He estado pensando en que perdí las ganas de escribir. Es una pérdida que lamento en momentos que creo merecían un desahogo brillante, un poema o un relato profundo de mis emociones punzantes.
Pensaba que ni siquiera el duelo o una etapa de consiguiente descanso me ayudaron a volver a la escritura como medio de relajación del alma. Tal vez porque estoy en una etapa en la que dudo respecto a mis decisiones y me encuentro en una rutina agobiante que bien podría haber dejado pasar de largo, pero que asumí como una decisión guiada por Dios.
El aburrimiento y el encierro de la rutina han parecido despertar al monstruo escritor en mí. Una musa poco común.
Sé que jamás seré una novelista o una blogger afamada. Menos después de tanto tiempo de ni aparecer por aquí. He pensado abortar este sitio unas cuantas veces, ya que he aprendido a convivir con mis luchas relacionales y a conocerme, lo que no sucedía cuando lo empecé. Sin embargo, me agrada encontrar posts que nada tienen que ver con esto, sino con la mera vida común, la adultez, la rutina, el peso de la vida... y puedo suspirar y soltar una que otra lagrimita al entender que pude describir lo que sentía entonces, y lo vuelvo a encontrar ahora.
Hoy me atrae la idea de que tal vez, aún en medio de mis autosacrificiales decisiones yo podría disfrutar la vida y empezar a escribirle un sentido. Ir poniendo en ese cofre sagrado de recuerdos, algo que me mantenga enfocada y motivada a vivir una vida mejor que la que vivo ahora. Más creativa, salvaje, auténtica.
No que la que vivo ahora no sea buena, solo que tal vez es una extensión de lecciones repetidas del pasado donde me recuerdo que estoy aquí para sobrevivir y para subsistir: un próximo sueldo, una nueva semana, un nuevo cambio de edad. Fantaseo con la vida irresponsable o egoísta de varios que simplemente se largan a viajar sin saber por cuánto y qué harán, o con la vida de alguien que emprende un negocio que le apasiona y se descubre enamorado de su trabajo. Fantaseo con ese sentido interior de realización y de haber encontrado un lugar, de ya no estar más bajo entrenamiento. No más entrenamiento.
Sin embargo, yo sé que en mi libertad puedo corregir el rumbo. Puedo aceptar desenterrar mis sueños o la intuición que tengo de ellos, y darles una voz. Puedo en medio de la responsable vida que llevo, guardar destellos de esperanza de una vida magnífica en donde doy y me doy lo mejor.
Es la vida un paso más allá de la escasez, lejos de la mediocridad.
Y vuelvo y recuerdo a José, y su sueño de grandeza.Tal vez silenciado por los largos años de esclavitud y anonimato. Creo que aún le quedaba esa libertad de la autoconciencia, la libertad de soñar y entregarse a Dios. Poseo esa misma libertad también.
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marzo 19, 2017
agosto 08, 2016
Honestidad emocional
Es raro volver aquí. Ya no se hace un espacio habitual, como antes. Sin embargo, creo que puedo contar con que alguien más del otro lado pueda leer estas palabras. Si no es así, igual escribir es bueno para mí.
Las luchas no disminuyen por no hablar de ellas, el silencio no siempre es indicador de tranquilidad en esta área. Sigo luchando con AMS y el duelo hace que muchas cosas enterradas se disparen. Aún hoy en pleno 2016 sigo sintiéndome sola en esta lucha, al menos en mi entorno cercano.
Afortunadamente un viejo amigo de este espacio me dio un sabio consejo, y me dio una frase de alivio "Te entiendo", no saben lo alentador lo que es leer eso.
Hubo una frase de lo mucho que me dijo que me quedó sonando "Sobre la AMS está siempre presente, pero no puede limitar mi vida". Creo que en alguna manera o, en gran manera yo lo he permitido. Me he creído el cuento de que no puedo ir más allá, de que debo ser sana por completo de mis atracciones y luchas para poder ser de ayuda a alguien, De que si no fuera por esto ya estaría casada, etc, etc. Creo que he caído en el error de permitirle gobernar mi sentir respecto a mí misma y mi avance en las cosas del Reino.
No sé si esto le pase a alguien más, pero a veces, aunque estoy en una iglesia de sanidad interior, creo que se pretende un grado de perfección que dista mucho de lo que debe ser. Y aún hay cierto tipo de prejuicios con las personas que hemos luchado con AMS. Tal vez, sea una limitación interna de los largos procesos míos, respecto a los de los demás.
Añade a esto el querer ayudar a alguien y ver que en la intención abres demasiado el corazón, cuentas tu testimonio y esto sólo hace que las luchas aumenten. El panorama parece desalentador. Sin embargo, algo es diferente. El tiempo no pasa en vano. Dios de manera silenciosa ha venido tejiendo cuerdas de amor en mi interior, señales de su fino trabajo de restauración. Mi mente ya no es como antes y puedo decir que aunque caigo, soy consciente cada vez más de mi posición de hija de Dios y de las formas extrañas en que estoy cediendo el control.
Descubro que cada vez que caigo en masturbación, se debe a que estoy tratando de suplir un consuelo necesario de formas inapropiadas, de la forma en que conocí antes de Cristo en mi vida. Trato de buscar lo rápido y visible, en vez de abrirme al silencio de donde desciende lo duradero.
Sé que Dios me comprende, no me juzga, pero si desea que avance. Esto no es por obra mía sino un trabajo conjunto, donde yo dispongo mi corazón y mi historia, y, donde Dios obra y escribe cosas nuevas si dejo de aferrarme a lo viejo.
Es tiempo entonces de soltar rencores, aceptar con humildad procesos, avanzar por encima de las limitaciones y trascender a nuevos niveles con Su ayuda y bajo su cuidado. Quisiera poder escribir de otra manera, ser más práctica, ofrecer tips y cosas por el estilo, pero esto es lo que hay, la necesidad de ser abierta a un público distante de tal vez alguna chica que luche con atracciones hacia su mismo género y se resista a creer que su opción es rendirse y volver atrás.
Puedo decirte que aunque es doloroso, vale la pena. En mi país se viene una polémica fuerte con todo este tema, incluyendo el adoctrinamiento por parte de la maquinaria de ideología de género en los colegios. Es entonces cuando creo que ser diferente ya no es salir del closet, sino decir que aunque luchas, no quieres ceder a una supuesta libertad que te mantiene en atadura. Con el Espíritu Santo a bordo ya no disfrutas ese banquete emocional por mucho tiempo. Sabes que no dura mucho. Y en lo eterno... se pesa muy ligero esto que aquí pesa tanto.
Un abrazo.
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noviembre 11, 2015
Del dolor y la muerte
Me he acostumbrado a esta temporada dura de mi vida tanto que había olvidado lo que era desahogarme escribiendo. Casi que puedo decir que mi dolor se volvió silencio y no siempre el silencio es algo bueno, ni el callar el dolor por miedo a aparentar ser débil es la reacción correcta.
Aunque la tinta lo aguanta todo, siento que el desahogo de enviar esto al escenario "público" ayuda un poco, aún más que lo que me ayudaría hablarlo por las redes sociales, o comentarselo a quién no le importa.
O sea, es como un confesionario. Sí, ya me doy cuenta que sigue el mismo estilo de antes, la larga retahíla para poder comenzar, qué más da. Lo sé.
El dolor de la muerte es algo que sólo quien lo vive es quién lo goza. Digo que lo goza porque no sabremos como vamos a reaccionar hasta que pasemos por ahí, y qué tan humanos seamos cuando las decepciones que suelen surgir en momentos como estos aparezcan. Lo cierto es que aparecen y la sensibilidad a flor de piel no se hace esperar. Anhelamos que otros traten de consolarnos en nuestro dolor, o que muestren una señal de solidaridad con nosotros, pero siempre habrá quién ante la muerte no sepa qué decir, o prefiera pasar de largo.
Me he encontrado con todo ese tipo de personas en estos meses, luego de una gran pérdida. Me encuentro yo misma huyéndole al dolor, con cientos de ocupaciones y planes futuros. Es como si luego del intenso sufrimiento, la agonía de meses y años rogara por un escape y por un derecho a vivir cosas diferentes.
Pero lo cierto es que esto que dice la Biblia de que "Todo tiene su tiempo" es algo real, y debemos aprender a vivirlo, con humanidad, vulnerabilidad y algo de paciencia con nosotros mismos, y con otros. Que no es fácil, ese es otro tema.
Este tiempo de dolor o de luto, como se le suele llamar, es algo que debe vivirse y quizás al pretender ser fuertes y no llorar o no herirse fácilmente, atascamos una fuente que debe buscar salida para permitir entrar el verdadero consuelo y sosiego de los sentimientos. Para poder dejar frente al altar lo que nos fue dado y nos es quitado. Así nada más, pero en un proceso lento, al que en esta sociedad occidental llena de deberes y afanes nos tiene poco acostumbrados.
Hoy es un día demasiado especial y siento haberlo arruinado por no poder callar mi dolor. Sé que debí haberlo hecho, pero es algo que me ha costado descargar en la presencia del Señor. A ratos me hace falta esa presencia física, poder verle soportar mis historias, mis recuerdos y toda mi rareza frente a este dolor. Quizás ahora sea el tiempo en que pueda sí o sí depender de Su paternidad y amor, disponibles 24/7 para mí.
Incluso aquí no puedo ser 100% vulnerable, siempre habrá cosas que sea mejor no contar. Pero ayuda mucho ser sinceros y esperar esa lluvia que viene luego de que hemos derramado todo lo que nos tenía atragantados.
La cosa es que el dolor es algo que debe vivirse, que no siempre se puede ser tan responsable y tan cristianamente correcto. Aunque algunas veces duela y las palabras no puedan devolverse.
Sólo espero que luego de que salgan todas estas emociones a flote, sea Dios quien ponga la curita en el corazón. Y que aún así, con tanto dolor, enojo y emociones encontradas, pueda ser esa débil persona que aún Él toma en cuenta para sus propósitos.
Me voy, dejando un bello escrito que habla mejor que todo mi desahogo, sobre la verdadera dirección que debe tomar el dolor.
Aunque la tinta lo aguanta todo, siento que el desahogo de enviar esto al escenario "público" ayuda un poco, aún más que lo que me ayudaría hablarlo por las redes sociales, o comentarselo a quién no le importa.
O sea, es como un confesionario. Sí, ya me doy cuenta que sigue el mismo estilo de antes, la larga retahíla para poder comenzar, qué más da. Lo sé.
El dolor de la muerte es algo que sólo quien lo vive es quién lo goza. Digo que lo goza porque no sabremos como vamos a reaccionar hasta que pasemos por ahí, y qué tan humanos seamos cuando las decepciones que suelen surgir en momentos como estos aparezcan. Lo cierto es que aparecen y la sensibilidad a flor de piel no se hace esperar. Anhelamos que otros traten de consolarnos en nuestro dolor, o que muestren una señal de solidaridad con nosotros, pero siempre habrá quién ante la muerte no sepa qué decir, o prefiera pasar de largo.
Me he encontrado con todo ese tipo de personas en estos meses, luego de una gran pérdida. Me encuentro yo misma huyéndole al dolor, con cientos de ocupaciones y planes futuros. Es como si luego del intenso sufrimiento, la agonía de meses y años rogara por un escape y por un derecho a vivir cosas diferentes.
Pero lo cierto es que esto que dice la Biblia de que "Todo tiene su tiempo" es algo real, y debemos aprender a vivirlo, con humanidad, vulnerabilidad y algo de paciencia con nosotros mismos, y con otros. Que no es fácil, ese es otro tema.
Este tiempo de dolor o de luto, como se le suele llamar, es algo que debe vivirse y quizás al pretender ser fuertes y no llorar o no herirse fácilmente, atascamos una fuente que debe buscar salida para permitir entrar el verdadero consuelo y sosiego de los sentimientos. Para poder dejar frente al altar lo que nos fue dado y nos es quitado. Así nada más, pero en un proceso lento, al que en esta sociedad occidental llena de deberes y afanes nos tiene poco acostumbrados.
Hoy es un día demasiado especial y siento haberlo arruinado por no poder callar mi dolor. Sé que debí haberlo hecho, pero es algo que me ha costado descargar en la presencia del Señor. A ratos me hace falta esa presencia física, poder verle soportar mis historias, mis recuerdos y toda mi rareza frente a este dolor. Quizás ahora sea el tiempo en que pueda sí o sí depender de Su paternidad y amor, disponibles 24/7 para mí.
Incluso aquí no puedo ser 100% vulnerable, siempre habrá cosas que sea mejor no contar. Pero ayuda mucho ser sinceros y esperar esa lluvia que viene luego de que hemos derramado todo lo que nos tenía atragantados.
La cosa es que el dolor es algo que debe vivirse, que no siempre se puede ser tan responsable y tan cristianamente correcto. Aunque algunas veces duela y las palabras no puedan devolverse.
Sólo espero que luego de que salgan todas estas emociones a flote, sea Dios quien ponga la curita en el corazón. Y que aún así, con tanto dolor, enojo y emociones encontradas, pueda ser esa débil persona que aún Él toma en cuenta para sus propósitos.
Me voy, dejando un bello escrito que habla mejor que todo mi desahogo, sobre la verdadera dirección que debe tomar el dolor.
Y una mujer habló, diciendo «Háblanos del dolor».Y Almustafa dijo:Tu dolor es la ruptura del caparazónque encierra tu entendimiento.Así como el hueso del fruto debe rompersepara que su núcleo pueda exponerse al sol,así tú debes conocer el dolor.Y si pudieras mantener tu corazón maravilladoante los milagros diarios de tu vida,tu dolor no te parecería menos maravilloso que tu alegría.Y aceptarías las estaciones de tu corazón,así como siempre has aceptado las estacionesque pasan sobre tus campos.Y observarías con serenidada través de los inviernos de tu sufrimiento.Gran parte de tu dolor es tu propia elección.Es una poción amargacon la que el médico que hay en ti cura tu ser enfermo.Por lo tanto, confía en el médico,y bebe su remedio con silencio y tranquilidad:porque su mano, aunque pesada y dura,está guiada por la mano tierna de lo invisible,y el cáliz que trae,aunque quema tus labios,ha sido hecho del barroque el Alfarero ha humedecidocon Sus propias lágrimas sagradas.
mayo 09, 2014
Tiempo
De esas cosas de las que sin duda me gustaría disponer más, sería tiempo. La vida "adulta" por así decirlo, es una vida de rutinas, deberes y citas agendadas que da tan poco tiempo que creo entender porqué la gente gasta el poco que le queda en distraerse en la televisión o el internet.
Esta monotonía trata de sacudirse cuando nos encontramos con amigos, cuando disfrutamos un buen libro (cuando se puede leer) cuando algo salta de lo cotidiano y nos devuelve en parte la frescura de las cosas del ayer. Recuerdo disfrutar los huecos horarios que me dejaba la universidad para volarme a la biblioteca pública a leer. Podía pasar horas enteras allí y no sentirlas. Disfrutaba largas caminatas nocturnas hablando sobre el amor, la soledad, los planes futuros... o sencillamente meditando.
Si devuelvo un poco más el cassette, puedo recordar los campings con amigos, practicar bailes, tener viernes de películas, y montones de tiempo para invertir en momentos simples pero llenos de libertad.
Cómo me gustaría tener todo ese tiempo ahora. Me encantaría poder gastar un día o varios, solamente dedicados a leer y a leer, sin tener que limitarlos al espacio entre el trabajo y la casa en un bus, con su posterior efecto ocular. Me hubiera encantado virar cuando pude, hacia otra profesión y probar si era buena para lo que creía que lo era, y no gastar una que otra meditación en lo que pudo haber sido. Cuánto disfrutaría de una de esas largas caminatas nocturnas para recuperar la creatividad dormida.
Pero nada de eso es posible, sólo tengo el hoy, y lo que planeo hacer con el mañana. Algunos de esos amigos de caminatas, campings y fogatas ya no andan más conmigo. Sus rutinas también los absorben. Las decisiones ya están tomadas y sólo se pueden tomar otras nuevas. Pasar la página y decidir qué voy a escribir en la nueva. Andar los pasos que creo me indica el corazón y entender que la vida solo será vida si me esfuerzo por encontrar el sentido de lo que es, con lo que tengo y con el Dios al que pertenezco.
Ahora que lo pienso, Él es quien menos disfruta de verme inmersa en la rutina, ahogando ilusiones y amores, enterrando sueños. Él detesta cuando me acerco como niña pidiendo mesada y olvidando al Padre que tiene tooodo de su tiempo para andar conmigo, para crear conmigo. Él se aburre con las notas obligatorias que escribo, aquellas que reemplazan cuadernos universitarios repletos de cartas de amor mezcladas con apuntes de clases....
Quizás ahora mi tiempo sea más escaso y es entonces, cuando requiero de más sabiduría para administrarlo y valorarlo. Sacrificar la distracción que relaja, por la disciplina de perseguir lo que creo que amo. Dispongo de 80 y pico mil segundos a diario para entender que no vivo para trabajar, atender las necesidades ajenas y cumplir rutinas. Guardar un espacio, así sea pequeño, para mirar mi cofre de tesoros, me hace sentir que no pierdo el tiempo y que esto NO es todo lo que habrá para mí. Que pronto entenderé porque Dios me trajo aquí....y todo el trabajo que eso conlleva.
Sí, pronto lo entenderé, para eso necesitaré tiempo. Un tiempo que vale la pena invertir para recobrar el respirar hondo... y largarse, como diría la canción.
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enero 08, 2014
Y para comenzar el año
Siento la necesidad de escribir, y volver al pensadero por esta época, porque como se sabe, es donde la emoción, la urgencia, y los jalones de la postergación hacen su llamado. Muchos escriben sobre las resoluciones del año, las promesas, lo que deben hacer, lo que Dios va a hacer por ellos y etc.. etc..
Yo, en medio de tantas cosas siento algo de tristeza y una especie de no sé qué, respecto a lo que debo hacer. Cansada estoy de prometer hacer cosas y aumentar mi frustración en febrero o finalizando enero. Sin embargo, estar sin un plan establecido también lo probé y se parece mucho a navegar sin rumbo fijo: no se llega a ninguna parte.
A mi mente llegan recordatorios de buscar nuevas fuentes de ingresos, abandonar o retomar antiguas metas, y sobretodo, llegan globos de lo que haría si tuviera esto y si hicera lo otro, aunque a la final, todo me causa hastío. Afortunadamente para contrarestar el clima desértico y reseco de mis emociones y motivos, Dios ha venido repitiendo una palabra en mi corazón:
Eso es todo lo que sé por ahora. Comprobarlo y dejar que Su ser me abrace sería el mejor comienzo.
Yo, en medio de tantas cosas siento algo de tristeza y una especie de no sé qué, respecto a lo que debo hacer. Cansada estoy de prometer hacer cosas y aumentar mi frustración en febrero o finalizando enero. Sin embargo, estar sin un plan establecido también lo probé y se parece mucho a navegar sin rumbo fijo: no se llega a ninguna parte.
A mi mente llegan recordatorios de buscar nuevas fuentes de ingresos, abandonar o retomar antiguas metas, y sobretodo, llegan globos de lo que haría si tuviera esto y si hicera lo otro, aunque a la final, todo me causa hastío. Afortunadamente para contrarestar el clima desértico y reseco de mis emociones y motivos, Dios ha venido repitiendo una palabra en mi corazón:
" Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo." Ezequiel 36:26Pienso que aunque no siempre los años traen madurez si traen a la memoria todas esas cosas que se han ido desvaneciendo: motivos vanos, castillos de naipes del YO, autosuperación indefinida, títulos por meritocracia y logros que no suman ya. Creo que el único regalo que quisiera es comenzar de nuevo, volver a la inocencia de amar por amar, servir por amor, buscar apasionadamente a Dios... y dejarlo que me encuentre. Sé que la impotencia es mucha (dan cuenta de ello varios de mis posts) ya que mis muchos esfuerzos han sido en vano. Así que no puedo proponerme cosas que Dios no se proponga hacer primero en mí. No puedo soplar un viento fresco a mi relación con Él porque yo no soy el viento. No puedo seguir buscándome soluciones a la insatisfacción con mi vida porque Él es quien provee todo lo que yo necesito, quién me guía y me martilla con ideas de las buenas. Él es el único jardinero que puede limpiar la cizaña de mi corazón. Por eso no quiero y no puedo arrancar otro año sin su ayuda, sin que la limpieza y el viento de Su Espíritu me permitan ver de nuevo.
Eso es todo lo que sé por ahora. Comprobarlo y dejar que Su ser me abrace sería el mejor comienzo.
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noviembre 11, 2013
Honestidad emocional
Este, apesar de ser un sitio que ya poco frecuento, sigue siendo uno de los pocos espacios en que tengo algo de libertad para expresarme, sin pensar en lo que piense la gente. En este caso me faltaba ser realmente sincera y decir que sigo queriendo ser como David a la hora de soltar la frustración y la rabia en la oración. Desde niña siempre aprendí a ser muy "polite" cortés, y a no explotar completamente. Creo que algo de esa represión inconsciente aún queda y tal vez sea la causa de ciertas cosas que aún me inquietan de mí. Hostilidades, aislamientos... dejar que la gente viva su vida en vez de decir con sinceridad lo que pienso.
En el libro que estoy leyendo se habla del término de honestidad emocional como algo vital para tener salud en el alma, y como siendo honesta con lo que siento y aprender a expresarlo me ayuda a descargar mis presiones y porqué no, traumas psicológicos. Perdones demasiado evitados y situaciones acostumbradas a ser ignoradas para que no salga "la bestia" que hay en mí.
Sigo queriendo tener un espacio para gritar y soltar todas las cosas que me molestan sin pensar en los ojos hinchados al día siguiente para ir a trabajar, y sin pensar que tan considerada estoy siendo con los que se sienten a mi estrado. Ahora que lo pienso, el juzgar me viene de eso que no puedo cancelar en mi libreta de deudas hacia mí y los demás.
Todo esto parece pura verborrea, pero tal vez sea útil a quién lea el saber que es mejor soltar las presiones delante de Dios, que terminar quebrando relaciones y vomitando ira, depresión, frustración, por dondequiera que vaya. Tal vez por eso David aún fue capaz de llorar por su hijo Absalón a pesar de todo lo que le había hecho. Ser tan real con Dios es otro nivel... quizás un verdadero paso a una verdadera sumisión a Él.
En el libro que estoy leyendo se habla del término de honestidad emocional como algo vital para tener salud en el alma, y como siendo honesta con lo que siento y aprender a expresarlo me ayuda a descargar mis presiones y porqué no, traumas psicológicos. Perdones demasiado evitados y situaciones acostumbradas a ser ignoradas para que no salga "la bestia" que hay en mí.
Sigo queriendo tener un espacio para gritar y soltar todas las cosas que me molestan sin pensar en los ojos hinchados al día siguiente para ir a trabajar, y sin pensar que tan considerada estoy siendo con los que se sienten a mi estrado. Ahora que lo pienso, el juzgar me viene de eso que no puedo cancelar en mi libreta de deudas hacia mí y los demás.
Todo esto parece pura verborrea, pero tal vez sea útil a quién lea el saber que es mejor soltar las presiones delante de Dios, que terminar quebrando relaciones y vomitando ira, depresión, frustración, por dondequiera que vaya. Tal vez por eso David aún fue capaz de llorar por su hijo Absalón a pesar de todo lo que le había hecho. Ser tan real con Dios es otro nivel... quizás un verdadero paso a una verdadera sumisión a Él.
junio 18, 2013
Las vueltas de Jericó
Creo que los que conocemos la historia bíblica sabemos acerca de la conquista de Jericó mencionada en el libro de Josué. Aquí se cuenta como el pueblo de Israel derrumba los fuertes muros de una ciudad impenetrable mediante una estrategia que Dios le dió a Josué la cual fue dar vueltas alrededor de la ciudad durante 7 días.
Ahora que lo pienso esto me habla de una estrategia que locamente me dirige a lo contrario, a salir del modo cíclico de muchas cosas que se van y se repiten, que permanecen más de lo deseado en mi vida. Heridas, maneras de pensar, rencores, decepciones, etc.
Es extraño que Dios derrumbara un muro de una fuerte ciudad amurallada de ésta manera, pero eso me dirige a la persistencia y a la confianza en lo que me dice. Lo que puedo sentir que Dios me dice es "no le des vueltas y vueltas a los mismos pensamientos, sino permíteme rodearlos con mi verdad, hasta que caigan por su peso".
Es hora de salir del modo cíclico, y estos muros que parecen ancestrales en mi vida, no son más que una débil cortina en el panorama y en la ruta que Dios ha trazado para mí, pero me corresponde a mí derribarlos y seguir adelante. Él ya me ha dado Su instrucción.
Siento como mis heridas claman por la atención que indica que no han sido realmente curadas, y sé que Dios tiene la sanidad allí para ellas, es Su Palabra, Su verdad. Es el amor de Dios que me dice "Quiero que seas como yo y si me permites, puedo ayudarte a serlo".
Hay una libertad desconocida que me espera, y casi que puedo imaginarla, eso me hace desear salir de mi confort, pelear. Ser fuerte y valiente con un Dios que no abandona nunca. NUNCA.
Ahora que lo pienso esto me habla de una estrategia que locamente me dirige a lo contrario, a salir del modo cíclico de muchas cosas que se van y se repiten, que permanecen más de lo deseado en mi vida. Heridas, maneras de pensar, rencores, decepciones, etc.
Es extraño que Dios derrumbara un muro de una fuerte ciudad amurallada de ésta manera, pero eso me dirige a la persistencia y a la confianza en lo que me dice. Lo que puedo sentir que Dios me dice es "no le des vueltas y vueltas a los mismos pensamientos, sino permíteme rodearlos con mi verdad, hasta que caigan por su peso".
Es hora de salir del modo cíclico, y estos muros que parecen ancestrales en mi vida, no son más que una débil cortina en el panorama y en la ruta que Dios ha trazado para mí, pero me corresponde a mí derribarlos y seguir adelante. Él ya me ha dado Su instrucción.
Siento como mis heridas claman por la atención que indica que no han sido realmente curadas, y sé que Dios tiene la sanidad allí para ellas, es Su Palabra, Su verdad. Es el amor de Dios que me dice "Quiero que seas como yo y si me permites, puedo ayudarte a serlo".
Hay una libertad desconocida que me espera, y casi que puedo imaginarla, eso me hace desear salir de mi confort, pelear. Ser fuerte y valiente con un Dios que no abandona nunca. NUNCA.
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febrero 23, 2013
Decisiones
Leo actualmente un muy buen libro sobre la sanidad interior, del cual haré un posterior review aquí. Lo que siempre me deja al terminar es la sensación de "cómo no ví esto antes" y es verdad. Sé que es preciso sentir lo más profundo de mi dolor para poder salir de allí, para vivir un verdadero perdón, ese perdón que ha sido tan esquivo para mí.
Las toneladas de esfuerzo que he usado en perdonar desde la superficie -aún llorando- son similares al silencio de un Dios que no responde a esos esfuerzos. Ese Dios que estaba con un David sincero, quejumbroso, lleno de dolor, que estaba con un Job amargado, sumido en su pena, o con un José que salía corriendo a llorar con sólo ver a sus hermanos, es el mismo Dios que desea estar conmigo en ese PROCESO de perdón. No el proceso del 1,2,3, sino el proceso que es ir a lo hondo de la herida y sacar el pus que la inflama. Ese es el proceso del que tanto leo, de "Gritar desde adentro", ser vulnerable y tantas cosas más.
Recuerdo el tiempo en que lloraba tanto, por el más mínimo rechazo, por la mera mención de mi dolor. Me avergonzaba siempre estar en medio de lágrimas y abrazos compasivos de otros que ni entendían mi situación. Es triste de algún modo saber que esos comienzos ya no están y está es una mujer que ya no llora tan seguido sino que ha aprendido a tragarse las lágrimas para que la hinchazón no se refleje al otro día, la que convive con la rabia y la amargura que se hacen más fáciles de disfrazar, la que ha dejado de sentir.
Y es que... desearía poder llorar y gritar con todas las fuerzas lo mucho que me duelen las heridas del pasado! pero carezco de ese espacio. Sin embargo, ahora que leo lo importante que es, desearía viajar lejos, sólo para meterme en ese infierno de dolores y saber que no pueden matarme. Deseo en verdad que la compañía y el poder sanador de Dios se revelen y me revelen tanto en ese proceso!!! deseo poder dejar eso por fin atrás.
Hay muchas decisiones por tomar, pero esta es una urgente y necesaria. Llorar y afligirme por mis penas, así el comienzo parezca reflejar alguien que ya no soy... así tenga que convivir con la ira que brota en la superficie tratando de ahuyentarme de mis emociones... es preciso hacerlo.
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junio 23, 2012
When nothing changes
He postergado mucho el escribir aquí. El porqué radica en que no tiene mucho sentido escribir sobre lo mismo, con el mismo lenguaje y sin nada nuevo que añadir. Las batallas son las mismas, no me derrumbo de la misma manera ante los mismos obstáculos pero la frialdad de la experiencia no siempre indica que se esté haciendo lo correcto. Viene ante mí la frustración siempre que me comparo con otros, pero sobretodo, cuando digo "yo podría estar allí, y no lo hice". Ese es el dolor que me trae hoy aquí y no es un dolor nuevo, pero siento que debo escribir al respecto, para ver si de repente algo cambia, no lo sé.
De las cosas que he aprendido en este tiempo es acerca de mi valor propio. He tenido que darme cuenta que soy una "hacedora" y que continuamente busco oportunidades para estar haciendo y haciendo cosas que me otorguen valor o reconocimiento. He descubierto que hacer cosas me distrae de hacerle frente a mis miedos y dolores, de verme en el Yo Soy y dejar que eso me baste. Lo que se ha vuelto mi vía rápida de escape es: Debo hacer la obra de Dios.
Lo raro es que me doy cuenta que aún cuando hago esa obra de Dios, a mi manera, estoy distante de ese Dios que anhela a una hija antes que requerir una sierva, y que desea hablarme de mil formas mientras yo me conformo con mi rezo de loro parlante estilo "tu allá y yo acá, por favor ayúdame". No debería sorprenderme que nada cambie, que siga teniendo sed.
Escribo aún desde el mismo impávido exterior de mis circunstancias, consciente de que para moverlas, es preciso un cambio interior, un retorno, un deseo por el agua de vida, un abrazo en el hogar, mi hogar en Dios.
Y termino diciendo que algo de la tristeza y del mal sueño que rondaba hasta el final del día se fue... trayendo un poco de viento fresco de esperanza y de buscar esos ojos que como brújulas indican el único camino. Bendito Señor.
De las cosas que he aprendido en este tiempo es acerca de mi valor propio. He tenido que darme cuenta que soy una "hacedora" y que continuamente busco oportunidades para estar haciendo y haciendo cosas que me otorguen valor o reconocimiento. He descubierto que hacer cosas me distrae de hacerle frente a mis miedos y dolores, de verme en el Yo Soy y dejar que eso me baste. Lo que se ha vuelto mi vía rápida de escape es: Debo hacer la obra de Dios.
Lo raro es que me doy cuenta que aún cuando hago esa obra de Dios, a mi manera, estoy distante de ese Dios que anhela a una hija antes que requerir una sierva, y que desea hablarme de mil formas mientras yo me conformo con mi rezo de loro parlante estilo "tu allá y yo acá, por favor ayúdame". No debería sorprenderme que nada cambie, que siga teniendo sed.
Escribo aún desde el mismo impávido exterior de mis circunstancias, consciente de que para moverlas, es preciso un cambio interior, un retorno, un deseo por el agua de vida, un abrazo en el hogar, mi hogar en Dios.
Y termino diciendo que algo de la tristeza y del mal sueño que rondaba hasta el final del día se fue... trayendo un poco de viento fresco de esperanza y de buscar esos ojos que como brújulas indican el único camino. Bendito Señor.
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enero 28, 2012
Magma
Ese es un estado común en mi corazón, como si fuera magma. En ocasiones, esa magma fluída, roja, que se abre, expresa lo que siente, y no teme a la sinceridad. En otras, esa magma que se cierra, se petrifica y se guarda para sí.
Sé y entiendo que hay momentos de la vida cuando uno no quiere espectadores, ni siquiera manos amigas dispuestas a venir con las mejores intenciones a salvar. He tenido mis momentos así, he tenido amigos en momentos así. Quizás me debato entre la esperanza de que puedan ayudarme, al conflicto interno de atracción, confusión, admiración, rechazo, dudas.
Esta magma es extraña, en ocasiones quien se acerca no representa amenaza, entonces todos los temores son expuestos, cada herida crónica revelada, sin miedo a parecer paranoica o un poco loca. Las lágrimas fluyen como si no hubiese posibilidad de parar. La desnudez del alma no es problema.
En ocasiones, al contrario, esa persona llega a ser un prototipo de lo que siempre esperaste: las palabras adecuadas, el interés desmedido, la afinidad de pensamiento, etc., cosa que se transforma en admiración, atracción...y amenaza...¿Esto otra vez? entonces la magma automáticamente ennegrece, y se cierra a posibilidades de cambio y sanidad, se cierra a ser vulnerable, vuelve el orgullo protector y trata de acomodar todo en su lugar: las cosas están bien, yo puedo con esto, la estructura no me sanará, Dios lo hará, etc, etc.
¿Que por qué publico esto? no sé. Trato de ser sincera conmigo misma. Registrar los estadios de mi corazón a fin de entenderlos mejor y arrojar alguna luz sobre la oscura madeja de mis pensamientos. Dios me ha convencido de que separada de Él ya no puedo yo hacer nada, pero que siempre necesitaré que alguien me ayude en la jornada. Que los instrumentos que desprecio en medio de recaídas de decepción, aún pueden ser útiles si les quito el poder exclusivo y eficaz y le doy a Dios la oportunidad de moverse como quiere.
Sé que Él fluye entre los estados de la materia, entre el rojo y el negro, que en medio de tanta bondad suya podré descansar y construir puentes de sanación, de relacionamiento restaurado. Lo anhelo de verdad.
Sé y entiendo que hay momentos de la vida cuando uno no quiere espectadores, ni siquiera manos amigas dispuestas a venir con las mejores intenciones a salvar. He tenido mis momentos así, he tenido amigos en momentos así. Quizás me debato entre la esperanza de que puedan ayudarme, al conflicto interno de atracción, confusión, admiración, rechazo, dudas.
Esta magma es extraña, en ocasiones quien se acerca no representa amenaza, entonces todos los temores son expuestos, cada herida crónica revelada, sin miedo a parecer paranoica o un poco loca. Las lágrimas fluyen como si no hubiese posibilidad de parar. La desnudez del alma no es problema.
En ocasiones, al contrario, esa persona llega a ser un prototipo de lo que siempre esperaste: las palabras adecuadas, el interés desmedido, la afinidad de pensamiento, etc., cosa que se transforma en admiración, atracción...y amenaza...¿Esto otra vez? entonces la magma automáticamente ennegrece, y se cierra a posibilidades de cambio y sanidad, se cierra a ser vulnerable, vuelve el orgullo protector y trata de acomodar todo en su lugar: las cosas están bien, yo puedo con esto, la estructura no me sanará, Dios lo hará, etc, etc.
¿Que por qué publico esto? no sé. Trato de ser sincera conmigo misma. Registrar los estadios de mi corazón a fin de entenderlos mejor y arrojar alguna luz sobre la oscura madeja de mis pensamientos. Dios me ha convencido de que separada de Él ya no puedo yo hacer nada, pero que siempre necesitaré que alguien me ayude en la jornada. Que los instrumentos que desprecio en medio de recaídas de decepción, aún pueden ser útiles si les quito el poder exclusivo y eficaz y le doy a Dios la oportunidad de moverse como quiere.
Sé que Él fluye entre los estados de la materia, entre el rojo y el negro, que en medio de tanta bondad suya podré descansar y construir puentes de sanación, de relacionamiento restaurado. Lo anhelo de verdad.
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diciembre 30, 2011
Retrospectiva
Miro este año que mañana se acaba y no sé que decir. Fue uno de los años más duros que he vivido y a pesar de eso veo que Dios en realidad tuvo misericordia.
Yo he dejado de creer en las resoluciones de nuevo año, de esos cronogramas estilo microsoft project con metas, objetivos, y fechas... tal vez porque mi temperamento no se adapta a ese tipo de esquemas, o porque en realidad no he podido llevar a cabo todo al pie de la letra. Este año no lo planeé en lo absoluto, y sin embargo, a mediados de febrero todo lo que sentí venir era algo extraño. Dios anticipó el golpe con un "Llegaremos a la otra orilla" y no más. Eso era todo lo que tenía para sostenerme. Jamás pensé que sería tan difícil.
Este fin de año no tuve más sorpresas familiares, de esas que siempre venían a sacudirme, tal vez porque lo que no sabía ya me lo imaginaba, o porque el perdón si hizo su efecto en algunas áreas... pero si tuve cargas que llevar y cosas que hacer que estaban totalmente fuera de mis planes.
He llorado en silencio, he gritado de angustia, he querido desaparecer y dejarle la carga a alguien más.... he reventado por la presión, he perdido la paciencia...y la he tenido que volver a tomar. No pienso que sea ajeno a lo que a los demás les pasa. Aunque si hubiese una palabra clave que estuvo en mis labios este año fue: Cansancio.
Cansada de las circunstancias, cansada y desanimada para seguir empujando la roca, cansada de las decepciones, cansada del débil y mediocre amor humano que pareciera que siempre hay que perseguir. Cansada de mí, de no lograr encontrarme en nada, de no saber qué hacer conmigo, muy muy cansada...
Aprendí a sobrevivir con poco, a alimentarme de las palabras de Dios que ya sabía, a hablarme de Su amor y misericordia, aunque en el fondo lo que más quería era saber que LO HABÍA HECHO BIEN. A pesar de todo.
En estos momentos no tengo fuerza y ánimos para ver más allá, para envisionar un año diferente, lleno de cosas buenas para mí. Y no sé si pasará como cuando hacía ejercicios de artes marciales, me decía mi instructor que lo elemental y rutinario de los mismos golpes, finalmente se vería demostrado en fuerza, algo de todo esto que ha pasado desde hace 4 años, empiece a evidenciarse en una fe transformada y una devoción madura. Supongo que aún me faltará reposar sobre los hombros de mi Dios y ser niña, confiar en que vendrán recompensas y oportunidades nuevas. Lo que más necesitaré es OIR Su voz.
Finalmente tengo que terminar con agradecimiento. Creo que estamos como familia llegando a la otra orilla, creo que aunque yo no lo veo, llegaré también. Dios sostuvo mi casa y resistimos la tormenta. Sé que Él tuvo que despojarme de mi egoísmo, mi orgullo y de todo lo cual dependía, para darme cuenta que al final sólo es Él lo que cuenta.
Que seas bendecido en el año que comienza y que lo que venga sea lo que sea, sea con Dios al mando, que sea siempre tu timón, tu vela, tu capitán, tu viento y tu esperanza.
diciembre 16, 2011
Primero va el 1 y luego el 2
No han sido días fáciles para mí. Es evidente que cuando mi fuente de afirmación deja de ser Dios, y se convierte en otras personas, fácilmente caigo en atracciones decepcionantes. No es nada nuevo, ni lo será. Creo, que aunque me gusta este mes de diciembre por su alegría y el tiempo en familia, algo de tristeza empieza a aparecer en mi corazón. Cosas no alcanzadas, temores y ciclos no resueltos, y una increíble sensación de soledad. El año que se acaba y el año que viene, el período para decidir qué hacer. Un necesario desahogo para comenzar.
Mis ansias por sanidad y esa aparentemente inalcanzable santidad me remiten a la lectura y a la reflexión. Las raíces, las causas, las motivaciones, lo inconcluso, etc. Empieza entonces un deseo de hablar a nivel teórico o conceptual de las cosas que encuentro en el camino, como siempre, un poco para mí, pero también para el que pase a visitar. No soy una experta en psicología, consejería y/o restauración de la homosexualidad, pero me parece que por el hecho de vivirla en carne propia, tengo algo que decir al respecto. Es algo que quiero lanzarme a hacer.
¿Por dónde empezar?
"Primero va el 1 y luego el 2" es una frase que he querido poner en algún lado y tocó aquí, ya que en este lugar no me piden explicaciones. En medio de este gran mapa mental del homosexual que busca una salida, no podría poner otro centro, o superneurona que no fuera la relación con Dios. Y ahí entra el tema del rechazo. No sé si soy yo, pero encuentro que cuando más experimento rechazo, desaprobación o desafirmación, más vulnerable soy. Dios ha sido el único a quién 24/7 le he podido confesar mis complejos, mis dolores, mis "otra vez" etc. Sólo que aún me es difícil retener ese amor y permanecer en ese amor y aceptación que él me dá.
Dios también es quien puede sanar mi específico dolor, librarme de mis paranoias y ayudarme a acceder a los dolores que sí recuerdo y para los que el perdón ha sido tan difícil. Dios puede revelarme cosas que no están en ningún manual. Dios puede doblegar mi orgullo y mi obstinación que enmascaran al dolor. Su amor trasciende las confiadas certezas del líder o el pastor y me acompaña en el proceso, en los altibajos, en las inconsistencias e imperfecciones que supo que trataría cuando me invitó a seguirle a Él.
No voy a pretender que puedo sola, porque mentiría, pero la verdad es que estoy harta de correr tras el viento, de esperar un evento, un encuentro, congreso, retiro, ministración, para que Dios se revele. La moldura de mi alma, según he descubierto, se toma su tiempo y se desploma, pero cuando tiene espectadores no funciona muy bien aún. Seguiré siendo entretejida en secreto, creo.
El 1 es Dios, es su sabiduría en lo secreto
"Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo;
en lo secreto me has enseñado sabiduría" Salmo 51:6
Espero ser acompañada en este proceso, la iglesia funciona, la congregación funciona, pero las voces de aquellos que viven estas incertidumbres también! Escribo de todo un poco y sin mucha coherencia, pero creo que con cierta constancia y disciplina (y síntesis?) pueda empezar a formar textos más comprensibles que le den palabras a lo que todavía no entendemos. Y esto no es sólo por mí o por tí, creo que alguien más estará esperando leer en algún momento, algo que le ayude a transitar en medio del camino pedregoso que hay por delante. ¿Me acompañas?
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octubre 08, 2011
Ilusiones y expectativas 1
"I've spent so long firmly looking outside me
I've spent so much time living in survival mode"
I've spent so much time living in survival mode"
- Precious illusions, Alanis Morissette
Soy mujer, y creo que esto que mencionaré a continuación es una lucha con la que lidiamos especialmente nosotras, y quizás más algunas con cierta tendencia temperamental. El idealismo. Queremos llenar nuestro vacío de admiración, afecto y amor, buscando alguien que pueda ver algo grandioso en nosotras, que pueda mostrar interés en lo que somos. También, creo que nos pasa, tratamos de encontrar una persona que cumpla nuestras expectativas, ya sean físicas, de conocimiento, de gustos, etc.
Siempre he sido así. Recuerdo de adolescente le hacía una oración a Dios que era algo así: "Dios, por favor, concédeme un hombre que sea muy inteligente", en ese entonces nada de eso abundaba por donde yo mirara y cuando apareció, al principio parecía llenar todas mis expectativas, pero luego, su inmadurez salió a flote, y eso que era bastante mayor que yo. Mucho cerebro, poco corazón, poca vida más allá de sus gustos extraños y palabras elocuentes. Quedé curada y no volví a hacer ese tipo de peticiones (en realidad no quedé curada, sólo decepcionada y decidí por esa y otras situaciones de mi vida cerrarme y fantasear con prototipos en mi mente). Las mujeres seguían siendo más sencillas para mí, pero afortunadamente tenía una especie de conciencia interna que no me permitía lanzarme.
Con el paso del tiempo, de muchos golpes, de muchas confusiones y malas decisiones, de procesos y purificaciones- ya en Cristo-, empecé a mentalizarme en querer intentar de nuevo algo con un hombre. Internamente mi check list (lista de requerimientos) si contenía un prototipo de hombre que según mi modo de pensar "jamás me haría daño" modo de pensar al que llegué luego de haber pasado por abusos y malas relaciones con el género masculino. Para ser más sincera todavía, el prototipo si era bastante específico y al imaginarlo -decía- nada iba a salir mal.
Pues bueno... ese hombre apareció. Cada detalle que me hablaba de él, era un chulito que le ponía a mi lista (todo esto, inconscientemente, claro), cada cosa que conocía de él me entusiasmaba. Llegó a tal punto a sorprenderme que no me creí digna de él. Eventualmente nos hicimos más y más amigos, y yo lentamente empezaba a planear cómo serían las cosas cuando se dieran, y empecé silenciosamente a tomar algunas de mis decisiones alrededor de lo que él hiciera ¡aunque no había nada entre nosotros! esperaba cada día el momento en que se hiciera el click, él no decía nada, y yo tampoco, me cansaba un poco el tema de que nada pasara, de su timidez, de muchas cosas...
Para no hacer más largo el cuento, llegó el tiempo de tormentas por el cual estoy ahora, tuve que viajar para atender la hospitalización de mi papá y esperaba que él me llamara, me escribiera, se diera por enterado, se preocupara por mí y nada... nada... nada. Cuando llegué, como si no existiera, en fin... tuve que enterarme luego de que estaba saliendo con otra chica de la iglesia, aunque para esas épocas yo ya me lo presentía...
Puaj!! se me cayó el ídolo! me he sentido mal por muchas cosas en este tiempo, pero especialmente porque lo creía tan infalible que cuando pasó, inmediatamente sentí el dolor de ver todo caer. Mis esperanzas, mis sueños, mi casi armada seguridad emocional.
Ya a estas fechas el perdón ha ayudado mucho, pero lo que me viene a la mente es, cuan peligroso es todo esto de idealizar y depositar expectativas demasiado altas en alguien, o en algo diferente a Dios. Cuan peligroso es, beber (así no sea materialmente, cosa que diferencia nuestra lucha de la de los hombres) de cisternas rotas que no retienen agua, buscarnos nuestra seguridad y afecto aparte de la fuente inagotable de Dios. Por irnos detrás de lo que creemos adecuado y apropiado para nosotros, nos podemos estar perdiendo primero, de una relación totalmente vivificante por sí sola en Jesús, y segundo, de lo que en verdad Dios quiere darnos. Su perspectiva y Su visión superan en mucho la nuestra, golpeada por condicionamientos sexuales, familiares, sociales, religiosos, etc.
Ya que el post está largo, sólo me queda decir que mucho tiempo fui la de ese video que puse al principio del post, no sólo en el área emocional, sino en muchas más, mirando afuera, escribiéndome ilusiones que me permitieran sobrevivir a una vida a la que no le veía futuro. Hoy ya no. Ha sido suficiente. He decidido poner mis expectativas en Dios, el guiará mi vida según el curso que Él ha trazado (Prov 21:1). Y esa es la vida abundante que quiere darme.
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julio 18, 2011
Autoconocimiento y verdad
Lejos de los que quiero, de mi hogar y mis cosas, no puedo más que sentirme sola. Las tormentas siguen ahí azotando y en medio todo esto siento, como mi cuerpo busca como llenar los vacíos. Es increíble, una mirada, un saludo no contestado, un rechazo, de una manera extraña pueden provocar una atracción. Y no puedo evitar detectar cierto patrón físico y de personalidad en mis atracciones (cosa que me ayuda bastante), y cierto patrón interno de reacción según las circunstancias.
¿Que se siente mal? Sí, bastante. Confirmo con el pasar del tiempo que no se trata de otros, el problema de mi AMS (atracción por el mismo sexo), sino que se trata de mí y que no puedo huir. Dondequiera que vaya, bajo una u otra circunstancia, algo hará que dentro de mi se provoquen oleadas emocionales, conexiones absurdas que armo para sentirme de algún modo amada e importante. Sin embargo, con lo doloroso que puede llegar a ser el hecho de no descansar de esta lucha en todas partes, siempre se puede sacar lo bueno. Tarde que temprano uno se da cuenta que tiene que aceptarse como es, amarse como es, con las debilidades y dolencias del alma. Que hay que aprender a manejar lo que aún permanece ahí porque de alguna manera es parte de nosotros y si lo negamos o lo atacamos, solo lo hacemos más grande.
No quiero decir con esto que hay que darle rienda suelta a los deseos y pasiones que hay dentro de nosotros. Digo que hay que saber reaccionar frente a nuestra debilidad y a nuestras carencias, reconociéndolas e imprimiendo verdad en ellas: que están pero que Dios ha dicho algo al respecto. Bien sea que Su fiel amor nos guarda, que Él es la fuente que realmente calma la sed, que somos transformados de gloria en gloria por el poder de Su Espiritu, que somos AMADOS incondicionalmente, etc. Eso lo he descubierto en este último tiempo también, que cuando siento venir todas esas cosas que me inquetan la mente y el corazón, Su verdad está ahí poniendo el cable a tierra y redireccionandome. Es sabio volverse lo más pronto, al oír esa voz.
Vi esta película recientemente "Al frente de la clase" y la super recomiendo, no porque trate directamente el tema de la homosexualidad, sino porque habla de como aprender a vivir la vida con una debilidad o lucha y no dejarse derribar por eso. Antes bien, el protagonista la ve como su maestra, lo cual me recuerda esto:
http://www.youtube.com/watch?v=u7YpDPNdEwQ
¿Que se siente mal? Sí, bastante. Confirmo con el pasar del tiempo que no se trata de otros, el problema de mi AMS (atracción por el mismo sexo), sino que se trata de mí y que no puedo huir. Dondequiera que vaya, bajo una u otra circunstancia, algo hará que dentro de mi se provoquen oleadas emocionales, conexiones absurdas que armo para sentirme de algún modo amada e importante. Sin embargo, con lo doloroso que puede llegar a ser el hecho de no descansar de esta lucha en todas partes, siempre se puede sacar lo bueno. Tarde que temprano uno se da cuenta que tiene que aceptarse como es, amarse como es, con las debilidades y dolencias del alma. Que hay que aprender a manejar lo que aún permanece ahí porque de alguna manera es parte de nosotros y si lo negamos o lo atacamos, solo lo hacemos más grande.
No quiero decir con esto que hay que darle rienda suelta a los deseos y pasiones que hay dentro de nosotros. Digo que hay que saber reaccionar frente a nuestra debilidad y a nuestras carencias, reconociéndolas e imprimiendo verdad en ellas: que están pero que Dios ha dicho algo al respecto. Bien sea que Su fiel amor nos guarda, que Él es la fuente que realmente calma la sed, que somos transformados de gloria en gloria por el poder de Su Espiritu, que somos AMADOS incondicionalmente, etc. Eso lo he descubierto en este último tiempo también, que cuando siento venir todas esas cosas que me inquetan la mente y el corazón, Su verdad está ahí poniendo el cable a tierra y redireccionandome. Es sabio volverse lo más pronto, al oír esa voz.
Vi esta película recientemente "Al frente de la clase" y la super recomiendo, no porque trate directamente el tema de la homosexualidad, sino porque habla de como aprender a vivir la vida con una debilidad o lucha y no dejarse derribar por eso. Antes bien, el protagonista la ve como su maestra, lo cual me recuerda esto:
Me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”. 2 cor 12:8-9Aquí el trailer de la película:
http://www.youtube.com/watch?v=u7YpDPNdEwQ
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junio 18, 2011
Honestidad
Honestidad. Quiero vivir una vida de honestidad, en la que sé que no me miento a mi misma y a nadie más. Miro mi mente y me sorprendo muchas veces reaccionando a ilusiones viejas y maquinando nuevas.
Me siento triste porque sé que no siempre logro vivir a la altura del amor que Dios me prodiga a mí. No logro vivir ese mandamiento que dice "Y amarás a Dios con toda tu MENTE, con toda tu ALMA, con todo tu CORAZÓN, con todas tus FUERZAS". Y pienso que si quiero algún día lograr integridad en mi mente (mi lucha especial) ese espacio debe ser llenado de honestidad, no de engaños.
Pienso en ese mandamiento y creo firmemente que Jesús tenía razón que ese y el de amar al prójimo como a tí mismo resumen todo lo que Dios espera de nosotros. No puede haber fidelidad y amor verdaderos en alguien cuyo enfoque está todo el tiempo en sí mismo y en cómo cada persona solo representa algo en cuanto a una necesidad suya y nada más.
Fidelidad es enfoque y entrega, es determinar un límite claro en ese amor. Un límite a todo pensamiento ajeno a aquél que es el motivo de nuestras alegrías y mejores resoluciones. Sí, pienso en Jesús, pero también pienso en él, el hombre que me ha devuelto las ganas de soñar e imaginar cosas diferentes para mí. De veras anhelo entregar un corazón honesto cuando sea el tiempo, y que ningún engaño mío o de otros pueda interponerse a mi decisión.
Pienso en Dios, sólo Él vela día y noche por mí. Sólo Él persigue en todo tiempo mi bien. Y yo sé que es así, aún cuando a veces tropiezo y caigo de nuevo en tontos razonamientos. Anhelo progresar hacia ese amar con pasión que Él desea de mí... ese amor me devolverá las alas y el motivo.
El motivo de que VIVO para Él.
Me siento triste porque sé que no siempre logro vivir a la altura del amor que Dios me prodiga a mí. No logro vivir ese mandamiento que dice "Y amarás a Dios con toda tu MENTE, con toda tu ALMA, con todo tu CORAZÓN, con todas tus FUERZAS". Y pienso que si quiero algún día lograr integridad en mi mente (mi lucha especial) ese espacio debe ser llenado de honestidad, no de engaños.
Pienso en ese mandamiento y creo firmemente que Jesús tenía razón que ese y el de amar al prójimo como a tí mismo resumen todo lo que Dios espera de nosotros. No puede haber fidelidad y amor verdaderos en alguien cuyo enfoque está todo el tiempo en sí mismo y en cómo cada persona solo representa algo en cuanto a una necesidad suya y nada más.
Fidelidad es enfoque y entrega, es determinar un límite claro en ese amor. Un límite a todo pensamiento ajeno a aquél que es el motivo de nuestras alegrías y mejores resoluciones. Sí, pienso en Jesús, pero también pienso en él, el hombre que me ha devuelto las ganas de soñar e imaginar cosas diferentes para mí. De veras anhelo entregar un corazón honesto cuando sea el tiempo, y que ningún engaño mío o de otros pueda interponerse a mi decisión.
Pienso en Dios, sólo Él vela día y noche por mí. Sólo Él persigue en todo tiempo mi bien. Y yo sé que es así, aún cuando a veces tropiezo y caigo de nuevo en tontos razonamientos. Anhelo progresar hacia ese amar con pasión que Él desea de mí... ese amor me devolverá las alas y el motivo.
El motivo de que VIVO para Él.
junio 11, 2011
Il mare calmo della sera
El mar calmo de la espera....
Esperar, parece que no hay nada más para mí ahora. No sé si pueda haber algo más desesperante. Quisiera que muchas cosas que he anhelado por tanto tiempo y que parecen muy posibles se dieran ya. Quisiera no dejarme distraer por las agitadas y productivas vidas de los demás: emocionalmente, laboralmente, espiritualmente, familiarmente, etc.
Quisiera poder de una vez por todas abrirle la puerta, cenar con Él y Él conmigo. Sé que Jesús es mi único y verdadero enfoque, que en el momento en que mi amor, emoción y devoción aumente por alguien más que por Él, estaré perdida, lo sé. No importa si es hombre o mujer.
Mi mente va a mil revoluciones, y soy consciente de que me falta resolver algunas cosas a solas con Dios, para tan si quiera pensar en poder ofrecer un amor ecuánime, un amor desde Su centro. No es difícil para mí hacer esta clase de autoexámenes, lo difícil es entrar en el secreto divino y dejar que mi ser se calme. Permitir que realmente sea un mar calmo de espera y no aguas agitadas que chocan contra mí recordándome mi incapacidad natural para ver más allá de mi realidad.
Me cuesta vivir el presente y eso también es un problema, me cuesta entregar el pequeño sueño que me he permitido, de una vida lejos del desierto emocional al que estoy acostumbrada, me cuesta imaginar que Dios tiene planes para mí... me cuesta mucho de verdad.
Todo lo que ahora oigo de Él es esto, y parece más que suficiente: “Be still, and know that I am God" Psalm 46:10 / Quédate quieta y conoce que Yo soy Dios" Salmo 46:10.
Hoy no me siento muy entusiasta al respecto, pero sé que mi tristeza y mi quebranto también son cosas que Él recibe, y que aunque no lo entienda a veces, Él es bueno, y este tiempo de mi vida, es una muestra de Su bondad para mí.
Esperar, parece que no hay nada más para mí ahora. No sé si pueda haber algo más desesperante. Quisiera que muchas cosas que he anhelado por tanto tiempo y que parecen muy posibles se dieran ya. Quisiera no dejarme distraer por las agitadas y productivas vidas de los demás: emocionalmente, laboralmente, espiritualmente, familiarmente, etc.
Quisiera poder de una vez por todas abrirle la puerta, cenar con Él y Él conmigo. Sé que Jesús es mi único y verdadero enfoque, que en el momento en que mi amor, emoción y devoción aumente por alguien más que por Él, estaré perdida, lo sé. No importa si es hombre o mujer.
Mi mente va a mil revoluciones, y soy consciente de que me falta resolver algunas cosas a solas con Dios, para tan si quiera pensar en poder ofrecer un amor ecuánime, un amor desde Su centro. No es difícil para mí hacer esta clase de autoexámenes, lo difícil es entrar en el secreto divino y dejar que mi ser se calme. Permitir que realmente sea un mar calmo de espera y no aguas agitadas que chocan contra mí recordándome mi incapacidad natural para ver más allá de mi realidad.
Me cuesta vivir el presente y eso también es un problema, me cuesta entregar el pequeño sueño que me he permitido, de una vida lejos del desierto emocional al que estoy acostumbrada, me cuesta imaginar que Dios tiene planes para mí... me cuesta mucho de verdad.
Todo lo que ahora oigo de Él es esto, y parece más que suficiente: “Be still, and know that I am God" Psalm 46:10 / Quédate quieta y conoce que Yo soy Dios" Salmo 46:10.
Hoy no me siento muy entusiasta al respecto, pero sé que mi tristeza y mi quebranto también son cosas que Él recibe, y que aunque no lo entienda a veces, Él es bueno, y este tiempo de mi vida, es una muestra de Su bondad para mí.
marzo 02, 2011
Sin asunto
Nada, no tengo fuerzas para escribir. Sólo siento dolor y me parece importante registrarlo, no para teorizarlo, no para sacar grandes conclusiones. Sólo dolor y miedo... una mezcla que por ahora llamaré pánico.
Pánico como una sensación en el pecho, como una premonición de lo que vendrá, de procesos, de deterioros, de enfermedad, de oraciones agonizantes.
El ser más querido para mí ahora se encuentra enfermo. Y pienso que haciendo un recuento, he enfrentado dolores de ciertas magnitudes que me hacen pensar que soy una gallina, que le huyo al dolor. No soporto ver una aguja, ni que me saquen sangre. Y de repente me encuentro en un proceso más duro y complejo. Y a este no le puedo huír.
Sólo me resta decirle a Dios, Gracias! gracias por hacerme vulnerable, por sostenerme en mi debilidad y en mi falta de aire. Gracias Espíritu, sé que gimes con gemidos indecibles, saliendo de mi propia voz y silencio. Gracias Jesús, porque tu entiendes, tu llevas, tu acompañas. Gracias por Tu santa comunión, por la cual sé que no estoy sola, que hay personas y ángeles pendientes de mí, y de todo este proceso.
Pánico como una sensación en el pecho, como una premonición de lo que vendrá, de procesos, de deterioros, de enfermedad, de oraciones agonizantes.
El ser más querido para mí ahora se encuentra enfermo. Y pienso que haciendo un recuento, he enfrentado dolores de ciertas magnitudes que me hacen pensar que soy una gallina, que le huyo al dolor. No soporto ver una aguja, ni que me saquen sangre. Y de repente me encuentro en un proceso más duro y complejo. Y a este no le puedo huír.
Sólo me resta decirle a Dios, Gracias! gracias por hacerme vulnerable, por sostenerme en mi debilidad y en mi falta de aire. Gracias Espíritu, sé que gimes con gemidos indecibles, saliendo de mi propia voz y silencio. Gracias Jesús, porque tu entiendes, tu llevas, tu acompañas. Gracias por Tu santa comunión, por la cual sé que no estoy sola, que hay personas y ángeles pendientes de mí, y de todo este proceso.
febrero 20, 2011
Interrupciones
Siento la invitación del silencio. No vale repetir palabras, sensaciones y experiencias sabiendo que no aportan nada. Seguiré el llamado del silencio.
Hoy sin embargo, la rabia me sacudió el llamado, me ofende cuando detecto esas cosas que Veldugo llama "Maldito Mundo" pues encontré que atendía una charla en mi iglesia acerca de los grupos en donde uno se reúne a compartir de Dios. El que hacía la charla mencionaba a menudo esta frase que me sacó de los chiros (me sacó el malgenio en expresión colombiana) "Si no te llaman (si no se preocupan por tí, si se organiza una reunión) y no estás invitado, no estás entre los doce" !!! Para estar entre los doce tienes que ser un sapo.
Eso de estar entre los doce, o de llegar a cierto nivel por la formación que se dá, no me garantiza que sea más o mejor cristiana que nadie, y lo digo yo poniéndome de referencia.
La cosa es, que esta clase de comentarios me enervan porque de cierta manera me desestabilizan, me hacen sentir una persona rebelde y antisocial, una cabra en vez de oveja. Cuestionan mis motivos y me hacen pensar que lo que elijo dista mucho de ser "La Voluntad de Dios".
Lo cierto es que esto me pasa porque en aras de querer generar una estructura de soporte, y de soltar la estructura externa (en la dependencia estricta a solo ella), tambaleo entre decisiones, entre el domingo y el sábado, entre la oración y el salir a la calle. Todas estas cachetadas de los sistemas en que vivo, me hacen pensar que esa estructura y esa senda de decisiones es algo que debo construir en mi interior. Supongo que siempre habrá comentarios que me incomoden, que vayan en contra total de lo que creo, pero aún así, no puedo dejar de vivir en comunidad ni de apreciar la dirección y el soporte que da una iglesia. Y eso es válido para los otros sistemas: gobierno, salud, educación, etc.
La justicia, el amor y la misericordia que persigo, no son cosas que pueda pegarme a la ropa, es decir, cosas que puedo conseguir por mi cuenta. Mi camino por más diferente que el de la mayoría, jamás probará ser nada si no tengo a Dios, si no camino con Él, si no le abro espacio en mí. Amontonaré conocimientos y una que otra intuición espiritual, pero sabré que he usado a Dios como concepto y que no logré tomarle como Vida.
En fin... era necesario el desahogo. No sé si vuelva a escribir en los días sucesivos, se me había quitado la gana y la rabia me interpeló a escribir. Anhelo el silencio y la profundidad del descanso de no decirle nada a nadie, ni a mí. Let's see.
Hoy sin embargo, la rabia me sacudió el llamado, me ofende cuando detecto esas cosas que Veldugo llama "Maldito Mundo" pues encontré que atendía una charla en mi iglesia acerca de los grupos en donde uno se reúne a compartir de Dios. El que hacía la charla mencionaba a menudo esta frase que me sacó de los chiros (me sacó el malgenio en expresión colombiana) "Si no te llaman (si no se preocupan por tí, si se organiza una reunión) y no estás invitado, no estás entre los doce" !!! Para estar entre los doce tienes que ser un sapo.
Eso de estar entre los doce, o de llegar a cierto nivel por la formación que se dá, no me garantiza que sea más o mejor cristiana que nadie, y lo digo yo poniéndome de referencia.
La cosa es, que esta clase de comentarios me enervan porque de cierta manera me desestabilizan, me hacen sentir una persona rebelde y antisocial, una cabra en vez de oveja. Cuestionan mis motivos y me hacen pensar que lo que elijo dista mucho de ser "La Voluntad de Dios".
Lo cierto es que esto me pasa porque en aras de querer generar una estructura de soporte, y de soltar la estructura externa (en la dependencia estricta a solo ella), tambaleo entre decisiones, entre el domingo y el sábado, entre la oración y el salir a la calle. Todas estas cachetadas de los sistemas en que vivo, me hacen pensar que esa estructura y esa senda de decisiones es algo que debo construir en mi interior. Supongo que siempre habrá comentarios que me incomoden, que vayan en contra total de lo que creo, pero aún así, no puedo dejar de vivir en comunidad ni de apreciar la dirección y el soporte que da una iglesia. Y eso es válido para los otros sistemas: gobierno, salud, educación, etc.
La justicia, el amor y la misericordia que persigo, no son cosas que pueda pegarme a la ropa, es decir, cosas que puedo conseguir por mi cuenta. Mi camino por más diferente que el de la mayoría, jamás probará ser nada si no tengo a Dios, si no camino con Él, si no le abro espacio en mí. Amontonaré conocimientos y una que otra intuición espiritual, pero sabré que he usado a Dios como concepto y que no logré tomarle como Vida.
En fin... era necesario el desahogo. No sé si vuelva a escribir en los días sucesivos, se me había quitado la gana y la rabia me interpeló a escribir. Anhelo el silencio y la profundidad del descanso de no decirle nada a nadie, ni a mí. Let's see.
diciembre 28, 2010
Sin asunto
No sé explicar como me siento, es una extraña confusión de cosas, un tiempo tal vez, para reevaluarlo todo (afortunadamente mi fe puede ser sometida al escrutinio) aunque no solo mi fe, sino mi forma de llevar la vida, mis decisiones, mis sentimientos, todo.
A veces me siento como una veleta, llevada al viento por cualquiera, y con pocas bases de cualquier cosa. Es cierto, ha sido una tentación insistente, y yo no. No he podido lidiar con esto, y mi fuerza interna parece desvanecer... es entonces cuando escucho dentro de mí la palabra "La ley de vida reside en tí ahora, no la ley de pecado y muerte" o "el pecado da a luz la muerte" cosas q me advierten del camino con el que juego en mi mente, cuando siento que ya no puedo más, que no hay otra motivación.
Será que no sé a donde van las cosas? será que no sé cuánto me dolería perderlo todo por darle rienda suelta a las pasiones sometidas de mi ser? quisiera poder huír a un lugar lejano, una cueva, orar, gritar, clamar, reclamar... toparme con el fuego de Dios.
De otra parte, no pasa un final de año sin que me entere de cosas de mi papá (biológico, cabe anotar) y detesto saber cuanto le he heredado a nivel emocional, tanta inestabilidad, tanta improvisación para todo... tanta inconstancia. Cosas que no me sorprenden pero que de una manera u otra hacen mella en mí, que siento ya no poder más.
Me hiere el silencio de la mayoría de la gente, me encuentro rodeada de amigos aparentemente cercanos, pero ninguno al que pueda llamar en la madrugada a decirle "me siento tentada, ayúdame" y que no te ande mencionando los conocidos versículos o diciéndote que debes huír...
No he podido huír... y es lo que más quiero. De qué me sirve una vida mediocre, una vida en la que tengo convicciones de que lo que siento no le agrada a Dios, (y aún así me ama) pero no poder evitar sentir? no poder evitar el clamor dentro de mí pidiendo atención y afecto?
No sé, le tengo cierto recelo a los confiados votos de nuevo año, pienso que es mejor, construir sobre la base de Dios, del amor que fluye gratuita e incondicionalmente de El. Nadie puede abrazarme como él, nadie puede darle al punto exacto de mis dudas y quebrantos. Todos callan, todos parecen decir lo mismo, todos parecen indicar el mismo camino.
Qué me dirá cuando lo encuentre? anhelo Su misericordia. Esto es nuevo y viejo a la vez, es inmanejable y necesito divina intervención.
De las características de Jesús en Isaías 9 me quedo con esta hoy: Padre duradero (everlasting father) ni el biológico, ni los espirituales, nadie, nadie parece permanecer tanto.
A veces me siento como una veleta, llevada al viento por cualquiera, y con pocas bases de cualquier cosa. Es cierto, ha sido una tentación insistente, y yo no. No he podido lidiar con esto, y mi fuerza interna parece desvanecer... es entonces cuando escucho dentro de mí la palabra "La ley de vida reside en tí ahora, no la ley de pecado y muerte" o "el pecado da a luz la muerte" cosas q me advierten del camino con el que juego en mi mente, cuando siento que ya no puedo más, que no hay otra motivación.
Será que no sé a donde van las cosas? será que no sé cuánto me dolería perderlo todo por darle rienda suelta a las pasiones sometidas de mi ser? quisiera poder huír a un lugar lejano, una cueva, orar, gritar, clamar, reclamar... toparme con el fuego de Dios.
De otra parte, no pasa un final de año sin que me entere de cosas de mi papá (biológico, cabe anotar) y detesto saber cuanto le he heredado a nivel emocional, tanta inestabilidad, tanta improvisación para todo... tanta inconstancia. Cosas que no me sorprenden pero que de una manera u otra hacen mella en mí, que siento ya no poder más.
Me hiere el silencio de la mayoría de la gente, me encuentro rodeada de amigos aparentemente cercanos, pero ninguno al que pueda llamar en la madrugada a decirle "me siento tentada, ayúdame" y que no te ande mencionando los conocidos versículos o diciéndote que debes huír...
No he podido huír... y es lo que más quiero. De qué me sirve una vida mediocre, una vida en la que tengo convicciones de que lo que siento no le agrada a Dios, (y aún así me ama) pero no poder evitar sentir? no poder evitar el clamor dentro de mí pidiendo atención y afecto?
No sé, le tengo cierto recelo a los confiados votos de nuevo año, pienso que es mejor, construir sobre la base de Dios, del amor que fluye gratuita e incondicionalmente de El. Nadie puede abrazarme como él, nadie puede darle al punto exacto de mis dudas y quebrantos. Todos callan, todos parecen decir lo mismo, todos parecen indicar el mismo camino.
Qué me dirá cuando lo encuentre? anhelo Su misericordia. Esto es nuevo y viejo a la vez, es inmanejable y necesito divina intervención.
De las características de Jesús en Isaías 9 me quedo con esta hoy: Padre duradero (everlasting father) ni el biológico, ni los espirituales, nadie, nadie parece permanecer tanto.
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diciembre 20, 2010
Un pensamiento antes de mañana
Estoy harta de esta locura de cosas que han pasado en estos días, pensamientos obsesivos, mi queja, mi rabia expresada en comportamientos de antaño, mi capricho emocional, mi renuencia a abrir el corazón a Dios...
Guardando las distancias, experimenté por algunos días ser un poco la de antes, la que no se callaba nada, la rebelde, la que pensaba y hacía lo que quería... me "desahogué", me deshice en verbo conmigo misma y con una amiga, quejándome de todo e intentando sacarlo todo como terapia anticonfusión...
Que creo no funcionó. De alguna manera u otra Dios ya ha puesto demasiadas cosas en mí que no me hacen la misma de antes, la que disfruta yendose a la contraria de lo que Dios considera apropiado y bueno, ya no puedo identificarme al 100% con gente que no ama a Dios y sólo tiene como consuelo deshacerse en rabia contra las cosas que le pasan.
Es cierto, tengo rabia, rabia conmigo misma, rabia con mi condición (emocional y sexualmente hablando) rabia con las circunstancias, ese conjunto de cosas que tratan de moldearme a su gusto, incluso institucionalmente. Mi razonamiento, mis pasiones, mi ego herido... en fin.
Trato de sumergirme en ilusiones y en adelantar la película en el pedazo donde me lanzo al pozo de mis deseos y pareciera que contemplar la idea de ceder me diera el espacio que me he negado, pero de repente me siento más triste que nunca, porque sé que en lo profundo eso será cuestión de instantes y cosas temporales, lo sé. Un mes, un año, diez años, lo que sea que aguante el exilio, de todas maneras será algo temporal. Aunque lo trate de llamar amor, pasión, "mi derecho", mi libertad.
El ciclo del arrepentimiento y la súplica de cambio (momentánea), junto con los actos que demuestran lo contrario al día siguiente (la lujuria, el mix explosivo de ideas) han hecho que de mí surjan las preguntas que nunca pensé hacerle a Dios: "por qué me creaste así?" "Por qué tengo que ser el bicho raro?" "Porqué no puedo ser alguien normal?" ah y de alguna manera si en alguien he dejado de pensar, ha sido en Dios.
Lo único de lo que estoy segura ahora es que Él no tiene nada que ver en esto. Hay muchas cosas que no entiendo ahora, pero a Dios no lo dejaría por nada de este mundo, a pesar de toda la confusión y el caos mental y emocional por el que estoy pasando. Dios ha sido la convicción firme, el único ahí esperando, el único dispuesto a extender la mano y a entrar, donde quiera que me duela ahora. Pero le he huído.
Mañana, mañana ya no quiero más representaciones de alguien que ya no soy. Salir del acorralamiento al cual me he sometido a voluntad, solo será posible mediante la misma vieja fórmula que rehuímos los que a sabiendas elegimos el pecado: Volver a Dios. Sólo a Dios. Eso es lo primero, buscarle, implorar un encuentro verdadero, de esos que queman, el encuentro inevitable cara a cara, que destruye el egoísmo y la culpa a la vez. Luego que vengan procesos, consejerías, ayunos, reflexiones, dudas, verdades, no sé. Pero Dios debe ir primero. Nada de correr a otras voces, otros libros, otros pensamientos. Sólo Dios.
Guardando las distancias, experimenté por algunos días ser un poco la de antes, la que no se callaba nada, la rebelde, la que pensaba y hacía lo que quería... me "desahogué", me deshice en verbo conmigo misma y con una amiga, quejándome de todo e intentando sacarlo todo como terapia anticonfusión...
Que creo no funcionó. De alguna manera u otra Dios ya ha puesto demasiadas cosas en mí que no me hacen la misma de antes, la que disfruta yendose a la contraria de lo que Dios considera apropiado y bueno, ya no puedo identificarme al 100% con gente que no ama a Dios y sólo tiene como consuelo deshacerse en rabia contra las cosas que le pasan.
Es cierto, tengo rabia, rabia conmigo misma, rabia con mi condición (emocional y sexualmente hablando) rabia con las circunstancias, ese conjunto de cosas que tratan de moldearme a su gusto, incluso institucionalmente. Mi razonamiento, mis pasiones, mi ego herido... en fin.
Trato de sumergirme en ilusiones y en adelantar la película en el pedazo donde me lanzo al pozo de mis deseos y pareciera que contemplar la idea de ceder me diera el espacio que me he negado, pero de repente me siento más triste que nunca, porque sé que en lo profundo eso será cuestión de instantes y cosas temporales, lo sé. Un mes, un año, diez años, lo que sea que aguante el exilio, de todas maneras será algo temporal. Aunque lo trate de llamar amor, pasión, "mi derecho", mi libertad.
El ciclo del arrepentimiento y la súplica de cambio (momentánea), junto con los actos que demuestran lo contrario al día siguiente (la lujuria, el mix explosivo de ideas) han hecho que de mí surjan las preguntas que nunca pensé hacerle a Dios: "por qué me creaste así?" "Por qué tengo que ser el bicho raro?" "Porqué no puedo ser alguien normal?" ah y de alguna manera si en alguien he dejado de pensar, ha sido en Dios.
Lo único de lo que estoy segura ahora es que Él no tiene nada que ver en esto. Hay muchas cosas que no entiendo ahora, pero a Dios no lo dejaría por nada de este mundo, a pesar de toda la confusión y el caos mental y emocional por el que estoy pasando. Dios ha sido la convicción firme, el único ahí esperando, el único dispuesto a extender la mano y a entrar, donde quiera que me duela ahora. Pero le he huído.
Mañana, mañana ya no quiero más representaciones de alguien que ya no soy. Salir del acorralamiento al cual me he sometido a voluntad, solo será posible mediante la misma vieja fórmula que rehuímos los que a sabiendas elegimos el pecado: Volver a Dios. Sólo a Dios. Eso es lo primero, buscarle, implorar un encuentro verdadero, de esos que queman, el encuentro inevitable cara a cara, que destruye el egoísmo y la culpa a la vez. Luego que vengan procesos, consejerías, ayunos, reflexiones, dudas, verdades, no sé. Pero Dios debe ir primero. Nada de correr a otras voces, otros libros, otros pensamientos. Sólo Dios.
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