enero 10, 2011

No hay certeza*












No hay certeza de que el Camino ahora haga las cosas más fáciles. En realidad no hay mucha certeza de nada, realmente. A veces, el conocimiento de la Verdad nos pone sal en la herida y nos atormenta en relación al hecho de que seguimos cojeando y, a veces, cayendo.

Pienso en estos momentos en una garantía real que sí se nos ha dado en el ahora: La eternidad. Esto es, que el tiempo está de nuestra parte. Que aunque cojeando o cayendo, siempre podremos ver el rostro amoroso de Jesús, que fuera de toda presión del tiempo o del espacio, sigue revelando oportunidad, y por oportunidad entendemos esperanza.

Esperanza que sustenta nuestros fracasos, esperanza en medio de la desesperación, esperanza en el rostro de fealdad de nuestro presente, esperanza para los tonos grises de nuestros días.

*Para un amigo, en algún lugar.

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