junio 11, 2011

Il mare calmo della sera

El mar calmo de la espera....

Esperar, parece que no hay nada más para mí ahora. No sé si pueda haber algo más desesperante. Quisiera que muchas cosas que he anhelado por tanto tiempo y que parecen muy posibles se dieran ya. Quisiera no dejarme distraer por las agitadas y productivas vidas de los demás: emocionalmente, laboralmente, espiritualmente, familiarmente, etc.

Quisiera poder de una vez por todas abrirle la puerta, cenar con Él y Él conmigo. Sé que Jesús es mi único y verdadero enfoque, que en el momento en que mi amor, emoción y devoción aumente por alguien más que por Él, estaré perdida, lo sé. No importa si es hombre o mujer.

Mi mente va a mil revoluciones, y soy consciente de que me falta resolver algunas cosas a solas con Dios, para tan si quiera pensar en poder ofrecer un amor ecuánime, un amor desde Su centro. No es difícil para mí hacer esta clase de autoexámenes, lo difícil es entrar en el secreto divino y dejar que mi ser se calme. Permitir que realmente sea un mar calmo de espera y no aguas agitadas que chocan contra mí recordándome mi incapacidad natural para ver más allá de mi realidad.

Me cuesta vivir el presente y eso también es un problema, me cuesta entregar el pequeño sueño que me he permitido, de una vida lejos del desierto emocional al que estoy acostumbrada, me cuesta imaginar que Dios tiene planes para mí... me cuesta mucho de verdad.

Todo lo que ahora oigo de Él es esto, y parece más que suficiente:  “Be still, and know that I am God" Psalm 46:10 / Quédate quieta y conoce que Yo soy Dios" Salmo 46:10.


Hoy no me siento muy entusiasta al respecto, pero sé que mi tristeza y mi quebranto también son cosas que Él recibe, y que aunque no lo entienda a veces, Él es bueno, y este tiempo de mi vida, es una muestra de Su bondad para mí.

2 comentarios:

Esmeralda dijo...

Quisiera que pudieras escuchar el largo suspiro que me produce leer este post. Me veo reflejada en cada una de tus palabras y esto me asombra tremendamente. Descubrir que lo que vivo no sólo que es real, tambien es conocido por alguien más..

Rougek dijo...

Un suspiro es una buena compañía, Esmeralda. Hay dolores que nadie parece comprender salvo el que los vive, y para muchos de ellos el silencio de quiénes nos acompañan en la senda es suficiente.

La identificación es siempre muy buena, saber que si tenemos dolores similares, quizás necesitemos las mismas respuestas, el mismo descanso, la indefinible misericordia de Dios en medio de la inquietud que nos alarma y nos roba la paz. Ah y nos recuerda indudablemente que no estamos solos y que así de algún modo hay esperanza.