enero 18, 2011

Para variar, no varío

Para variar, no varío. Qué se le puede hacer? veo a otros hablar confiadamente de un futuro que se pueden imaginar felices y contentos. Muchas veces estoy feliz con un día que termina sin que la sombra de mi error y mis pesares me atormenten.

No quiero quejarme más, tal vez es solo un post para pensar en varias cosas.

  • He tomado la decisión de volver al hogar. El intento, el intento se traduce a dejarme abrazar por el Amor en una agonía de silencio y de canto, en la que ya no me atrevo a pedir revelaciones, sólo puedo dejar que pasen. "Cuerdas de amor, capturan mi ser" momentos que permanecen y que cambian mi modo de pensar, me abren los ojos y el corazón a la expectativa por Dios.
  • El intento trae fallas. Habrán días como hoy que fracasos del carácter y del temperamento me hagan sentir una pésima persona, un terrible ejemplo de "seguidora de Cristo". Días que suelen arrojarme a la frustración y a la decepción con la que he vivido por largo tiempo. La frustración me invita a lugares cotidianos de pensamientos fantasiosos.
  • Lo que ha cambiado todo es mi decisión. Y más aún, la decisión de Dios. La suave pero insistente voz que me dice "Tu eres mi hija amada, en quién tengo complacencia". La voz que no me creo todavía pero que de alguna manera hace cambios en mi cerebro obsesionado, y en mi corazón sediento de amor.
Afortunadamente, para lo terco de mi actuar, y de mi tambaleante volver a Dios, El no varía, ni un centímetro. Esto lo expresa hermosamente este fragmento de un soneto de Shakespeare:

No es amor el amor que cambia cuando un cambio encuentra,

o que se adapta con el distanciamiento a distanciarse.


¡Oh, no!, es un faro eternamente fijo

que desafía a las tempestades sin nunca estremecerse;

es la estrella para todo barco sin rumbo,

cuya valía se desconoce, aun tomando su altura.


No es amor bufón del Tiempo,

aunque los rosados labios y mejillas corva guadaña sigan:

el amor no varía con sus breves horas y semanas,

sino que se afianza incluso hasta en el borde del abismo.


Ese eres Tú, por eso oro como la sunamita de Cantares "Llévame en pos de ti, correremos".

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