilidad y algo de paciencia con nosotros mismos, y con otros. Que no es fácil, ese es otro tema.

Este tiempo de dolor o de luto, como se le suele llamar, es algo que debe vivirse y quizás al pretender ser fuertes y no llorar o no herirse fácilmente, atascamos una fuente que debe buscar salida para permitir entrar el verdadero consuelo y sosiego de los sentimientos. Para poder dejar frente al altar lo que nos fue dado y nos es quitado. Así nada más, pero en un proceso lento, al que en esta sociedad occidental llena de deberes y  afanes nos tiene poco acostumbrados.

Hoy es un día demasiado especial y siento haberlo arruinado por no poder callar mi dolor. Sé que debí haberlo hecho, pero es algo que me ha costado descargar en la presencia del Señor. A ratos me hace falta esa presencia física, poder verle soportar mis historias, mis recuerdos y toda mi rareza frente a este dolor. Quizás ahora sea el tiempo en que pueda sí o sí depender de Su paternidad y amor, disponibles 24/7 para mí.

Incluso aquí no puedo ser 100% vulnerable, siempre habrá cosas que sea mejor no contar. Pero ayuda mucho ser sinceros y esperar esa lluvia que viene luego de que hemos derramado todo lo que nos tenía atragantados.

La cosa es que el dolor es algo que debe vivirse, que no siempre se puede ser tan responsable y tan cristianamente correcto. Aunque algunas veces duela y las palabras no puedan devolverse.

Sólo espero que luego de que salgan todas estas emociones a flote, sea Dios quien ponga la curita en el corazón. Y que aún así, con tanto dolor, enojo y emociones encontradas, pueda ser esa débil persona que aún Él toma en cuenta para sus propósitos.

Me voy, dejando un bello escrito que habla mejor que todo mi desahogo, sobre la verdadera dirección que debe tomar el dolor.

Y una mujer habló, diciendo «Háblanos del dolor». 
Y Almustafa dijo: 
Tu dolor es la ruptura del caparazón 
que encierra tu entendimiento. 
Así como el hueso del fruto debe romperse 
para que su núcleo pueda exponerse al sol, 
así tú debes conocer el dolor. 
Y si pudieras mantener tu corazón maravillado 
ante los milagros diarios de tu vida, 
tu dolor no te parecería menos maravilloso que tu alegría. 
Y aceptarías las estaciones de tu corazón, 
así como siempre has aceptado las estaciones 
que pasan sobre tus campos. 
Y observarías con serenidad 
a través de los inviernos de tu sufrimiento. 
Gran parte de tu dolor es tu propia elección. 
Es una poción amarga 
con la que el médico que hay en ti cura tu ser enfermo. 
Por lo tanto, confía en el médico, 
y bebe su remedio con silencio y tranquilidad: 
porque su mano, aunque pesada y dura, 
está guiada por la mano tierna de lo invisible, 
y el cáliz que trae, 
aunque quema tus labios, 
ha sido hecho del barro 
que el Alfarero ha humedecido 
con Sus propias lágrimas sagradas.


abril 06, 2015

Un "martillazo" de vuelta

Siempre dije que volvería a este sitio cuando realmente sintiera ganas de decir algo. Literalmente cuando un martillazo al estilo del mesías del libro de Richard Bach, me golpeara de repente.... bueno ha pasado. Sin duda que este tiempo de mi vida podría catalogarlo como un tiempo de hacer y vivir antes que de pensar y reflexionar en muchas cosas. Tal vez por eso no había vuelto.

No porque no hayan pasado mil y mil cosas que valdría la pena narrar, sino porque hasta ahora se tejen en una suerte de tapiz que ni yo misma logro entender. Me motivó hoy la horrible monotonía de estar sin música en mi sitio de trabajo a prender de nuevo la laptop y oxigenarme un rato. Es extraño lo que pasa cuando te absorbe la rutina, te aplaca y llegas a acostumbrarte a ella... pero no es todo lo que hay.

Es evidente que llevo siglos sin venir -sigo dando rodeos para llegar al punto- es necesario que traiga a colación lo que me trajo aquí. Un escrito de uno de esos amigos conocidos en mi blog, que me hubiese encantado conocer. Y ya, aquí va:

“ A pesar de mis muchas oraciones, mis períodos de retiro, y el consejo de muchos amigos, consejeros y confesores, he cambiado muy poco, si es que algo he cambiado, en mi búsqueda de paz y unidad interior. Soy la misma persona inquieta, nerviosa, intensa, distraída e impulsiva que era cuando comencé este viaje espiritual. A veces, esta obvia falta de madurez interna me deprime mientras estoy llegando a mis años “maduros”.
Pero tengo una fuente de consuelo. Más que nunca, deseo proclamar “las riquezas inconmensurables de Cristo” y echar luz “sobre el trabajo interno del misterio mantenido oculto en Dios, a través de los tiempos”. Este deseo se ha vuelto más intenso y urgente. Quiero hablar de las riquezas de Cristo mucho más que cuando fui ordenado en 1957. Quiero, realmente, hablar alto y claro acerca de las riquezas de Cristo. Lo quiero hacer simple, directa, claramente, y con una convicción profundamente personal. Aquí siento que algo ha crecido en mí. Aquí tengo la sensación de que no soy la misma persona que fui hace veintinueve años”.
                                                                              Henri Nouwen. 24 de enero de 1986.

 No puedo identificarme más con mi amigo Henri, ante situaciones de la vida suelo encontrar grietas y debilidades latentes que se activan por momentos, fallo y debo volver a tomar aire para levantarme. Sin embargo, son las preguntas que recibo, las que con sus respuestas me muestran la senda que he recorrido: tropiezos, incertidumbres, anhelos, desilusiones...momentos de luz, fortaleza sacada de debilidad. Obras que casi podría decir que se forman en lo oculto (aún para mis propios ojos) que son solo evidentes en la realidad a la que ahora me enfrento.

La pasión por proclamar el mensaje de Cristo es algo que sin duda ha marcado este primer trimestre del año y algo que ha puesto un hito frente una serie de puntos invisibles e imperceptibles que me trajeron aquí. Es la urgencia de lo que hago ahora, la gente con la que trato, el dolor que emerge al escuchar, la que provoca que salga a flote todo eso que el Señor en su profundo amor, ha venido tejiendo en mí. Es allí donde me doy cuenta que no soy la misma persona de hace unos años atrás. Y eso, junto con la coincidencial celebración de Pascua, me llena de esperanza. En Cristo todo tiene un sentido. Y no se trata de mí. Eso me hace feliz. Ha valido la pena el sacrificio, las mil y un muertes, y todo lo demás. Y valdrá la pena lo que venga por delante. Lo sé.

Gracias amigo Henri,
Infinitas gracias amado Cristo.
Amén
Hasta una próxima.



mayo 09, 2014

Tiempo


De esas cosas de las que sin duda me gustaría disponer más, sería tiempo. La vida "adulta" por así decirlo, es una vida de rutinas, deberes y citas agendadas que da tan poco tiempo que creo entender porqué la gente gasta el poco que le queda en distraerse en la televisión o el internet.

Esta monotonía trata de sacudirse cuando nos encontramos con amigos, cuando disfrutamos un buen libro (cuando se puede leer) cuando algo salta de lo cotidiano y nos devuelve en parte la frescura de las cosas del ayer. Recuerdo disfrutar los huecos horarios que me dejaba la universidad para volarme a la biblioteca pública a leer. Podía pasar horas enteras allí y no sentirlas. Disfrutaba largas caminatas nocturnas hablando sobre el amor, la soledad, los planes futuros... o sencillamente meditando.

Si devuelvo un poco más el cassette, puedo recordar los campings con amigos, practicar bailes, tener viernes de películas, y montones de tiempo para invertir en momentos simples pero llenos de libertad.

Cómo me gustaría tener todo ese tiempo ahora. Me encantaría poder gastar un día o varios, solamente dedicados a leer y a leer, sin tener que limitarlos al espacio entre el trabajo y la casa en un bus, con su posterior efecto ocular. Me hubiera encantado virar cuando pude, hacia otra profesión y probar si era buena para lo que creía que lo era, y no gastar una que otra meditación en lo que pudo haber sido. Cuánto disfrutaría de una de esas largas caminatas nocturnas para recuperar la creatividad dormida.

Pero nada de eso es posible, sólo tengo el hoy, y lo que planeo hacer con el mañana. Algunos de esos amigos de caminatas, campings y fogatas ya no andan más conmigo. Sus rutinas también los absorben. Las decisiones ya están tomadas y sólo se pueden tomar otras nuevas. Pasar la página y decidir qué voy a escribir en la nueva.  Andar los pasos que creo me indica el corazón y entender que la vida solo será vida si me esfuerzo por encontrar el sentido de lo que es, con lo que tengo y con el Dios al que pertenezco.

Ahora que lo pienso, Él es quien menos disfruta de verme inmersa en la rutina, ahogando ilusiones y amores, enterrando sueños. Él detesta cuando me acerco como niña pidiendo mesada y olvidando al Padre que tiene tooodo de su tiempo para andar conmigo, para crear conmigo. Él se aburre con las notas obligatorias que escribo, aquellas que reemplazan cuadernos universitarios repletos de cartas de amor mezcladas con apuntes de clases....

Quizás ahora mi tiempo sea más escaso y es entonces, cuando requiero de más sabiduría para administrarlo y valorarlo. Sacrificar la distracción que relaja, por la disciplina de perseguir lo que creo que amo. Dispongo de 80 y pico mil segundos a diario para entender que no vivo para trabajar, atender las necesidades ajenas y cumplir rutinas. Guardar un espacio, así sea pequeño, para mirar mi cofre de tesoros, me hace sentir que no pierdo el tiempo y que esto NO es todo lo que habrá para mí. Que pronto entenderé porque Dios me trajo aquí....y todo el trabajo que eso conlleva.

Sí, pronto lo entenderé, para eso necesitaré tiempo. Un tiempo que vale la pena invertir para recobrar el respirar hondo... y largarse, como diría la canción.

febrero 24, 2014

Algo que golpea de repente

Hay cosas en la vida que te golpean de repente. Como ver un viejo escrito tuyo, notas de aprecio y cariño de personas que ya no caminan en el mismo sendero contigo pero que han dejado una profunda huella en tu corazón. Cosas de esas te despiertan y te dicen: Qué pasó? donde está ahora esa niña que se dejaba llevar por el amor y el afecto y eso no mentía acerca de los pasos que deseaban caminar sus pies? en qué momento se perdió esa intuición del corazón que se expresa en las palabras para encontrarse perdido?

No lo sé. Encuentros como estos me recuerdan afectos que me llegan a lo más hondo del corazón. Nada ha podido borrarlos, son tan parte de mí que no entiendo porqué los abandoné y enterré tan profundo en los No de la gente y las circunstancias.

En un día como hoy, he llegado a sentirme amada, muy en lo profundo de mi ser. Algo más allá que las palabras y las personas que han marcado parte de mi vida, me recuerda la posición y el lugar de ese hombre que ama mi corazón y que desea mi alma. Me recuerda una gota de todo eso que me pierdo de Él, cuando me trago las críticas y las tardías recompensas. Me recuerda que debo dejar el overol de trabajo, y sencillamente, sentarme a beber sus palabras de amor. "Esa es la mejor parte" Le dijo a su amiga que se esmeraba en servirle pero que olvidaba que Él aguardaba responder a sus atenciones con un banquete de abrazos y dulzura más grande que la que alguna vez, alguien pudiera prodigarle.

Me acuerdo de lo muy amada que soy y pruebo de esa sensación de querer vivirlo una vez más. Sentarme allí a sus pies. Recibir un amor que es más fuerte que la muerte, palabras tan cortantes, como una cuchillada al corazón, difíciles de ignorar, operando en lo más profundo. Canciones, imágenes y recuerdos que tejidos soplan a mi alma aliento de vida y un descanso sin par. Amor que no acaba. Jesús para mí.

enero 08, 2014

Y para comenzar el año

Siento la necesidad de escribir, y volver al pensadero por esta época, porque como se sabe, es donde la emoción, la urgencia, y los jalones de la postergación hacen su llamado. Muchos escriben sobre las resoluciones del año, las promesas, lo que deben hacer, lo que Dios va a hacer por ellos y etc.. etc..

Yo, en medio de tantas cosas siento algo de tristeza y una especie de no sé qué, respecto a lo que debo hacer. Cansada estoy de prometer hacer cosas y aumentar mi frustración en febrero o finalizando enero. Sin embargo, estar sin un plan establecido también lo probé y se parece mucho a navegar sin rumbo fijo: no se llega a ninguna parte.

A mi mente llegan recordatorios de buscar nuevas fuentes de ingresos, abandonar o retomar antiguas metas, y sobretodo, llegan globos de lo que haría si tuviera esto y si hicera lo otro, aunque a la final, todo me causa hastío. Afortunadamente para contrarestar el clima desértico y reseco de mis emociones y motivos, Dios ha venido repitiendo una palabra en mi corazón:

" Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo." Ezequiel 36:26
Pienso que aunque no siempre los años traen madurez si traen a la memoria todas esas cosas que se han ido desvaneciendo: motivos vanos, castillos de naipes del YO, autosuperación indefinida, títulos por meritocracia y logros que no suman ya.  Creo que el único regalo que quisiera es comenzar de nuevo, volver a la inocencia de amar por amar, servir por amor, buscar apasionadamente a Dios... y dejarlo que me encuentre. Sé que la impotencia es mucha (dan cuenta de ello varios de mis posts) ya que mis muchos esfuerzos han sido en vano. Así que no puedo proponerme cosas que Dios no se proponga hacer primero en mí. No puedo soplar un viento fresco a mi relación con Él porque yo no soy el viento. No puedo seguir buscándome soluciones a la insatisfacción con mi vida porque Él es quien provee todo lo que yo necesito, quién me guía y me martilla con ideas de las buenas. Él es el único jardinero que puede limpiar la cizaña de mi corazón.  Por eso no quiero y no puedo arrancar otro año sin su ayuda, sin que la limpieza y el viento de Su Espíritu me permitan ver de nuevo.

Eso es todo lo que sé por ahora. Comprobarlo y dejar que Su ser me abrace sería el mejor comienzo.